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Cecilia Olivera y el desafío de ejercer periodismo independiente en un canal estatal

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Cecilia Olivera en "Periodistas". Foto: TNU

ENTREVISTA

La ex "Tarde o temprano" integra el equipo de "Periodistas", el programa que se estrena este martes por TNU, y antes habla de su carrera

Conductora de 970 Noticias Primera Edición y De taquito a la mañana en Radio Universal, cantante y creadora del podcast EspiritualMENTE, Cecilia Olivera es parte de Periodistas, el periodístico de TNU que estrena hoy con Jorge Traverso, Alfonso Lessa, Diego Zas y María Eugenia Rodríguez y que irá martes y jueves a las 20.30.

Antes de este desafío, la periodista fue parte de Telemundo y un tercio de Tarde o temprano, el programa vespertino de La Tele que fue levantado en marzo, durante la pandemia.

“Cuando me fui de Telemundo la gente me decía: ay, te vas de las noticias; le tenían miedo a la revista. Yo al revés. La gente no sabe lo encorsetado que a veces uno se siente dentro de un noticiero. ¡En Tarde o temprano metí un espacio de filosofía en la tarde! Me di el lujo de hacer lo que se me antojara”, asegura sobre ese ciclo con Camila Cibils y Paula Echeverría, que además son sus compañeras de De taquito...

Fiel a su personalidad, dice que vivió el fin de ciclo con aceptación, no con enojo ni dolor. “Fue buenísimo porque por primera vez, estando en el valle, pude mirar para arriba y decir: cuando hice cima y toqué la punta de la montaña, supe que era la punta de la montaña, lo valoré, disfruté y miré el paisaje. Me fui feliz porque lo disfruté todos los santos días”.

Ahora emprende un nuevo camino.

-Sos parte del equipo de Periodistas, programa que estrena hoy en TNU. En un momento en el que hay periodísticos en competencia en todos los canales, ¿es un desafío buscar un diferencial?

-Por el lado individual, cuando me llega la propuesta, lo que más me preocupaba mucho antes de la competencia en sí era hacer periodismo en un canal del Estado. Nunca me había tocado trabajar en un medio público, y de alguna manera uno tiene cierto prejuicio de que lo encasillen o lo empaten con cierta tendencia política. Y yo no tengo orientación política, realmente, y he tratado de cuidar la independencia en servicio de la profesión. Lo primero que planteé fue eso y fue una charla profunda con Gerardo (Sotelo) y Carlos (Muñoz), de que la idea de ellos es poder ejercer periodismo independiente dentro de un canal estatal.

-¿Y lo ves posible?

-Si nos vamos a un punto filosófico muy profundo, la independencia y la objetividad pueden estar en crisis. Pero sí me parece que hay una cabeza que tiene las ganas de dejar hacer y que sabe de la cocina periodística, y nos pide que estén mostradas todas las campanas o por lo menos siempre presente la de la oposición, y a mí me da ciertas garantías.

-¿Te preocupaba, más allá de la mirada externa, que te marcaran línea desde adentro, que se pusieran límites?

-Lo que se ve desde afuera uno aprende a soltarlo, porque a mí me han tildado de lacallista porque me tocó seguir a Lacalle en las elecciones, y vos decís: no tenés ni idea de cómo funcionan los medios. Lo de afuera no es tanto. Es más bien ser honesto con uno mismo de en qué condiciones quiere trabajar. A mí hoy por hoy, me preocupa el mundo que estamos presentando a los televidentes. Y de venir del ámbito privado, lo que me deja contenta es que en un medio público podés tener la contrapartida de que dependés del gobierno de turno, puede ser, pero por otro lado no tenés la parte comercial que afecta a los medios. Y al no tener la parte comercial, podés hacer el programa que querés hacer más allá del rating. Y eso te permite trabajar los temas sin buscar el impacto de la pelea. Yo estoy en una postura de vida en la que no me interesa aportar a la división.

