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Concursos: una pantalla con buena onda

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MasterChef
Maria Gracia Sosa y Nelson Viazzo, ganadores de Master Chef Uruguay el el programa Puglia Invita en La Baguala, ND 20171213 foto Darwin Borrelli - Archivo El Pais
Darwin Borrelli/Archivo El Pais

Balance 2017

Master Class y MasterChef fueron las estrellas de este año en la televisión local con competencias que apelaban a la excelencia

MasterChef

La grilla de televisión local suele ser bastante rígida. Magazines en la mañana, informativos, chismes para la tarde, más informativos y programas importados. Eso y alguna producción nacional en formato generalmente periodístico o testimonial. Así ha sido hace un buen tiempo, donde las producciones locales suelen pasar casi que desapercibidas entre los “enlatados”, películas viejas o de medio pelo y telenovelas procedentes de Brasil y Argentina, Chile y Turquía, un origen que en 2017 no apaciguó su presencia en la grilla de los canales privados.

Pero este año los canales se animaron a desarrollar aquellos programas que antes llegaban del exterior y que mirabamos con el anhelo que algún día se pudieran hacer en nuestro país. Eso consiguió algo que parecía obsoleto: sentarse a una hora determinada para mirar televisión.

Eso hizo que, con programas como MasterChef y Master Class, 2017 haya sido un año de cambio. Fueron propuestas que apostaron a una competencia sana que apelaba a la excelencia y que se volvieron entretenimientos familiares en tiempos de hogares con muchas pantallas simultáneas.

Hasta este año el único show de talentos uruguayo era Maybeline Model (por Monte Carlo), que este año llegó a sus cinco ediciones. Un programa en el que distintas modelos tienen que superar pruebas para ganarse el cariño (o sea los votos) de la gente y así convertirse en la campeona. Aunque el programa de Sofía Rodríguez tenía una desventaja —es para un pequeño nicho de espectadores involucrados con las tendencias y la moda— demostró que acá se podía hacer un certamen de talentos.
Este año, se sumaron otras propuestas similares.

Los niños cantando.

La Tele, por ejemplo, después de probar con Yo me llamo el año pasado, adaptó el concurso de canto infantil creado en Israel, Master Class, en el que 16 niños (18 en la segunda edición) asistían a clases de canto, preparaban una canción y la interpretaban los domingos frente a un jurado integrado, entre otros por dos ex veteranos de la música popular uruguaya, Laura Canoura y Gonzalo Moreira. Un show en el que no había críticas negativas ni eliminados aunque demostró que hay talento y una buena camada de niños con ganas de comenzar a transitar por el camino de la música.

Un programa que se lució por los talentosos participantes y que tuvo que competir contra los tanques de la competencia (Bendita TV y Susana Giménez) y lo hizo con armas que, para tiempos como estos, podrían parecer anticuados como la buena onda y el saludar el talento.

Fenómeno entre ollas.

Claro que el gran fenómeno de este año, sin dudas, fue MasterChef. La adaptación del famoso concurso de cocina surgido en el Reino Unido tuvo un exitoso sabor local con Sergio Puglia, Lucia Soria y Laurent Lainé como sus exigentes jurados en dos ediciones en un mismo año.

Un programa que cada lunes pareció paralizar al país, que esperaba conocer qué participante se iría de su cocinas y que comentó y criticó cada decisión de los jurados. Una apuesta que le dio sus frutos a Canal 10, que lideró el rating de los lunes, llegando a cifras históricas.

Los jurados y finalistas de MasterChef. Foto: Darwin Borrelli
Los jurados junto a los finalistas de MasterChef. Foto: Darwin Borrelli

La primera final en la que el policía Nilson Viazzo fue nombrado el primer campeón de la cocina llegó a medir más de 21 puntos de rating. Y como si fuera un reflejo de esas mediciones, una enorme caravana acompañó al ganador hasta su Florida natal.

Y MasterChef tuvo otro agregado, ya que los finalistas y algún otro participante de la primera edición, comenzaron a dar sus primeros pasos en los medios, con participaciones en programas (Leticia tiene un segmento de cocina en La mañana en casa), publicidades y hasta teatro (Lourdes y Amparo tuvieron una obra en cartel).

Por eso y antes que se apagaran las hornallas de ese primer ciclo, comenzó el segundo. Una nueva tanda de participantes llegaron para ganarse el corazón de los espectadores, aunque fue la venezolana María Gracia Sosa la ganadora, en un programa que repitió los excelentes niveles de audiencia del anterior ciclo.

Además, este año las redes sociales acompañaron la influencia de este programa. Así, el hashtag #MasterChefUy, fue la tendencia de cada lunes, llegando a tener un alcance global en alguna edición.

Fenómenos como el de Master Class o MasterChef parecieron conseguir que, por primera vez muchos uruguayos se sintieran orgullosos de nuestra televisión. Los concursos, además sirvieron para demostrar lo que parecía una leyenda urbana: que en Uruguaya hay talentos por descubrir, solo basta darles la oportunidad para que se luzcan.

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