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"Costó, pero apuesto al futuro"

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"Nos vamos a Miami detrás de un nuevo proyecto de vida". Foto: M. Bonjour
Nota a Alejandro Figueredo, periodista y conductor de television uruguayo, en Teledoce, Montevideo, ND 20170830, foto Marcelo Bonjour - Archivo El Pais
Marcelo Bonjour/Archivo El Pais

Luego de una seguidilla de despedidas, cada una más emotiva que la otra, ayer viernes Alejandro Figueredo cerró su etapa en Teledoce. El comunicador de 47 años decidió un cambio de rumbo para su vida y se radicará con su esposa María Battaglino y sus hijas María Clara (17) y María Josefina (15) en Miami.

El próximo 10 de septiembre toma el avión, en principio solo porque su familia desembarcará en diciembre, una vez finalizado el año lectivo.

Figueredo explica que la decisión viene madurando a nivel familiar desde hace cuatro años y la toman con el objetivo de crecer profesional y personalmente. María Clara tiene resuelto continuar sus estudios universitarios en Estados Unidos. Él, por su parte, se suma como relator a la cadena Gol TV con sede en Miami, y María Battaglino, experta en diseño de interiores, también tiene posibilidades de expandirse en su rubro en el mercado del norte.

Pero la decisión ha tenido sus costos emocionales. Alejandro Figueredo comenzó en los medios en 1989 en radio El Espectador, fue periodista de Deportes en El País y, desde 1993, con su debut en el recordado Oxígeno, integra diferentes propuestas en Teledoce: Polideportivo, Verano del..., Día perfecto y hasta la actualidad, Desayunos informales y Telemundo. Su lugar será ocupado por Jorge "Coco" Echagüe en el primer caso y por Martín Kesman en el otro.

"Yo quería ser relator de fútbol, pero mi carrera me dio más de lo que esperaba. Aprendí y conocí lugares en el mundo, pero, sobre todo hice muchos amigos", asegura el conductor, último ganador del Iris en su rubro.

Con una vida y una carrera ya hechas aquí, Figueredo se declara orgulloso y sorprendido de sí mismo por haber tenido el valor de animarse a una nueva aventura.

Miguel Bardesio

—¿Cómo se tomó la decisión familiar de emigrar a Estados Unidos?

—Fue un proceso mucho más largo de lo que la gente supone en el sentido de que comenzamos a manejar la posibilidad de irnos desde hace unos cuatro años. Las diferentes situaciones y posibilidades se iban acercando o alejando en este tiempo hasta que ahora todo cuadró como para tomar la decisión de animarnos y cambiar de rumbo.

—¿Cuál va a ser su actividad allá?

—Voy a trabajar para la cadena Gol TV en los relatos de partidos de las ligas sobre las que tiene derechos la señal. El canal tiene alcance en Estados Unidos y Canadá. La sede para América Latina está en Montevideo, donde trabajé varios años, así que ya estuve vinculado a ellos. A su vez tienen programas de resumen semanal de las ligas, así que mi trabajo será en los relatos y estaré al frente de alguno de esos programas.

—¿Cómo lo están asumiendo a priori? ¿Es un plan temporal o definitivo?

—En realidad no nos pusimos una meta de tiempo porque la idea es quedarnos si todo va bien y explorar otras posibilidades profesionales. Mi señora también tiene la chance de crecer en su rubro: ella se dedica al diseño de interiores y una de sus mejores amigas vive allá y trabaja en lo mismo. Mi hija mayor, María Clara (17 años) va a ir a la universidad allá, en principio en el área de la biología, aunque está dudosa. Lo tomamos como un cambio de escenario sin ponernos una meta, ni un límite. Sabemos que vamos a comenzar un camino diferente, dejando atrás muchas cosas, pero la apuesta es irnos para quedarnos si todo va bien.

—Sus compañeros de Telemundo y Desayunos informales le organizaron emotivas despedidas. ¿Cómo ha vivido estos últimos días?

—Fueron días muy movilizadores. Se han juntado despedidas con familia y amigos con las que me hicieron en el canal. El tema está muy instalado; todo el mundo me habla de eso y a medida que se acerca el momento es... removedor. A nivel interior lo tengo muy asumido porque hace mucho que estoy procesando este cambio. Pero se acerca la fecha de partida y todo se moviliza. He estado como con piloto automático este tiempo, tratando de no pensar mucho, porque en etapas así todos los años y las vivencias se te vienen encima. Las despedidas de Telemundo y de Desayunos informales fueron un sacudón emotivo y de cariño. He tratado de controlarlo, pero me quebré y decidí liberarme también. Hay que soltar las emociones porque no es bueno tampoco aguantarse.

—La partida será el próximo 10. ¿Qué tiene resuelto del desembarco en Miami?

—Sé dónde voy a vivir y los pasos que voy a dar. Y mientras esté allá solo, voy a ir mirando las posibles opciones de casa. Mi señora se va a encargar del desarme acá y yo del armado allá. Así nos distribuimos.

