HUMOR

El pasado domingo, La Tele devolvió el humor a la televisión uruguaya con el estreno de La culpa es de Colón, que reúne a cinco comediantes que abordan distintas consignas presentadas por uno de los participantes, quien oficia de conductor o disparador de la charla. En la versión local, una semana le toca a los hombres y la siguiente a las mujeres.

La versión local, con libretos de Fernando Schmidt, se estrenó el domingo pasado, con los varones del programa: con Maxi de la Cruz como presentador, Marcel Keoroglian, Diego Delgrossi, Leonardo Pacella y Germán Medina.

Esta noche llega el elenco de las mujeres integrado por Luciana Acuña, Manuela Da Silveira, Jimena Vázquez y Lucía Rodríguez para responder las consignas que les presente Catalina Ferrand, quien también opinará sobre los temas del día como si se tratara de una charla entre amigas, con desenfado y, a veces, algo de incorrección política.

La producción armó su elenco con representantes del stand up, el carnaval, el teatro y la televisión.

“Si te ponés a ver la carrera de cada una, todas han tenido caminos muy diferentes, y me incluyo”, dice Ferrand quien regresa a la televisión con este formato. “Entonces tenemos todos los estilos, las maneras de hablar y de pronunciarse, y eso hace muy rico al programa”.

Si bien Da Silveira, Ferrand y Acuña tienen una larga carrera haciendo televisión, es el debut televisivo de Vázquez y Rodríguez, quienes provienen del Carnaval, una plataforma en el que muchas mujeres han empezado a encontrar un terreno fértil para hacer comedia. Vázquez, fue nombrada Figura Máxima del Carnaval, distinción que por segunda vez en el Concurso Oficial se entregaba a una mujer.

Para Vázquez hacer televisión significó adquirir un lenguaje distinto al del Carnaval y el teatro. “Es un mundo nuevo a nivel de imagen y exposición, porque la tele llega a todos lados”, le dijo a El País. “Recién estoy adentrándome en esto y siento que estoy bien acompañada. Además es un formato que te ayuda. Al ser como estar en tu casa hablando, ayuda a ser lo que uno es”, dice.

Si bien las cinco comediantes son las protagonistas de este formato y son ellas las que hablan, “hay cosas que son exageradas, parodiadas o incluso inventadas para buscar ese humor”, dice Vázquez. “Hay cosas en la vida en las que no sé si soy así, pero es Jimena la que habla, entonces genera un límite delicado pero que es parte de ese formato y la búsqueda del humor”.

Para Luciana Acuña sucede algo similar y cuenta que por momentos pueden surgir algunos de sus personajes. “Me salen personajes todo el tiempo porque naturalmente viven en mí, y como este programa permite ser uno mismo, los personajes pueden responder alguna pregunta”, le contó a El País.

Independientemente de quién responda, las respuestas son honestas. “Contamos cosas que nos pasan y la gente se puede sentir identificada con eso que decimos, porque somos cinco mujeres muy distintas. La idea es que cada una sea lo más auténtica posible para reflejar lo que nos pasa en el el día a día”, agrega.

Para Ferrand, quien se mueve en teatro y televisión aunque también ha participado en el Carnaval, las horas previas al estreno tienen “esa adrenalina de que por fin se nos va a dar”, dice. Y si bien las cinco son diferentes, “cada una admira a la otra y eso nos potencia porque cuando una toma la posta y habla, o se va por un camino para desarrolar algo, quedamos embelezadas porque nos fascina cómo es la otra”, dice.

Si bien hay programas de televisión que tienen únicamente mujeres en su plantel, en distintos horarios y canales, en La culpa es de Colón se unen por primera vez cinco mujeres para hacer comedia, un género casi exclusivo de varones en la televisión uruguaya.

“Lamentablemente todavía tiene un componente de novedoso que seamos mujeres”, le dijo a El País, Da Silveira. “Está bueno que se den nuevas conversaciones y ya sea porque no han surgido propuestas o ha habido un lugar para las mujeres en el humor. Está bueno que este formato tenga un equipo femenino. Esa falta de mujeres haciendo humor se debe a una falta de costumbre. Por eso es un honor estar en este proyecto con estas genias. Estando con un equipo así, con ellas, me siento más sólida”.

Por esto, Ferrand dice que el programa “es una oportunidad para ser nosotras, ser espontáneas, genuinas y hablar sobre nuestras vidas, porque es hacer humor desde nuestros lugares y pareceres. Además, al estar en el horario de la noche nos permite otra soltura, el desenfado, la osadía y decir cosas que capaz se le permitía más a los hombres”, señala.

“No sé si el hombre hace un tipo de humor y la mujer uno distinto”, dice Vázquez. “Siento que el humor es genérico, no es que el hombre haga un humor distinto al de la mujer porque el humor es un estado de ánimo que puede ser amargado, por ejemplo, el tema está en el sentido que le das a ese humor”.

Sea el mismo humor o distinto, no hay muchos espacios para las mujeres haciendo comedia en televisión. Juan Pablo Olivera, director del Club de Comedia cuenta que siempre ha habido prejuicios en el humor. Sin embargo en su escuela el alumnado es mayoritariamente femenino. “Luego hay una entrega que a veces las mujeres abandonen más que los hombres. Académicamente hay más mujeres que hombres aunque los lugares de comedia terminan siendo de hombres porque hay menos mujeres que se terminan dedicando a la comedia”.

Graciela Rodríguez, una referente de la comedia en televisión desde Decalegrón señala que esa falta de mujeres es producto de vivir en una sociedad machista. “No solo en el humor, en un informativo hay más hombres que mujeres, igual que en un programa deportivo. Sigue costando estar”, señala la actriz que tiene su espacio en la Supertarde de Radio Oriental donde hace personajes. “Por eso me alegro que haya un programa de humor con cinco mujeres”, dice Rodríguez.

“Está bueno que sucedan este tipo de programas porque hacen reír pero también son más efectistas y dejan algo. Es más que una sucesión de chistes de lugares comunes y simple identificación”, dice Olivera.