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Teatro alternativo porteño sobre la sombra de Hamlet

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Disfuncional. La obra trata de lo político desde lo individual. Foto: Difusión

El Solís recibe desde hoy una singular obra argentina.

Hoy la Sala Zavala Muniz, del Teatro Solís, recibe un espectáculo argentino que habla de lo que podría ser una familia disfuncional, servido en escena desde una perspectiva que trabaja sobre el cuerpo del actor y sus propias características. Es Hamlet está muerto, sin fuerza de gravedad, nombre sugerente que tiene detrás un texto del dramaturgo austríaco Edwald Palmetshofer, llevado a escena por Lisandro Rodríguez.

Este trabajo escénico llega desde Buenos Aires, desde una sala y una compañía singular: Elefante Club de Teatro, que fue fundada por Rodríguez en 2004, cuando él tenía algo más de 20 años y buscaba un sitio para vivir en la capital. Él es de Quilmes, y optó por resolver a la vez su problema de vivienda y de trabajo artístico, fundando un teatro en su hogar. Desde entonces la compañía se mudó un par de veces, siempre por el mismo barrio: Almagro.

En ese sentido, la historia de esta compañía tiene puntos en común con Timbre Cuatro (más conocida por el público uruguayo), otro de los grupos porteños que surgió desde salas chicas. "Cuando yo abrí la sala, Timbre Cuatro tenía uno o dos años, aunque esa compañía creció hacia otro lugar. Yo siempre puse las fichas en no expandirme demasiado", contó a El País Rodríguez, quien ya presentó en Montevideo, en 2013, La mujer puerca, también en el Solís.

No hay en la obra un personaje que se llame Hamlet, aclara el director, pero la gran criatura de Shakespeare ronda un poco a todos los personajes de esta familia, que Rodríguez plantó en la Argentina actual. "La obra habla de parricidio, de traiciones, asesinato, muerte, velorio, familia. Para mí es como una familia del conurbano bonaerense, de clase media, perdida, revoloteando", indica el director.

Sofía Brito, Horacio Banega, Andrea Strenitz, Vanina Montes, Paco Gorriz y Claudio Mattos se reparten esos personajes bastante conflictivos. "Está la idea de un asesinato, y de un hijo que no entiende, y que cuestiona todo el tiempo el orden de las cosas. Ese es el vínculo con Hamlet. Los personajes son almas perdidas que están buscando una explicación, a lo político y al amor. Para mí es una obra sumamente política. Porque no sólo cuestiona los vínculos familiares, sino también el modelo capitalista, de un modo muy inteligente, con humor y con ironía", reflexiona Rodríguez, que buscó adaptar los personajes a los cuerpos y modos de los actores, desde una doble perspectiva, que contempla los vínculos íntimos y la exposición al público. "Es una obra que cuesta entrarle al comienzo, pero después es como si las piezas se fueran acomodando. No es un relato clásico, pero no deja de ser un relato".

Hamlet está muerto, sin fuerza de gravedad se presenta dentro del Ciclo de Teatro para Jóvenes, del Solís, y va el jueves 31 de marzo a las 21:00, viernes 1º de abril a las 19:00 y a las 21:30, y el sábado 2 a las 21:30. La obra dura 70 minutos, es para mayores de 15 años; las entradas se venden en Tickantel y valen $ 300.

Lisandro Rodríguez dará también un taller: Teatro urgente en el Solís: manifestarse y presentar. El mismo está orientado a experimentar en la construcción de sentido y lenguaje escénico con sus propias experiencias personales. El taller es el viernes 1º y sábado 2, de 10:00 a 16:00, con un corte de 45 minutos. Tiene un cupo de 20 participantes y 20 oyentes, y el precio es de $ 1.100 para los participantes y $ 300 los oyentes. Se da en el Solís, y se recomienda asistir a la obra para cursarlo. Inscripciones: [email protected]

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