Agosto regresa con Luciana Acuña y “Una de dos”.

Una década atrás, Agustín Silveira cobró repentina y merecida popularidad gracias a su personaje Alzira, una mujer de modales medio anticuados, temperamental y obstinada, que protagonizaba un desopilante micro de bricolage en el programa de entretenimiento La culpa es nuestra, por Canal 10. El éxito hizo que el personaje hiciera carrera propia: ahora Alzira ha recorrido un largo camino, y desde el jueves próximo se la puede ver en el UnderMovie en nuevas circunstancias, en Una de dos.

Desde ese día, todos los jueves a las 21.30, Agosto —su nombre artístico— compartirá escena con Luciana Acuña, para dar vida a un encuentro de dos personajes poco comunes. Alzira vuelve al Uruguay luego de tres años y se encuentra con la Uniceja del amor, y juntas desplegarán toda la artillería, combinando monólogos de humor y sketches con nuevos personajes en situaciones insólitas. El show promete nueve personajes (y un bricolage de regalo) a $ 395.

No se trata de una obra de teatro propiamente dicha, sino de show de humor, desestructurado, con mucho contacto directo con el público y poca presencia de la cuarta pared. "Al ser dos actores, está armado de una forma dinámica y simple: siempre esta sucediendo algo en el escenario mientras se prepara el siguiente cuadro", adelantó Silveira a El País.

Alzira fue un personaje con personalidad propia, dado que superó los clichés con que se dibuja desde el humor al habitante del Interior, para darle una singularidad en la que alterna cierto despiste con una gran voluntad de hacerse valer. En escena se verá la acidez de una Alzira recién vuelta de Estados Unidos y su visión sobre el Uruguay que encontró, pero también a un conductor de TV de eventos paranormales que presenta a una chica poseída del espíritu de Charlotte Caniggia, entre otras situaciones insólitas, para finalizar con un bricolage en el formato clásico de Alzira.

"El personaje de Alzira nació porque me daba mucha gracia pensar en una señora casi rural, con limitaciones obvias como comunicadora, enfrentando un estudio de TV en vivo, y compartiendo sus dudosos conocimientos en bricolage. La verdad es que no me inspiré en nada ni nadie específico: fue un monstruo que creció paso a paso, alentada por la gran aceptación que siempre tuvo", explica el actor, creador de uno de los pocos personajes originales que ha dado la televisión uruguaya en lo que va del siglo.

"Una de dos surgió cuando junto a Movie decidimos aprovechar este verano en el que estoy acá después de vivir tres años en Estados Unidos, y volver a conectar con el publico de Uruguay. La idea era traer al personaje de Alzira y buscamos un partenaire que sumara y no simplemente acompañara. Así dimos con Luciana. Si bien no nos propusimos tocar temas específicos al escribirlo, hay una critica social clara: la importancia que le damos a la imagen, al dinero, la discriminación y la desigualdad son tópicos que están, tocados con mucho humor. Al haber sido escrito entre Luciana y yo, las visiones son compartidas, lo cual generó un resultado mucho más rico", explica el humorista, también recordado por su imitación de Daisy Tourné, que le valió el premio Revelación del Carnaval 2009.

Una de las particularidades de Alzira es que siendo un personaje femenino interpretado por un actor masculino, no cae en los tics que ese tipo de actuación conlleva. "Respecto del registro actoral, es verdad que desde que empece a estudiar teatro, cuando tenía 15 años, me toco hacer personajes masculinos y femeninos: y mi manera de encarar estos últimos nunca fue hacer el típico bosquejo amanerado, sino representar el personaje en sí, su alma. Ese tipo de actuaciones amaneradas vienen de un lugar lleno de prejuicios, y de una gran inseguridad personal. Los hombres tenemos mucha presión desde niños a ajustarnos al canon social de ser bien machitos, interpretar al sexo opuesto te pone en jaque: si es muy bueno, puede querer decir que sos homosexual o algo así. En mi caso, lo soy, así que eso no me afecta. Por suerte tengo mi lado femenino igualmente desarrollado que el masculino, y ese desprejuicio me juega a favor en muchos sentidos en mi vida. La autenticidad es también lo que logra hacer que el personaje traspase y conecte de verdad con el público. La gente siempre agradece eso".

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