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“En ópera la gente compra por los títulos”

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Daniela Bouret

Entrevista a Daniela Bouret

La directora del Solís analizó aspectos de la programación de la sala, problemas del edificio y planes de futuro.

Daniela Bouret tiene varios planes entre manos, además de llevar adelante la programación de la sala. Y van desde crear una única temporada de ópera conjunta entre el Solís y el Sodre, hasta nuevos espacios abiertos al público en el teatro más antiguo del Uruguay. Para hablar de algunos de los proyectos que tiene el carpeta, El País mantuvo una charla con ella.

-¿De la temporada lírica del año pasado, qué balance hacés?

-Me gustó que transitáramos por El cónsul, y que la apuesta artística fue de una veta política muy fuerte. Y claro que escuché críticas, que tenían que ver con que por qué los familiares de detenidos-desaparecidos aparecían en la obra, y si eso significaba un activismo político. Cuando veía la programación, la gente compraba los títulos más conocidos y no El cónsul. Sin saber cómo iba a ser la puesta. En ópera la gente compra por los títulos: El barbero de Sevilla, Aída. Por eso los teatros cada pocas temporadas los vuelven a hacer.

-¿Han recibido otras críticas del público por la programación que presentan?

-Sí, más que con El cónsul, recibimos comentarios más por El Evangelio según Jesús, una propuesta trans, que ahora vamos a reponer desde el 23 de marzo en la Sala Delmira. La obra plantea que Jesús estaba con los desposeídos, y si las personas trans hoy no están entre las más desposeídas. Y nos preguntaban por qué el Solís programaba eso, y si no era un atentado a la religión. Pero creo que el teatro tiene que brindar su espacio para cuestionar, para innovar. No nos podemos poner en censores. Pero a veces esas cosas tocan fibras sensibles. Pero tenemos que trabajar con temas que nos están atravesando.

-Todavía muchos critican la remodelación que el Solís sufrió entre 1998 y 2004. ¿Vos eso cómo lo ves?

-Las críticas tienen que ver con la teoría patrimonialista. Porque hay dos vertientes: los que quieren que las cosas se restauren exactamente como fueron hechas, y los que apoyan la incorporación de lo contemporáneo. Si vas a poner ventana, ¿ponés ventanas aislantes, que cumplan con las condiciones de seguridad? Yo creo que hay que incorporar la contemporaneidad, y no hacerse los del siglo XIX. Creo que está bien que haya ascensores, y que tengan también comandos en braille. Estoy conforme con la remodelación que se hizo, y creo además que hay que seguir trabajando en eso.

-¿El edificio hoy necesita arreglos?

-Sí, y hay que hacer una inversión grande. El año pasado un arquitecto estuvo estudiando durante siete meses, midiendo cada una de las rajaduras que tiene la sala. Y se llevaron muestras de ese material a laboratorios de Buenos Aires, para saber bien qué camino tomar. Y el resultado fue que en no mucho más de cinco años habría que hacer arreglos, con énfasis en rajaduras, principalmente en las fachadas, en los cuatro frentes. Y eso cuesta un millón de dólares. Porque no se puede pensar que el Solís se restauró y ya está. Pero no es así.

-¿Tienen algún proyecto de reforma edilicia?

-Existe un proyecto para que el público pueda acceder a la parte más alta del edificio, donde hoy está el depósito de vestuario de la Comedia Nacional. Es donde antes se hacían los telones. El acceso actualmente es interno del personal del teatro. Nos gustaría que se pudiera visitar, un museo, y exhibir vestuarios de valor patrimonial. Tenemos ese proyecto pero no la inversión para hacerlo.

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Unas cajas llenas de humedad

La carrera de Bouret tiene varios frentes: desde sus escritos como historiadora hasta la gestión cultural pública. Actualmente uno de sus proyectos es integran las temporadas de ópera del Sodre y del Solís, para crear una sola temporada de ambas salas. También ha trabajando tenazmente en la preservación del archivo del teatro. “Se perdió mucho. Los comentarios que hay es que fue durante la dictadura que desaparecieron materiales. Cuando el teatro reabrió recibimos una cantidad de cajas llenas de humedad. Hay testimonios de alguna gente sobre la esposa de un militar que estuvo trabajando en el teatro, y que no había terminado la carrera de musicóloga, pero que le interesaba... y parece que en ese período desapareció material”.

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