"Yo estoy en una postura de vida en la que no me interesa aportar a la división"

Cecilia Olivera

-Te movés en distintos ámbitos en cuanto a temas y plataformas: hacés radio, música, tenés un podcast. ¿Qué te atrapa de la televisión en concreto?

-Todo el tiempo me planteo qué es lo que me atrapa de lo que hago, capaz que por tener una conducta de hacer las cosas porque se alinean con el propósito de uno y no tanto por la pavada del momento. Yo soy una enamorada de la comunicación, a mí me gusta comunicar el sentir de la situación en la que tengo la oportunidad de estar. Por eso mi cabeza hoy va por la conciencia de lo que se está transmitiendo, y de ahí que me interesen todos esos contenidos. Como que la vida me está dando la posibilidad de comunicar en distintos lenguajes, pero manteniendo esa conducta de ser responsable de lo que uno dice, aportar buena energía, querer ver un mundo lindo. Yo soy muy diferente a los periodistas de política en ese sentido; no estoy buscando el defecto, al contrario, estoy buscando la virtud. Y creo que desde ahí también se puede hacer buen contenido.

-¿Te han hecho sentir esa mirada optimista, digamos?

-Sí, porque hay un gran prejuicio de que ser incisivo, combativo y tener cara seria es ser buen periodista. No digo que no lo sea, pero uno también tiene que mirarse al espejo con honestidad y ver cuál es su forma de ser y comunicar naturalmente. A mí me llevó un cuestionamiento el ver donde yo estaba parada en el periodismo, y lo que me interesa es ir a la fibra sensible de las personas. Yo no estoy tironeando el titular hoy porque no es lo que me interesa; me interesa ir donde esa persona me muestra su humanidad.

-Cuando empezaste a proyectarte en los medios, ¿dónde te veías?

-Ahora estoy reencontrándome con mi niña interna, con aquella periodista que empezó a estudiar queriendo ser corresponsal de guerra. Quería ir a la CNN, la BBC, alguna cadena internacional a cubrir conflictos; ese era mi norte. Pero mi padre es como una enciclopedia y siempre que hablábamos de historia él era las fechas, los datos, y yo las causas y las consecuencias. Desde chica tenía ese perfil más marcado de lo social. Y en realidad en Uruguay, cuando empecé a trabajar, mi pelea era que me tomaran para las noticias, para algo serio, porque yo parecía de 13 (se ríe). Y hoy volvió esa que quería estar cerca de los dramas humanos más que de los cargos.

-En paralelo a la veta periodística sos cantante. ¿Qué lugar ocupa la música?

-La música es un lugar de conexión. Se ve que toda la vida busqué un escape de este mundo físico, material, por todos lados. Siempre estuve enamorada del piano, desde chiquitita; hice clases, en la adolescencia me invitaron a ser parte de una banda donde yo estudiaba, y mis padres no me dejaron. Era menor de edad, qué iba a ir a bolichear. Y bueno, ahora a los 40 estoy bolicheando y mis padres me van a ver. Se dio vuelta todo. Cada vez que tenemos un toque yo me pongo el disfraz de artista y lo vivo como que estoy teniendo una revancha; y trato de esforzarme mucho, con las clases y ensayos, con toda la humildad pero haciendo de las mías. Estoy feliz con eso y ya gané un espacio los sábados con la música que es religión, los sábados; no hay programa de televisión que me haga correr eso.

-El cantar, tener una búsqueda espiritual y poner el foco lo que no es oscuro, ¿te hacen sentir outsider en el medio?

-¡No, al contrario! Es imposible que si estás transitando un camino espiritual con cierta coherencia te ciertas aparte del resto. Todo lo contrario. En general eso te hace entender más todos los espejos que tenés alrededor, que todo lo que se presenta afuera es parte de vos. Yo estoy reagradecida de la variedad, porque en el fondo todos somos una misma cosa.

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