Publicidad

José María Listorti: "Tengo una muy buena relación con Tinelli porque no lo molesto"

Compartir esta noticia
José María Listorti

Entrevista

El conductor y cómico habla de cómo pasó su Covid-19, de su regreso a "Showmatch", de su carrera y su gran momento

José María Listorti
José María Listorti. Foto: Diego Spivakox, La Nación/GDA

Después de tantos años, es muy reconfortante seguir vigente”, se sincera José María Listorti. Como un chico con un juguete nuevo, de movida se entusiasma contando sobre su nueva aventura laboral. Acaba de estrenar en Argentina Súper Súper, el formato producido por LaFlia, la compañía de Marcelo Tinelli, que propone diversos juegos dentro de un supermercado. También es parte del regreso del humor a Showmatch.

En septiembre del año pasado se contagió de Covid-19 y un principio de neumonía ameritó una internación de una semana: “Sería injusto decir que me asusté, pero me sonó la alarma cuando le pregunté a la doctora qué pasaba si la neumonía seguía avanzando sobre el pulmón”.

—¿Qué te respondió?

—Hizo silencio.

—Todo dicho.

—A los segundos me dijo: “Eso no va a pasar”, ahí entendí que no había una solución posible y que esa era la causa de gran parte de los fallecimientos. En ese momento, se me movió la estantería.

—¿Cómo fue la recuperación?

—El post Covid fue feo.

—¿Por qué?

—Cuando salí de la clínica, supuse que, casi al día siguiente, iba a volver al trabajo, pero no podía, no me sentía con ganas, estaba cansado. Por momentos, imaginé que tenía depresión porque deambulaba por la casa sin ganas de nada, comía porque tenía que comer.

—El regreso a la actividad, ¿fue complejo?

—Cuando volví al canal, me agitaba y me cansaba. Eso me duró como un mes y me asustó.

—Si Listorti padece depresión, ¿qué queda para el resto? ¿Sos consciente de esa presión por ser siempre el generador de climas festivos?

—No conozco la depresión, pero tengo muchos días de bajón. Creo que se me nota en cámara y lo perciben mis compañeros. Dos o tres veces por año paso esas crisis.

—¿A qué se debe?

—Me pregunto qué hago en el lugar en el que estoy, siento que no tengo ganas de trabajar. Le sucede a todo el mundo. Vos, sin ir más lejos, quizás no tenés ganas de entrevistarme.

—Tengo ganas de entrevistarte.

—La diferencia con los que hacemos televisión es que tenemos que poner la cara y estar sonrientes a pesar de todo. Incluso, es una exigencia de la calle, la gente no soporta que uno no esté pleno y divertido. Me he cruzado con gente que se enojó porque no la saludé. No me reclaman que no les haya devuelto un saludo, sino que, directamente, no tuve la iniciativa de saludarlos. Me ha pasado que me dijeran: “Qué maleducado, ¿por qué no saludás?”.

—¿Qué respondiste?

—"Señora, no la conozco”, es muy loco. Cuesta estar sonriente todo el tiempo.

—A los humoristas se les demanda que ejerzan el humor en su vida cotidiana.

—Siempre pongo el mismo ejemplo: si voy a una fiesta donde casi no conozco a nadie y entro saludando y haciendo chistes, me van a decir que me quiero hacer el gracioso para llamar la atención. Si entro serio, me pondrán el mote de antipático. Como nunca se conforma a todos, hay que hacer lo que uno tiene ganas.

—¿Cómo atraviesa el humor a la sociedad actual?

—El humor es la única expresión artística a la que se le reclaman límites. Un pintor pinta lo que se le ocurre, un compositor y un poeta crean lo que sienten, pero los que hacemos humor tenemos que tener límites. No avalo todo lo que se dice en un chiste, como un novelista que escribe sobre asesinatos tampoco aprueba eso. El humor es ficción, no entiendo por qué se lo toma de manera literal.

—Como humorista, ¿no te planteás ningún límite en cuanto a temáticas a abordar?

—Me gustaría no planteármelo, pero lo hago cuando siento que puede herir. De todos modos, siempre alguien se puede sentir tocado, porque el humor es políticamente incorrecto, va a contramano de lo que tendría que pasar. Por eso nos reímos si alguien se tropieza en la calle porque es algo que no debería suceder. La lejanía con un hecho, ayuda, se dice que humor es tragedia más tiempo. Hoy podemos hacer una broma sobre el Titanic, pero cuando sucedió el hundimiento, no hubiese sido aceptado.

—Sos una persona muy conocida y muy querida. Mirando hacia atrás, ¿soñabas con desarrollar una carrera tan popular?

—Mi viejo era carnicero y mi mamá ama de casa, no tenía ningún contacto con el mundo de la televisión y, en aquellos tiempos, no era tan fácil entrar, había solo cuatro canales. Sin embargo, soñaba con todo esto pero, cuando lo intentaba, volvía muy bajoneado a casa, no había oportunidades. Me preguntaba cómo hacer para llegar, para demostrar lo que podía hacer, si ni siquiera me permitían una prueba. No tenía representante, no sabía cómo se hacía.

—¿Cuándo ingresás al medio?

—Arranqué en 1993, cuando ya tenía mi carnet de locutor.

—¿Cómo sucedió?

—Estaba a punto de tirar la toalla cuando le mandé al Chato Prada un video de una cámara oculta que había hecho de manera casera. Un amigo me grabó desde su auto con vidrios polarizados, mientras yo hacía que me desmayaba en la calle, creo que le puse de título: “José María desmayado”. Eso le causó gracia al Chato Prada, que fue quien me llamó. Hubo que pelearla, nunca nadie te va a ir a buscar a tu casa.

—¿Cómo es tu vínculo con Tinelli?

—Tengo una muy buena relación con Tinelli porque no lo molesto. Si te muestro mi historial de WhatsApp, hablé hace unos días para conversar sobre el nuevo programa, pero hacía dos meses que no tenía contacto con él. No lo jodo para nada, no le chupo las medias ni le estoy todo el tiempo atrás, no me gusta ser cargoso. Muy de vez en cuando puedo molestarlo por algún tema personal, pero no tengo una relación fluida. Mi relación con Tinelli es de jefe a empleado. Sé que hay como una competencia entre mucha gente por ver si los invita a la casa o no, a mí no me interesa eso. A gente como Tinelli, cuanto menos problemas le lleves, mejor la pasás.

—Alguna vez, ¿te has peleado con él?

—Sí...

—¿Cuál fue la razón?

—Me da vergüenza decirlo, no lo quiero contar. No sé si querrá que lo cuente, que lo haga él.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

José María Listorti

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad