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La salteña Florencia Ribero cuenta cómo pasó de cantar en la calle a la final de Got Talent

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Florencia y André pasaron a la final de "Got Talent Portugal". Foto: Difusión

Entrevista

La uruguaya se fue hace cinco meses a seguir con su sueño de ser cantante en Europa y hoy empieza a ver los frutos de tanto aprendizaje y sacrificio: está en el concurso de talentos en Portugal

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Era la madrugada del lunes y Florencia Ribero no se podía dormir. Recién logró conciliar el sueño pasadas las cinco y media de la mañana, luego de haber contestado mensajes de felicitaciones de familiares y amigos. “Anoche soñé con mi primera maestra de canto, imagínate lo que es a nivel inconsciente el Uruguay”, dice Ribero quien el domingo se convirtió, junto a André Navarro en finalistas de Got Talent Portugal.

La joven soprano de 31 años oriunda de Salto, se presentó en un dúo con su amigo y compañero de piso, el chileno Navarro, al certamen de talentos. Ambos llegaron hace apenas cinco meses a Lisboa con su espectáculo callejero Street Opera, un proyecto que surgió en Buenos Aires y con el que han visitado distintas ciudades europeas. Un día, en la capital portuguesa, un productor de Got Talent los vio actuando en la calle, los invitó a participar del certamen y desde entonces fueron superando todas las etapas hasta llegar a la final.

Florencia y André pasaron a la final de "Got Talent Portugal". Foto: Difusión
Florencia y André pasaron a la final de "Got Talent Portugal". Foto: Difusión

Llegar a esta instancia cantando ópera, “a nosotros nos sorprende mucho, porque Portugal no es un país que se conozca por su ópera, tiene una dinámica similar a Uruguay. Acá se escucha el fado, el folclore de ellos. Y llegamos a la final cantando ópera y siendo sudamericanos. No somos españoles o europeos, somos de Uruguay y Chile, nada que ver, fuimos de los tres conjuntos más votados por el público. Eso nos llenó de sorpresa porque no lo esperábamos”, dice Ribero.

Así, Ribero se convierte en otra uruguaya que llega lejos en concursos de talento del exterior luego de Braulio Assanelli (La Voz Argentina), Florencia Pasquet (Got Talent España) y Jorge Cabeza (Bake Off España). Llegar a esas instancias, dice Ribero, “tiene que ver con esa garra uruguaya que llevamos dentro. Esa cosa de la energía, de meterle, y también de la humildad de presentarse con lo que uno es, cantando como si fuera para la familia, eso llega muchísimo. Al menos es lo que nos ha comentado todo el mundo”, agrega.

Florencia y André trabajan cantando en la calle con Street Opera. Foto: Improvável
Florencia y André trabajan cantando en la calle con Street Opera. Foto: Improvável

Ese no rendirse, no bajar los brazos es parte de la identidad de Ribero, quien viajó de Salto a Montevideo para estudiar sociología, luego a Buenos Aires para estudiar canto lírico y en estos últimos meses por Europa junto a Navarro.

“Mi vida siempre ha sido con muchos kilómetros”, dice Ribero. Se fue de Salto con 17 años, y si bien quería ser profesora de literatura, también quería vivir la experiencia de estar en la capital y vivir con su hermano. En el liceo, cuando fue a pedir el pase encontró una guía con todas las carreras de la Universidad de la República “y elegí alguna facilita que tenga letras: y fue sociología”, recuerda. Así se vino a Montevideo y con su mejor amiga se fueron a vivir con su hermano. La carrera le gustó, la terminó y trabajó seis años en la subsecretaría del Ministerio del Interior hasta que se fue a Buenos Aires, porque desde siempre había una parte artística que la llamaba. “Audicioné en el Teatro Colón donde estuve tres años y aprendí muchísimo con profesores importantes, pero no resultó como esperaba. Era un ambiente complicado, hay mucha competencia y un ambiente conservador”, dice.

Florencia y André trabajan cantando en la calle con Street Opera. Foto: Improvável
Florencia y André trabajan cantando en la calle con Street Opera. Foto: Improvável

Entre tanto conoció a André con quien tuvo afinidad desde el primer día; también perdió su trabajo en una de las últimas crisis en Argentina. “Me quedé sin plata, sin trabajo y pensé qué puedo hacer, y mi mejor amigo que es uruguayo me dio la idea: ‘hacé algo con tu voz, ponela a producir. Aunque sea andá a la calle a cantá’. Y la calle me abrió puertas que nunca me abrió un teatro, porque he tenido experiencias en teatros, en salas de conciertos, pero gracias a la calle viajé, trabajé en una película que se filmó en Barcelona y no se ha podido estrenar por este tema del coronavirus, surgió un documental que vamos a hacer. Se abrieron muchas puertas gracias a la calle”, dice Ribero.

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A Got Talent llegaron por casualidad. “Fue raro, vinimos a Lisboa por cinco días para viajar y trabajar; cantar en la calle y pasear porque nos dijeron que era muy bonita”, y además de conseguir un manager con quien desarrollaron varios proyectos que se vieron interrumpidos por el coronavirus; un día “el productor de Got Talent nos vio en la calle, nos encontró en Instagram y nos mandó un mensaje diciendo que nos invitaba a participar del casting. Era en otra ciudad, quedamos y fuimos pasando etapas, pero nunca pensamos llegar a esta instancia”, agrega.

Con André se complementan muy bien, dice Ribero. Él es positivo, confiado y siempre está feliz, mientras ella es más con los pies en la tierra y muy autocrítica. “Él pone la energía positiva y yo la garra: hacemos buen equipo”.

Musicos sin la calle

Como trabajadores callejeros, estos meses de coronavirus han sido complicados. “Nos quedamos sin trabajo porque no se puede trabajar en la calle ni hay eventos. Vivimos de ahorros que ya se terminaron”, dice. Estas semanas han hecho rifas online donde se sortean clases y conciertos online, donde la gente hace un pago simbólico. “En la calle es difícil porque está prohibido lo que hacemos. Y la policía siempre está atenta”, dice Ribero. La semana próxima, cuando todo empiece a volver a la normalidad “esperamos estar cantando en la calle, porque nos encanta y es nuestra forma de sobrevivir”, dice.

Si bien ayer al mediodía todavía no había salido de su casa, André sí lo había hecho y la gente no solo lo reconocía, también lo paraba en la calle para felicitarlos. “La competencia es difícil, hay artistas muy talentosos, es un placer medirnos con artistas así. Además de excelentes, hay una energía increíble, que en el ámbito lírico no siempre es así. Ha sido una experiencia reparadora para nuestra psicología de cantantes”, dice Ribero.

En las próximas semanas terminará de conocer a sus rivales en la final de Got Talent. Y a toda garra seguir para adelante.

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