Guía para el fin de semana

Othelo, teatro off de Buenos Aires que está en El Galpón

Othelo vino para hacer reír y riendo -no es mero detalle que haya sido a carcajadas - se fueron aquellos que pasaron por la Sala Campodónico de Teatro El Galpón el sábado por la noche. Puede parecer que hay kilómetros de distancia entre los clásicos como Shakespeare y lo actual, como el clown y lo burlesco, una expresión casi meramente corporal que pocas ocasiones depende en gran medida del diálogo. Pero en Othelo, el director argentino Gabriel Chamé hace Shakespeare en versión comedia, y el resultado es tal que ya lleva cinco años en cartel. En Montevideo va sábados a las 21.00 y domingos a las 20.00 hasta el 3 de febrero (entradas a 500 pesos en Tickantel).

El que escucha de oído que en el teatro se está presentando una versión clown de Otelo, sobre todo aquel más conservador, puede pensar en lo ridículo de eso o hasta en la falta de respeto. Cuando Chamé -un clown de trayectoria que entre otras cosas trabajó seis años en el Cirque du Soleil- pensó en estrenar la obra sabía que podía pasar eso y, de hecho, cuenta que “ha pasado en alguna función que dos o tres personas se paren y se vayan”.

Además, reconoce que como es una obra exitosa, “hay mucha gente a la que no le gusta pero prefiere callarse”. Ante eso, considera que para él es importante que exista la libertad de opinión en el arte, y se atiene a sus consecuencias.

Pero lo que buscó Chamé desde que empezó a investigar la obra y a traducirla en 1995, fue llevar a un autor que conocía mucho a lo que mejor sabe hacer, pero siempre, aclara, respetando la historia y el texto original en la mayor medida.

Y Othelo termina siendo eso: es la misma historia que conocemos del libro, esa que el año pasado interpretó la Comedia Nacional en el Teatro Solís. Desdmémona y Otelo se enamoran y desafían al padre de ella, Barbancio. Están Yago, envidioso, celoso y manipulador que hará de todo por terminar con ese amor y acabar con Otelo; y Cassio y Rodrigo, este último enamorado de Desdémona, que sirven de títeres para que Yago pueda lograr su cometido.

La presencia de Shakespeare está incluso en un retrato del autor que observa todo desde un lado del escenario.

Pero a esta versión Chamé y sus cuatro actores -Matías Bassi, Elvira Gómez, Gabriel Beck y Martín López- la condimentan con el humor, la mímica, los movimientos corporales y hasta coreográficos -en un momento a ritmo de cumbia-, y con diálogos más actuales que se mechan con la solemnidad de los originales, y funciona. “El clown se mete detrás del personaje, lo respeta no lo destruye”, aclara.

En esa clave de adaptar pero respetar está construída toda la obra, logrando incluso que en las escenas más terribles de la tragedia la risa se corte. Sobre esto, Chamé dice: “Busco seguir el camino de los grandes maestros, como Chaplin, que sabían que en determinado momento era necesario emocionar a la gente y hacerla llorar”.

Son cuatro actores y no hace falta más. Versátiles, sobre todo Martín López que llega a interpretar a cuatro personajes (Cassio, Rodrigo, Emilia -esposa de Yago y sirvienta de Desdémona - y Ludovico), varios de los cuales conviven en la escena.

La versatilidad está también en la escenografía: cubos, mesas pequeñas y telas que tienen más un papel funcional que estético; a lo que suman una cámara para generar el recurso cinematográfico de primer plano de los personajes y acercarlos al público logrando mayor complicidad.

Para Chamé es importante jugar con libertad en el escenario, motivar al público y “hacer una fiesta en la escena”.