ESTRENO

Nicolás Lauber

Este fin de semana, Robert Moré regresa al Teatro Circular con su unipersonal No doy con el personaje que ahora se llama Sobreviviendo a la pandemia y tendrá cuatro funciones. Serán los sábados 10 y 17 de octubre a las 21.00, y los domingos 11 y 18, a las 19.30. Las entradas se adquierene por Tickantel y en boletería de la sala a 350 pesos. Se trata de una obra que se estrenó en 2018 y desde entonces cambia en cada nueva presentación debido a su humor políticamente incorrecto y actual.

—No doy con el personaje se estrenó en 2018, ¿hay una historia detrás de este unipersonal?

—Surge del odio de los haters. Cada vez que estrenaba una obra, al otro día en un portal había alguien que escribía que soy un actor pésimo, que soy muy malo y que ese viejo carnavalero no da con el personaje. Ese comentario se repetía. En 2018 estrené Caligula y al otro día tenía 30 comentarios negativos que decían que no daba con el personaje. Obvio que venía de la misma persona. Entonces me dije: esto lo tengo que responder, y filmé un videíto en un bar al lado de mi casa donde alguien me preguntaba “¿qué hacés acá?” Y yo decía: “nada es que no doy con el personaje, se me terminó la carrera”. Y empecé a hacer videos por todos los comercios del barrio. Los videos se hicieron virales y me empezó a llamar gente de comercios para decirme que hiciera el video en su local, y se me fue de las manos.

—¿Ahí entra Ernesto Muniz?

—Sí, porque él es como el tiburón blanco. El tiburón te olfatea la sangre a kilómetros, y Muniz te olfatea dinero a kilómetros. Él me dijo: hagamos algo. Entonces empezamos a pensar sobre qué quería hablar y empezaron a surgir los personajes, quienes cuestionan a la sociedad y el día a día desde lugares comunes. Entonces “El Pichi” que vive en la calle habla de lo que mira, habla de política y critica todo. Yamayra que viene de Caribelandia vamos a decirle, hace una mirada de nuestras costumbres.

—¿Qué diría Yamayra de nosotros?

—Diría algo como: “ustedes no son xenófobos, cuando son rubios y vienen de Europa, pero si son morochos como yo, hacen como con la cucaracha: písala Roberto, písala”. Algo así sería.

—Y también está el Randonauta.

—Sí, él es un viajero del tiempo que en enero venía preguntando si ya había pasado la desgracia mundial. Lo teníamos pensado por la referencia a una guerra, o algo así en el futuro, incluso venía con una máscara anti gas. Fue fuertísimo y cuando pasó todo lo del Coronavirus nos acordamos de él. Como venía del futuro, pensamos que podía venir de una guerra grande que terminara con todo. Además es un viajero del tiempo uruguayo, no es como los alemanes que viajan al día, la hora y segundo exacto; el nuestro es como el Sistema de Transporte Metropolitano, más/menos algunos años.

—Hacer humor con temas de actualidad requiere un proceso permanente de actualización en el libreto, ¿no?

—Sí, requiere una constante reescritura. La habíamos hecho en setiembre y teníamos las elecciones; cuando volvimos en enero de este año teníamos otro presidente, otro gobierno, entonces necesariamente teníamos que reescribirla. Ahora la letra es 100 por ciento nueva. Hay personajes que se mantienen pero la letra es nueva. La obra original era con cinco personajes, se nos fue el actor porno porque lo sacamos, y Deborah porque cobró vida. Ahora “la obrera del glamour” tiene su propio espectáculo y nos abandonó. Así que no solo no doy con el personaje, ahora también me abandonan. Pasa que con un gran talento viene una gran pérdida, y como no tenemos talento, solo nos queda la pérdida.

—Una pandemia mundial es motivo para hacer otra reescritura.

—Si, y ahora tenemos el gobierno nuevo y cosas que vinieron con el gobierno: el Larrycóptero, esto de cuidarnos. También una mirada nueva de Cabildo Abierto en el poder y el Frente Amplio en retirada. A mí me gusta mucho pegarle a los políticos porque está cantado, están hecho para eso. ¿Están hechos para gobernar?, no, están hechos para que le peguemos y después gobernar.

—¿Te han generado problemas esos comentarios?

—Sí, me he ganado el odio de todo el mundo. Porque cuando le pegás al Frente Amplio se calientan los frentistas y festejan los otros, y al revés. Siempre se festeja el chiste cruzado.

—¿Es complicado agradarle a todos haciendo humor con temas de la actualidad y con la política?

—Nosotros tratamos, literalmente, de cagarnos en lo políticamente correcto. Basta. Una cosa es faltar el respeto o herir, y otra cosa es reírse. La gente se olvida, pero los grandes comediantes a nivel mundial del siglo XX, fueron los judíos en Broadway y en el cine, haciendo chistes sobre ellos mismos. Entonces una cosa es hacer un chiste para herir a una colectividad, otra es reírse de las cosas de ellos. Ahora hacés un chiste sobre cualquier colectividad y salta otra colectividad ofendida a defender a esa colectividad. Vamos a reírnos de todo, y en eso, está el entendido que arrancamos riéndonos de nosotros, porque los grandes pelotudos somos nosotros, ustedes que vinieron, disfruten.

—Les quisieron hacer juicio por este espectáculo.

—Sí, en una de las pasadas nos quisieron hacer juicio por un chiste contra Bolsonaro. Ya volverán los días de gloria que la comedia hace enojar a muchos. Si nos amenazan con hacernos un juicio, tiramos cuetes, porque alguien nos fue a ver.

—Mucho humor pero parece que no aprendiste nada después de tantos años con Sergio Puglia haciendo En su salsa. Como entraste te fuiste de Masterchef: Celebrity.

—Tengo un mérito. Antes era se fue más rápido que Talvi del gobierno y ahora es se fue más rápido que Moré de Masterchef. Me había invitado y les dije que era muy básico para cocinar. Me volvieron a decir y hablé con alguna gente y me dijo que tenía que ir, que es una oportunidad importante por la pantalla. No tenía idea de cómo iba a ser, entonces llamé a un amigo cocinero para que me enseñara a preparar una buena receta para presentarme. Me preparé, aprendí a hacer lasagna casera que me queda espectacular; y llego y tengo que hacer un choripan. Encima lo hago y queda mal.

—Te tocó un equipo complicado.

—Me tocó con Aldo Martínez que cocina como los dioses, con Eliana Dide que cocina bárbaro y con el Chino Recoba que es medio pelo y cocina como yo. Y si el Chino Recoba perdía, compraba el formato y echaba a los jueces. Y no vamos a hablar de la popularidad del Chino y yo; a él lo mira millón y medio, y a mí me mira mi madre y 32 más, con suerte. Encima un hincha de Peñarol que pierda contra el Chino en la hora, es un chiste cantado.