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Once minutos. Sobre ese breve pero intenso período de tiempo se construye la trama de El Juicio (Il processo), la serie italiana que llegó a Netflix a principios de abril y se convirtió en uno de los mayores éxitos de la plataforma en Uruguay. Protagonizada por Vittoria Puccini y Francesco Scianna, los ocho capítulos de una hora entrelazan secretos, investigaciones y numerosas sorpresas que crecen en cada episodio.

Esos 11 minutos, previos a la medianoche del 4 de marzo de 2018, son claves para descubrir al culpable del brutal asesinato de Angélica Petroni (Margherita Caviezel), una joven de 17 años cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en un canal ubicado en una pequeña ciudad del norte italiano. La noche del crimen, Petroni estaba trabajando como mesera en una fiesta en el Palazzo Te y, tras una breve salida del recinto, desapareció.

El misterioso caso queda a cargo de la fiscal Elena Guerra (Vittoria Puccini), quien está a punto de tomarse un año sabático para mudarse a Nueva York con su marido. Sin embargo, cuando comienza a investigar, Guerra se sorprende al descubrir un vínculo emocional con la víctima. De ahí en más, la fiscal se compromete con el caso como nunca lo había hecho en toda su carrera.

Cuando la protagonista cancela su año sabático y se concentra en el caso, la investigación pone como principal sospechosa a Linda Mónaco (Camilla Filippi), que forma parte de la prestigiosa familia Mónaco. Antes de que se cometiera el crimen, tuvo unos conflictos con la víctima.

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A medida que el caso trasciende a la prensa nacional -el enigmático asesinato de una joven y una posible participación de los Mónaco es algo irresistible para la prensa amarilla-, Elena va recopilando una serie de evidencias y de testigos que buscan reconstruir los hechos de aquella noche. Sin embargo, el brillante abogado Ruggero Barone  (Francesco Scianna) hace todo lo posible para defender a la acusada.

Y ahí es donde está el secreto del atrapante relato de El juicio. A lo largo de los capítulos, hay una constante lucha por demostrar y distorsionar lo que verdaderamente ocurrió con Petroni. “Nunca entendí como hacen su trabajo los abogados”, Guerra le recrimina a Ruggero. “Toman fragmentos de la verdad, los distorsionan y los presentan en la corte para sembrar la duda”. Pero el abogado no se queda atrás. “Tu trabajo no es tan diferente”, replica. “Tomás parte de la verdad y esperás que le den perpetua a alguien”.

Y en esa constante lucha por develar la verdad, entran una serie de elementos que llevan al juicio hacia un largo proceso. Allí entran traiciones, secretos, mentiras, sobornos y varios juegos sucios. Así, el tribunal se termina convirtiendo en el escenario de una lucha de egos.

Además del buen trabajo de fotografía y de una gran banda sonora -especialmente la inclusión de “bury a friend” de Billie Eilish en la presentación-, se destaca la reconstrucción de la noche en que se cometió el crimen. Partiendo de cada dato que aportan los testigos, se reconstruyen varios momentos - a través de flashbacks- de la fiesta en Palazzo Te, donde Guerra y Ruggero se colocan como espectadores que intentan desentrañar cada detalle. De momento, no hay más temporadas confirmadas.

“El único modo de saber qué paso realmente es volver en el tiempo, pero eso no es posible”, asegura el abogado. Por esta razón es que cada detalle se vuelve fundamental. Y el relato de El juicio es tan atrapante que uno siente que, desde el otro lado de la pantalla, está luchando para descubrir la verdad detrás de los 11 minutos que desataron esta historia.