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La muerte, esa eterna obsesión: Sergio Blanco habla de "Memento Mori", que llega a la Balzo

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Sergio Blanco. Foto: Julio González

ENTREVISTA

El dramaturgo y director habla de la conferencia autoficcional "Memento Mori o la celebración de la muerte", que protagoniza y estrena el martes

Sergio Blanco tenía previstos 35 estrenos en distintos lugares del mundo y tenía en gira a sus obras Ostia, La ira de Narciso, El bramido de Düsseldorf y Cuando pases sobre mi tumba, cuando la pandemia arrasó con todos esos planes. Y tenía previsto que la Comedia Nacional estrenara su texto El salto de Darwin con dirección de su hermana, Roxana Blanco, un proyecto que en principio se corrió para 2021. Sin embargo, el dramaturgo y director uruguayo con más proyección internacional se reconoce un privilegiado, y aunque pasó dos meses en estricto confinamiento en su casa de París, dice que mientras tenga buenas lecturas, su encierro es relativo.

Lo dice desde el balneario donde, al momento de esta nota, terminaba su cuarentena obligatoria en Uruguay. Blanco llegó la semana pasada y el martes estrenará, en la Sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional del Sodre, su espectáculo Memento Mori o la celebración de la muerte. Va del 8 al domingo 13; entradas en Tickantel.

Además, ya trabaja en la reposición de Cuando pases sobre mi tumba, que llegará en enero al Auditorio pero con Sebastián Serantes en lugar de Alfonso Tort; y proyecta estrenar, más adelante, su texto Zoo en Montevideo. Eso se le suma a la lista de planes internacionales que va de ahora a 2023 porque Blanco no para ni en pandemia.

Tanto así que en julio estrenó en Barcelona COVID 451, una puesta en escena con personal sanitario, con el objetivo de “poner la realidad en escena, contenida por una ficción, pero la presencia de la realidad es muy fuerte”. Fue un aprendizaje que, sobre todo, lo sacó de su zona de confort.

el estreno

"Memento Mori", una conferencia autoficcional

Memento Mori o la celebración de la muerte es la segunda de una trilogía de conferencias autoficcionales que inició con Las flores del mal o la celebración de la violencia y se cerrará con Divina invención o la celebración del amor, que estrena en mayo en Madrid.

La tríada comparte, justo, tres características comunes. Por un lado, la combinación del discurso típico de la conferencia, que implica mesura, claridad y precisión, con el discurso de la autoficción (el cruce entre la autobiografía y lo ficcional), que para Blanco es “más artístico, confuso, hiperbólico”.

Por otro lado, Memento Mori y el resto de estas puestas lo tienen a él como autor, director y protagonista. Blanco, que a lo largo del año da una cantidad de conferencias y charlas a lo largo del mundo, lleva esa práctica al entorno teatral y encarna él una propuesta híbrida.

Sergio Blanco en "Memento Mori". Foto: Matilde Campodónico
Sergio Blanco en "Memento Mori". Foto: Matilde Campodónico

Y la última característica común es “el aspecto espectacular, el dispositivo”. Las flores del mal está asociada al cuadro “Sansón cegado por los filisteos” de Rembrandt; Divina invención se realiza a partir de un tríptico de Francis Bacon y Memento Mori, la que llega ahora a la Balzo, tiene que ver con 32 fotografías de Matilde Campodónico que “sutilmente hablan de la muerte”. Dice Blanco que “Matilde es una fotógrafa que no capta el mundo sino que lo produce. La forma que tiene de mirar termina creando mundos”.

-Tu teatro siempre dialoga con la música o el audiovisual. ¿Te interesan esos intercambios, te interesa concretarlos por fuera de tus obras?

-Con el cine, las miniseries, permanentemente me están llamando y haciéndome propuestas, pero es un mundo que no me interesa en lo más mínimo. He declinado incluso a grandes plataformas audiovisuales; me han invitado a escribir, a libretar, pero no. Y en muchas ocasiones han querido comprar los derechos de mis obras, sobre todo de Tebas Land, La ira de Narciso y de Tráfico, y he declinado. Con la danza sí, incluso es posible que para 2022 dirija un espectáculo de danza con jugadores de fútbol, un proyecto que hace mucho tengo ganas de llevar adelante. Sí hay muchos cruces con museos, con las editoriales; me interesan mucho los cruces con distintos lenguajes.

-Siempre hablás de que vos admirás y te adaptás a los actores. ¿Cambian las reglas cuando te tenés que dirigís?

-Tengo un equipo que está trabajando en la parte plástica o de diseño audiovisual de los espectáculos, entonces tengo esas miradas en las que me apoyo mucho. Pero es muy extraño porque me tengo que autoexigir a mí mismo; es como cuando escribo. Yo me exijo a mí mismo cada una de las palabras que voy a escribir, no escribo de forma fluida y rápida. Para mí la escritura es elegir una a una cada palabra, es un trabajo casi que de arqueología. ¿Por qué elegí esa palabra? ¿Cómo suena, cómo se pronuncia? ¿Qué imágenes visuales activa, qué paisajes levanta? ¿Qué emociones remueve? Es decir, soy muy exigente a la hora de escribir; cada una de esas palabras se tiene que ganar el derecho de estar ahí. Lo mismo hago cuando empiezo a trabajar en la interpretación.

"Soy muy exigente a la hora de escribir; cada una de esas palabras se tiene que ganar el derecho de estar ahí"

Sergio Blanco

-Conferencias autoficcionales, alter-ficción... ¿Cómo se nombran las cosas, cómo es el proceso de definir?

-También es un camino donde se mezclan cosas. Por un lado mucho estudio, reflexión, análisis, lectura; y por otro lado hay algo que llamo momento epifánico, de epifanía, donde de pronto en un estado de gracia uno encuentra una palabra, una idea. Es la mezcla de esas cosas, no es solo el rigor o la disciplina, sino una suerte de revelación apocalíptica donde uno encuentra el término. Y uno nunca llega solo a las cosas, hay trabajo colectivo.

-En Memento Mori volvés al tema que atraviesa tus obras. ¿Qué te obsesiona más, la muerte o la inmortalidad?

-Son como inseparables; la muerte es lo que nos hace inmortales, entonces desde un punto filosófico y metafísico la frontera es muy relativa. Yo creo que todos somos mortales y la muerte nos inmortaliza, algo que ya planteaba Sócrates; si morir es terminar con la vida, es acceder a otro estado. La muerte tiene algo fascinante que es lo misterioso; estamos todos desprovistos ante la muerte, no sabemos qué es y al mismo tiempo sabemos que es una cita que tenemos todos. Y ni el discurso científico ni el religioso pueden definirla. Es una obsesión; no hay una sola de mis obras donde el tema de la muerte no aparezca. Quizás la muerte es lo que le da sentido a nuestra vida. De ahí el título, Memento Mori, que es: “recuerda que vas a morir”.

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