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El tango como motor de un vistoso espectáculo

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Tu cuna fue un conventillo

Crítica: Tu cuna fue un conventillo

Con éxito de público se vienen dando las funciones de esta obra que saltó del Tinglado al Teatro Solís

Un musical tanguero merece ser alentado. No porque no se haya hecho antes, dado que es uno de formato escénico bastante revisitado. Sino porque tanto por el lado del tango, como por el del musical, ambas actividades merecen ser explotadas con más eficacia y permanencia en la cartelera montevideana. Tu cuna fue un conventillo, que desde hoy hasta el domingo da sus últimas tres funciones en el escenario mayor del Solís, es un espectáculo que vale la pena ver, principalmente (como es lógico), si el espectador disfruta del dos por cuatro.

La modalidad escénica es bien conocida. En este caso, se tomó un sainete famoso, y maduro (Tu cuna fue un conventillo, que Alberto Vacarezza escribió en 1925) y se lo vistió con tangos y otros elementos. Y el resultado logra contemplar los dos aspectos: el desarrollo de una trama (con sus muchos toques de humor), y escuchar tangos bien cantados, a una, dos y más voces, con buena amalgama de voces masculinas y femeninas.

El teatro siempre vuelve a los tipos del arrabal rioplatense del Novecientos. Porque allí encuentra una galería de personajes, que desde los inmigrantes a los criollos aportan pintoresquismo al escenario, y lo cargan de cierta noción de pasado identitario. En este caso, y bajo la dirección de José María Novo, una veintena de artistas bailan, disfrutan, discuten y pelean, teniendo como centro el patio de un conventillo.

La escenografía está bien y hasta tiene gracia, pero merecería mayor estilización de sus elementos. Podría ser muy rico trabajar en una reelaboración plástica del viejo conventillo, desde el presente. Sin embargo, cuando las luces se aplacan un poco, y cuando toma un color azulado, estéticamente el decorado logra valor.

Desde el punto de vista del montaje en general, también hay momentos de gran calidad (visual, vocal y actoral), y otros en los que asoma una hechura menos lograda. Sin embargo el conjunto es entretenido, y los momentos de calidad que se consiguen justifican sobradamente para asistir a este espectáculo, que no se hace pesado en ningún momento.

Y hay figuras individuales que vale la pena ver en ese marco, y en el escenario grande del Solís. Como Natalia Bolani, de gran presencia escénica. Y Nelson Pino, que impone con su vozarrón. También Luciano Gallardo, con un trabajo escénico bien logrado. El repertorio tanguero que recorren es amplio, y lleno de títulos bien seleccionados, y reconcibles por el público.

La buena mano del director se nota un poco en los movimientos de conjunto, pero más en pequeños toques de humor, como las peleas entre el gallego y el tano, o los momentos de erotismo ingenuo, que Jorge Temponi interpreta con comicidad. La presencia de Cristina Morán despierta gran emoción en un sector del público, que aplaude fundamentalmente su entrega, y su trayectoria. Dos actores de muy extensa carrera (Luis Lage y Washington Sassi), consiguen crear tipos interesantes, dentro de un elenco que en general responde muy bien.

La trama es sencilla: un antiguo vecino del conventillo ha regresado enriquecido (Nelson Pino), y quiere organizar una fiesta, para recordar los supuestos buenos tiempos pasados. Por otro lado, Maldonado (Luciano Gallardo), uno de los compadritos, también regresa, luego de haber estado en la cárcel. Ambos se disputan a Rosalía (Natalia Bolani), quien dejó el conventillo y hoy disfruta de un mejor pasar. Del choque de ese juego de fuerzas se irán desarrollando escenas que alternan música en vivo, baile, canto, recitado y poesía, con algunos momentos de ligero dramatismo.

Si bien se estima que el tango no nació en el escenario, sí debe mucho a las tablas, porque muchos de los grandes tangos fueron compuestos para la escena, integrando obras teatrales con canciones, o más adelante, directamente musicales tangueros, como los creados por el uruguayo Francisco Canaro. Porque el tango aportó a la escena, unas veces humor y dramatismo otras, subrayando y sintetizando además las situaciones de los argumentos. Y con Tu cuna fue un conventillo, en este montaje de Novo, se volvió un poco a las raíces, invitando tanto a disfrutar de una obra antigua, cargada de ingenuidad, como de escuchar buenos tangos, bien cantados y escenificados.

Por otro lado, es significativo que esta obra surgió en el escenario de El Tinglado, histórica compañía teatral que la llevó adelante en el proceso que viene cumpliendo de animar su cartelera con títulos de diversos géneros, con esmerados montajes. Y que El Tinglado llegue al escenario principal del Solís es algo que no ocurre todos los días, y eso también es importante apoyar.

ficha

Tu cuna fue un conventillo [****]

Autor: Alberto Vacarezza, en versión de José María Novo. Dirección: José María Novo. Intérpretes: Cristina Morán, Luis Lage, Nelson Pino, Luciano Gallardo, Natalia Bolani, Jorge Temponi, Leonardo Franco, Washington Sassi, Cintia Caballero, Rodrigo Fleitas, Lucía Acuña y Álvaro Hagopián, entre otros. Sala: Teatro Solís, escenario principal. Funciones: hoy y mañana a las 21.00 y el domingo a las 20.00. Entradas en Tickantel y la sala, de $ 400 a $ 600.

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