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Realizar percusión con todo lo que haya a mano

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Latasónica, en Portones

Esta tarde sube a escena la banda Latasónica, para dar su primera funciones de las vacaciones de invierno de Camping. Tu ritmo aventura, espectáculo que se puede ver a las 16 horas en el Museo del Carnaval, en Rambla 25 de Agosto de 1825 y Maciel.

La propuesta destaca por dentro de la abultada cartelera de espectáculos para niños por ser una banda de percusión con instrumentos informales, que además recorre un argumento.

En este caso se trata de un grupo de amigos que va a acampar, y se mete en una aventura llena de sorpresas y sobresaltos, entre los que no faltan ribetes fantásticos. La obra irá, siempre en ese horario, desde hoy hasta el domingo, y la semana que viene desde el jueves al sábado. Las localidades valen $ 250.

Nueve artistas en escena se dividen los roles, entre amigos y un par de seres mágicos. Todos tocan música, varios más de un instrumento: además de una guitarra, hay mucho objeto que está al servicio de hacer música. Platos, vasos, una heladerita, ollas: todo sirve para generar ritmos, y como explica a El País José María Ramírez, integrante del grupo, los objetos de metal y muchos artículos de cocina aportan los timbres agudos, mientras que otros recipientes suman graves. También hay sonidos producidos con percusión corporal, para recorrer todo tipo de melodía.

Bidones, recipientes de refrescos, objetos de madera, tubos de PVC, tanques de 200 litros, entre otras cosas, fueron adaptados o directamente utilizados para elaborar canciones, que como señala Ramírez, unas veces surgen desde el objeto al ritmo, y otras a la inversa. Una merienda, por ejemplo, pone en juego carpas y mochilas sonoras, y hasta un redoblante hecho con una olla y un tarrito de miel.

Para eso el grupo recorre previamente desde comercios de venta de chatarra, hasta comercios que venden recipientes de plástico, atendiendo también siempre a lo visual, a los colores que aportan los distintos elementos. También suman objetos que les regalan y que pueden servir de instrumentos, y hasta algunas cosas que encuentran en la calle.

Los instrumentos inventados son unas veces fijos y pesados, y otras livianos, para acompañar las acciones rápidas y las correrías en escena. Todo eso va de la mano de un vestuario que además de sumarse a la estética del espectáculo, tiene que ser funcional, cómodo, y tener hasta bolsillos profundos para guardar palos y otros elementos con lo que percutir.

Pero no se trata de golpear instrumentos improvisados: todo un juego de melodías busca estructuras esta trama, que tiene un par de mensajes complementarios. Por un lado, en la propia concepción del grupo está la idea de reaprovechar, de reciclar, de reutilizar las cosas, con claro sentido ecologista. Más allá de eso, la obra en sí habla del gusto por compartir, de la amistad y de dejar un lugar, y más en general, a la naturaleza, igual o mejor de lo que uno la encontró.

Latasónica cuenta con una larga historia. Curiosamente nació en un ámbito estudiantil, en un taller de percusión alternativa que Nicolás Arnicho dio en la Escuela 180 de Malvín hacia 1998. Luego se armó la banda, que tocaba en espacios públicos, y a la que le empezaron a salir funciones privadas y otras de cometido social. A los espectáculos para adultos siguieron los infantiles, un poco a pedido de los propios padres. Eso implicó captar el código infantil, y tener en cuenta otros elementos del público menudo, aunque siempre buscaron conservar la energía y la intensidad de un espectáculo de estos demanda para ellos.

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Latasónica, en Portones

Desde hoy la banda Latasónica en el Museo del Carnaval

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