ESTRENO

Tener al aire una serie premiada y nueva en la televisión abierta es una rareza; más cuando se trata de una como The Good Doctor o Un médico brillante, que además de tener un elenco sólido y un creador de renombre, visibiliza un tema tan importante y olvidado en la pantalla chica como el Trastorno del Espectro Autista.

The Good Doctor de la que esta noche a las 22.30 Canal 4 estrena nueva temporada (que el año pasado emitió Canal Sony que repetirá la segunda temporada desde el 20 de abril), es una creación de David Shore, quien hace algunos años había mostrado el día a día de otro profesional brillante: Doctor House. Si bien Shaun Murphy (interpretado por Freddie Highmore) es un pequeño genio que suele tener la respuesta para casi cualquier problema médico, no es gruñon o soberbio como aquel que interpretó Hugh Laurie.

Pese a su idea original, es la remake de una serie surcoreana del mismo título que se centra en ese joven y brillante cirujano del hospital San Jose St. Bonaventure de California. Sus enormes conocimientos médicos se contraponen con su incapacidad para relacionarse emocionalmente tanto con sus pares como con sus pacientes.

La serie ha sido el drama más visto en Estados Unidos con más de 17 millones de espectadores, recibió elogios y le valió a Highmore una nominación a los Globo de Oro como mejor actor en una serie dramática.

Si bien el tener a un adolescente como doctor que atiende pacientes parece ser una novedad en la televisión, entre 1989 y 1993 Neil Patrick Harris fue El pequeño doctor, serie creada por Seteven Bochco y David E. Kelly. A diferencia de The Good Doctor se centraba, en tono de comedia, en el día a dia de un adolescente que tenía que balancear las desventajas de tener menos de 18 años con las obligaciones de un médico.

Proveniente de una zona rural, en la primera temporada, el joven Murphy se ganó su lugar entre los colegas del hospital que dudaban de sus cualidades como doctor. En la segunda temporada intentó despertar su empatía, aprendiendo de quienes lo rodean algunas habilidades que le sirvan para su vida profesional y personal. Y no fue una temporada sencilla ya que estuvo a punto de perder a su mentor, y la única persona que lo consideró como parte de su familia; eso hace que el joven doctor esté al límite con sus sentimientos y emociones. Como si esto fuera poco, cada día llegan más pacientes al hospital, todos con un problema distinto que este joven doctor con sus colegas intentarán atender.

Con esos ingredientes The Good Doctor se volvió una de las mejores series sobre médicos, universo en el que también se encuentran Grey’s Anathomy, The Resident o Chicago Med. Eso se debe a Highmore -quien cambió su cuchillo en Motel Bates por un bisturí- con cara de bebé, un trastorno del espectro autista y síndrome del sabio, está en una situación inédita. Y lo que carece Murphy en roce social, lo compensa con sus habilidades de diagnóstico que son tan acertadas como las del maniático House.

Y como la serie se centra en el día a día de ese hospital, hay mucha jerga médica que puede ser confusa o entreverada. Y si bien las enfermedades cambian en cada capítulo y no todos los pacientes sobreviven, este joven actor despemeña su trabajo con una torpeza entrañable que se mezcla con momentos de brillantez, cuando descubre el mal que afecta el paciente o el modo de poder atenderlo.

Además de Highmore, quien ha demostrado tener una de las carreras más prolíficas de Holywood, y uno de los pocos intérpretes que logró hacer la transición de niño actor a adulto, se encuentra el gran Richard Schiff (Toby Ziegler en The West Wing) quien es el Doctor Glassman, ese amigo y mentor de Murphy.

Como adelanto, hay que decir que está toda la receta pronta para seguir viendo una serie nueva y novedosa en la televisión abierta uruguaya. Y eso también es bastante inédito.