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La obra de un uruguayo es saludada con elogios en Londres

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Sergio Blanco. Foto: archivo El País
Nota a Sergio Blanco, dramaturgo uruguayo, ND 20130719, foto Ines Guimaraens
Archivo El Pais

Sergio Blanco está nominado en los premios del Off West End londinense.

Un dramaturgo uruguayo, radicado en París, que triunfa en Londres, Sergio Blanco, ha sido nominado a un Offie, los premios del Off West End de Londres, como Mejor Autor por Tebas Land, cuya versión inglesa (Thebes Land) se estrenó el 30 de noviembre es el Arcola Theatre, con traducción y la puesta en escena de Daniel Goldman. La obra, que en Uruguay interpretaron Gustavo Saffores y Bruno Pereyra, fue encarnada ahora por Trevor White (conocido en el cine por papeles en, por ejemplo, Batman, el caballero de la noche y en televisión en Downton Abbey y Alex Austin.

Goldman había visto la puesta en escena del propio Banco en el Festival de Teatro de Manizales (Colombia), y dos años después se contactó con el autor para representarla en Londres. "En agosto de este año fui invitado por el Arcola Theatre para participar del casting para la puesta, y dedicamos con Daniel tres días a trabajar intensamente sobre algunos aspectos del texto y de su traducción", contó Blanco a El País sobre los pasos que tuvo el montaje.

"La Tebas Land londinense es muy distinta a la montevideana. Daniel hizo un manejo muy distinto de los tiempos. Lo mismo me sucedió con la puesta alemana en donde el director alemán Frank Koffmann manejó también otros tiempos y, sobre todo, otras intensidades en la actuación. Y eso es extraordinario porque demuestra que hay formas infinitas de montar un texto", agrega este autor y director, que viene con una producción fuerte de obras de interés, de creciente demanda aquí y en el exterior.

El diario británico The Guardian le puso cuatro estrellas a la crítica de la obra a la que define como "vívidamente entretenida", "sublimemente graciosa" y con una "producción bellamente calibrada". El Evening Standard le puso la misma calificación y destacó que "Blanco difruta remarcando las reglas de la narrativa para luego romperlas y a medida que la verdad se siente cada vez más precaria, la confusión es disfrutable.

Según explica Blanco, el texto funciona en distintos países y culturas por diversas razones. En primer lugar, por los temas que toca: parricidio y el vínculo padre e hijo.

"También funciona en distintos países porque es una obra que cuenta la historia de un encuentro, y en los tiempos oscuros de desencuentros que atraviesa el mundo, necesitamos historias de encuentros", indica el autor, quien también remarca que algunos elementos compositivos de la obra tienen gran capacidad para dialogar, con el director, y con el público.

Blanco acaba de terminar El bramido de Düsseldorf, que va a dirigir en Montevideo en junio . "Y actualmente me encuentro escribiendo un nuevo texto que se llama Cuando pases sobre mi tumba y que es un texto que escribo de forma manuscrita y con sangre. Todas las mañanas me despierto a las cuatro de la mañana, dedico unos 30 minutos a preparar la tinta, ya que tengo que diluir la sangre en polvo, y cuidar bien las proporciones para que la sangre pueda fluir bien en la pluma. Y una vez pronto todo, me siento a escribir durante sesiones de siete horas. Es un poco agotador, pero está siendo una experiencia muy intensa e interesante. Esta obra solo podía escribirla de esta manera. Los procedimientos de escritura tienen mucho que ver con lo que la obra cuenta y éste es un texto que habla de un escritor que prepara su eutanasia en una clínica de lujo en Ginebra, al mismo tiempo que proyecta entregar su cadáver a un joven necrófilo de origen japonés que es especialista en caligrafía medieval. Son temas tan encarnados que solo podía escribirlos con sangre", afirma el escritor, que termina el año con una docena de obras en cartel.

Blanco también está escribiendo guiones para películas pornográficas, un rubro nuevo para él.

"Me contactaron de una importante productora alemana para que les escribiera guiones y por supuesto que acepté", dice. "La pornografía es algo completamente teatral, ya que también trabaja con la tergiversación corporal: es decir, un buen guión pornográfico tiene que convertir al actor en algo que no es: un objeto sexual".

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Sergio Blanco. Foto: archivo El País

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