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Daniel Castro habla de "Telenoche" y "Todas las voces": "Rindo examen todos los días"

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Daniel Castro. Foto: Marcelo Bonjour

ENTREVISTA

Daniel Castro habló con El País sobre los cambios en "Todas las voces", la responsabilidad de conducir "Telenoche" y su evolución en los medios de comunicación. "Mi obsesión es ayudar a pensar", dice.

Con más de 25 años en Canal 4, Daniel Castro se consolidó como una de las figuras del canal y de toda la televisión uruguaya. El periodista que llegó de Tacuarembó a mediados de los noventa para probar suerte en los informativos del Canal 5, confirmó su lugar en el medio local cuando, en 1996, ingresó como movilero del noticiero de la mañana en el 4. Desde ese momento inició una carrera que lo llevó a conducir Telenoche y Todas las voces, el programa de debates que se emite cada lunes a las 21.00.

“Lo que se premia es el trabajo y el interés de ir todos los días con la actitud de mejorar”, dice a través de una llamada telefónica. “La mejoría continua se impone en este oficio, y aunque no sea buscado, al final uno recibe la retribución del reconocimiento”.

Al respecto de su rol al frente de ambos formatos periodísticos y su búsqueda de crecimiento constante, Castro habló con El País.

Todas las voces ya lleva cinco temporadas al aire. ¿Qué balance hacés del crecimiento del formato?

Todas las voces es como un organismo vivo que va evolucionando y madurando. De hecho, ahora va a haber otro cambio. Próximamente va a volver el formato del panel con cuatro figuras que van a ser muy aceptadas porque son muy solventes y sólidas. Creo que de parte de la audiencia va a haber una gratitud y un agradecimiento del aporte de nuevas voces a un programa que pretende alcanzar esa diversidad de opiniones.

—¿Quiénes van a participar de este nuevo panel?

—Todavía no lo puedo anunciar, pero el cambio es inminente. Lo que sí te puedo decir es que son personas con ideas divergentes pero que apuntan alto en el debate. Son voces impredecibles, y en un tema pueden estar todos de acuerdo o no. Eso está bueno porque en Todas las voces hay mucha libertad.

—Mencionaste que “no todos pueden estar de acuerdo” en un tema. En este momento en el que las redes sociales generan una polarización de ideas, ¿sentís que el formato invita al diálogo?

—Sí, y la gente lo valora. El que acepta ir al debate sabe de antemano que puede haber momentos de tensión, porque de eso se trata una confrontación de ideas, pero también tiene claro que va a haber un respeto entre los participantes. Ese es el sello que logró el programa.

—¿Considerás que el ciclo permitió ver a los políticos de otra manera? Por ejemplo, Oscar Andrade fue panelista durante las primeras dos temporadas.

—Estoy convencido de que sí. Fijate que Andrade fue reconocido como una persona con una raíz de militancia sindical y político-partidaria, pero el público se encontró con una persona que para defender sus ideas no se quedaba en el eslogan, sino que estudiaba cada tema y lo hacía con profundidad. Eso fue algo que lo distinguió con el paso del tiempo porque el púbico sabe perfectamente que no es un improvisado. De hecho, el propio Ernesto Talvi, que en el algún momento tuvo la dificultad de llegar al gran público del interior, consideró que el instrumento del debate en Todas las voces le permitió lograr ese objetivo.

Daniel Castro. Foto: Marcelo Bonjour
Daniel Castro. Foto: Marcelo Bonjour

—Se cumplen 25 años de tu ingreso a Canal 4. ¿Qué reflexión te genera esta permanencia?

—Tengo la sensación de que mi camino fue como una escalerita. El 1° de setiembre se cumple el aniversario de mi primer móvil en el informativo de la mañana, y desde ese momento he ido en un ascenso profesional que me llevó a asumir la conducción de la nave insignia del canal. Cuando uno llega a la edición central de un canal no está solo conduciendo un informativo, sino que está asumiendo la defensa de una marca y de un estilo. Lo siento como un honor a diario y ese el combustible que me mueve, porque más allá de que tengo mis momentos donde me pregunto si está rindiendo con las expectativas de la gente, esa responsabilidad me estimula y me impulsa.

—¿Qué tan exigente es el trabajo al frente de Telenoche?

—Aunque sea un frase hecha, yo rindo un examen todos los días. Por más de que haya una experiencia acumulada, la curva de aprendizaje está permanentemente en ascenso. Más allá de eso, cuando llegás a la conducción del noticiero es porque tuviste que tomar decisiones respecto a otras cosas que te gustan; llegás al estudio, pero dejás de producir notas porque lo que prima es la responsabilidad mayor. Cuando aparezco a las 19.00 me encantaría mostrar que detrás de mí hay un equipo muy profesional y bastante numeroso, y que cada día los tengo que defender a todos.

—Volviendo a Todas las voces, comentaste que los nuevos panelistas son “voces impredecibles”. ¿Qué te gustaría generar con esta nueva propuesta?

—Mi mayor obsesión es ayudar a pensar. El propósito es provocar pensamiento y la forma de hacerlo es cuando tenés un conjunto de voces que seguramente serán contrastantes, pero que te invitan a a pensar. Que te estimulen el pensamiento debe ser el gran cometido de todos estos tipos de espacios.

daniel castro

"La presión es inherente en esta profesión"

Durante su entrevista con El País, Daniel Castro habló del trabajo periodístico en Uruguay. Al respecto del informe de la cadena alemana Deutsche Welle (DW), que aseguraba que aquí la libertad de prensa estaba “bajo amenaza” por presiones políticas y empresariales, el conductor de Todas las voces dijo: “La presión es inherente a la profesión. No existe el periodismo sin presiones, el asunto es que uno pueda modular y administrar esas presiones para que no afecten su trabajo”.

“Las presiones pueden venir del ámbito gubernativo, empresarial, sindical y ahora se incorporó la poderosa presión de las redes, pero uno tiene que saber administrar esas tensiones para ir detrás de un objetivo superior, que es la búsqueda de un periodismo honesto”, agregó.

“Ya está superada esa etapa de cuestionarse si el periodismo tiene que ser objetivo o subjetivo; el periodismo esencialmente es subjetivo porque se trata de una construcción muy humana, pero allí cuando se debate sobre sus principios, el tema es saber hacerlo en términos bien honestos. En ese ejercicio uno puede cometer errores, pero la base siempre tiene que ser la honestidad y la lealtad hacia el público”.

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