—¿Cómo lo viven sus hijas?

—Están muy ansiosas. María Clara lo tiene muy digerido porque ya tenía previsto irse a estudiar. A la más chica (María Josefina) nos costó un poco más embarcarla en el proyecto, porque tiene 15 y está procesando el distanciamiento con sus amigas. También es consciente de lo positivo que se abre para ella, pero es quien más lo está sintiendo.

—¿Qué los sedujo de Miami?

—Es un lugar que nos gusta, donde tenemos amigos. El clima es agradable y hay opciones para los dos a nivel laboral y de estudio para las chicas. La conexión es relativamente sencilla: en una noche de vuelo estás en Montevideo. Es un destino al que la gente le gusta ir, por lo que recibiremos seguramente visitas muy seguido. Todo eso sumó para tomar la decisión.

—¿Qué valoración hace de su carrera?

—Mi carrera en Uruguay me dio mucho más de lo que imaginaba en el comienzo. Cuando me acerqué a los medios lo hice con el afán de transmitir fútbol, sobre todo en radio. Me inicié en El Espectador en 1989 y lo mío por mucho tiempo era eso: fútbol y fútbol. Luego descubrí que el abanico era mucho más grande y me di cuenta de mi vocación por el periodismo y la conducción. Oxígeno, que fue mi primera experiencia en televisión, fue fundamental y desde ahí se abrió un mundo que yo no esperaba. No me puedo quejar de nada: hice viajes, coberturas de eventos importantísimos, entrevistas... Conocí muchos lugares, pero, sobre todo, hice grandes amigos.

—Se anunció que la vinculación con Teledoce va a continuar, ¿de qué forma?

—La idea es que en la medida en que nos sirva a las dos partes, vamos a hacer cosas: informes, cobertura de determinados eventos. También está el proyecto de trabajar durante el Mundial de Rusia en 2018. El canal tiene los derechos y habrá que ver qué ocurre con Uruguay. Pero en la medida en que se haga una transmisión como en los mundiales anteriores, está hablado que vaya a Rusia y pueda trabajar desde allá. Dependerá de cómo evolucionan las cosas. Ojalá se dé.

—¿Qué cree que más va a extrañar?

—El primer gran desafío será estar separado de mi familia durante tanto tiempo. Hasta fin de año no nos veremos. Claro que tenemos un objetivo tan definido que resultará más llevadero el tiempo distanciados. Sabemos que nos vamos a reencontrar y vamos por un proyecto nuevo de vida, lo que nos estimula a todos. Después, la dinámica de trabajo la voy a extrañar seguramente. Estoy acostumbrado a un ritmo que si bien es desgastante, también es adictivo, así que voy a sufrir un poco de abstinencia de mi trabajo en el canal. No hay duda. Y obviamente voy a extrañar a la familia que se queda, a los amigos, a mis compañeros de golf... Porque yo tengo mi vida resuelta acá hace mucho tiempo.

—Por eso quizás es más llamativa esta partida...

—Sí, pero hay una cuota de desafío y aventura que nos gustó asumir, incluso con el riesgo que implica. Me armé de valor y me sorprendí de mí mismo, de cómo, si bien me costó, tomé la decisión con mucho entusiasmo y ganas de descubrir y apostar por el futuro. Estoy orgulloso de haberme atrevido a dar el paso. Hay una apuesta pero basada en cosas sólidas. No nos estamos timbeando el futuro. Nos tengo una fe muy grande para que todo salga como lo imaginamos.

MÁS DE DOS DÉCADAS EN PANTALLA.

Oxígeno - 1993 (Teledoce).

En 1989, Alejandro Figueredo se inició en los medios en radio El Espectador, al integrar el equipo de las transmisiones de fútbol de Daniel López Moroy. En 1992 se sumó a la redacción de El País, en su sección Deportes. Al año siguiente, debutó en el recordado Oxígeno, un programa producido por Eugenio Restano y dedicado a deportes alternativos que significó también el debut de Victoria Rodríguez y Fernando Tetes.

Deportes - 2000 (Polideportivo y Telemundo).

El comunicador se integró al equipo de Polideportivo y luego a Telemundo. Para Canal 12 cubrió los eventos deportivos más importantes de los últimos años, incluidos los Juegos Olímpicos de 2000, cuando Milton Wynants ganó una medalla para Uruguay y los mundiales de 2010 y 2014, donde se destacó como relator. En Rusia 2018, probablemente vuelva a ese rol para Teledoce.

Desayunos - 2015 (Teledoce)

Con Día perfecto, en 2010, Alejandro Figueredo debutó en la conducción de magazine. Luego repitió con Desayunos informales hasta el presente. Su labor le valió el último Iris a conducción de TV. En la despedida del magazine, agradeció a su amigo Eugenio Restano, hoy gerente de programación de Teledoce, y al Ing. Horacio Scheck, quien lo alentó en sus comienzos.

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"Nos vamos a Miami detrás de un nuevo proyecto de vida". Foto: M. Bonjour

ALEJANDRO FIGUEREDO

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