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Murió Jacobo Langsner, dramaturgo y autor de la exitosa obra "Esperando la carroza"

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Jacobo Langsner. Foto: twitter @diegoarios81

OBITUARIO

El dramaturgo, nacido en Rumania y criado en Uruguay falleció a los 93 años dejando una conocida y destacada carrera en cine, teatro y televisión

A los 93 años falleció ayer en Buenos Aires, Jacobo Langsner, referente ineludible de la dramaturgia rioplatense. Hace tiempo que el autor se encontraba con problemas de salud y la noticia de su muerte la comunicó la Asociación Argentina de Actores. “Con profundo pesar, Argentores despide al destacado autor Jacobo Langsner, socio activo y ex miembro del Consejo de Previsión Social de nuestra entidad, quien falleció a los 93 años”, informó la entidad a través de su página en Facebook.

Langnser, quien había nacido en Romuli, Rumania en junio de 1927, llegó junto a sus padres y tres hermanas a Uruguay en 1930. Desde los primeros años de la década de 1950, comenzó una andanada de obras que lo posicionaron como un autor de cabecera en el circuito local. El hombre incompleto (dirigida por Jaime Walfish y protagonizada por Mecha Bustos), La rebelión de Galatea, Los ridículos y El juego de Ifigenia se estrenaron en Uruguay entre 1951 y 1952.

A fines de esa década, y con el oficio ya adquirido se trasladó a Buenos Aires, comenzando así una etapa en la que trabajó en simultáneo en las dos orillas del Río de la Plata. Es de ese período que la Comedia Nacional estrenó en Montevideo uno de sus títulos más emblemáticos, Esperando la Carroza. Eso fue en 1962. A los años se estrenó su versión en la Calle Corrientes con dirección de Villanueva Cosse y con Adela Gleijer y Juan Manuel Tenuta como protagonistas. Gleijer conoció a Langsner por más de 50 años, ya que el dramaturgo había cruzado el río unos años antes que ella y Tenuta, su esposo.

Imagen de la película "Esperando la carroza". Foto: Difusión
Imagen de la película "Esperando la carroza". Foto: Difusión

“Fue un amigo entrañable y preciosa persona, no porque se murió, sino por su enorme humanidad”, dice Gleijer a El País. “Sabía ver la realidad y ahondar en los personajes. Aunque tengan humor o drama, había una gran comprensión humana, lo que era muy conmovedor, porque sabía expresar lo humano del hombre y la mujer, rasgos que siempre aparecían en sus personajes. Por eso siempre era gratificante, hacer algo de Jacobo”.

Hace unos años que Langsner estaba internado. Gleijer, quien volvió a Montevideo hace dos años, mantuvo su amistad con el autor todo este tiempo. “Sé que estuvo muy bien atendido en un lugar bueno por un compañero de él de muchos años que lo ha querido mucho y lo ha atendido hasta el final”, dijo.

Delfi Galbiatti en la obra "El Tobogán", de Jacobo Langsner
Delfi Galbiatti en "El Tobogán" de Langsner. Foto: Archivo

Además de conocerlo por su obra, Gleijer cuenta que Langsner era un gran anfitrión. “Era un gusto cuando te invitaba y era buen cocinero. Las reuniones en la casa de él eran preciosas. Siempre estaba pendiente de los demás, con una gran sobriedad, sin pasarse de galantería. También era hasta un poco introvertido, creo que por exceso de sobriedad”, dice Gleijer quien lo recuerda como “un gran observador de la gente. Por algo transmitía esas cosas, porque siempre llegaba al centro de la gente. Era un don”.

Cuando leía un guion suyo, “sentías que no sobraba ni faltaba nada, y además de un gran poder de síntesis, tenía una sensibilidad humana, eso era lo que le interesaba transmitir”, dice Gleijer.

Las Obras maestras del terror -creadas para Narciso Ibáñez Menta, Alta comedia, Alguien como usted, Atreverse o la versión cinematográfica de Esperando la carroza, le dieron distintos reconocimientos en Argentina, como el Martín Fierro y el Premio Argentores. Mientras que obras como Besos en la frente, Malayunta, Sofía o De mi barrio con amor, son otros mojones de una obra intensa y abarcativa que se extendió a lo largo de varias décadas.

Luis Brandoni, quien interpretó a Antonio en la versión cinematográfica de Esperando la carroza dijo a La Nación: “Lamento muchísimo la muerte de Jacobo porque además de una gran persona y un gran amigo, fue un autor muy importante. Él hizo obras que han quedado en la memoria de todos los argentinos, como Esperando la Carroza, o el guion de Darse cuenta”.

Para Brandoni, Langner fue muy especial, ya que gracias a uno de sus guiones, su carrera como actor dio un paso muy importante: “Recuerdo que yo en ese momento no lo conocía porque era el año 57 o 58, pero mi primer papel considerado como un rol importante fue en base a un libro suyo para el ciclo Cuentos de navidad. Yo fui elegido y ese fue mi primer trabajo como actor en la televisión. Estaba basado en un libro de Jacobo, y para mí fue un hecho importantísimo”, dijo.

Acerca de cómo surge Esperando la carroza, su obra más popular y conocida, Langsner dijo que la escribió en apenas dos días, luego de haber leído un artículo sobre dos hermanos, en Nápoles, que se peleaban por velar a su difunta madre. “La historia me pareció tan graciosa y tan horrible al mismo tiempo que, cultor como soy del grotesco, me atrajo de inmediato. ‘Qué hipócritas -pensé-, seguro que nunca se habían ocupado de la madre y a último momento se desesperaron por salvar las apariencias’”, escribió Langsner en 2008 en Página 12.

Cuando se estrenó la segunda parte de esa comedia, en 2009, Langsner dijo que ya estaba escrita la tercera entrega, ¿Seguiremos esperando la carroza?, aunque el proyecto todavía no se concretó.

Si bien Esperando la carroza es su obra más conocida, su consagración llegaría con su regreso a Montevideo, a fines de los años setenta, con El tobogán (estrenada en el Teatro Odeón y protagonizada por China Zorrilla). Le siguieron La Gotera (El Galpón), Un agujero en la pared (Comedia Nacional) y Pater Noster, entre varias más. Lo que no cambió fue esa mirada filosa sobre la sociedad y las personas.

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