ENTREVISTA

Nicolás Lauber

El humor está en sus genes y ha sabido sacarle provecho con una carrera en la televisión que lo vio crecer hasta convertirse en uno de los comediantes más conocidos de nuestro país. Siendo niño se paseaba por detrás de cámara en los programas que conducía su padre, Cacho de la Cruz, y desde hace más de tres décadas, se formó un nombre propio.

Maxi de la Cruz lleva toda una vida frente a las cámaras de nuestro país y también haciendo teatro junto a los nombres más importantes de la vecina orilla. En el verano trabajó junto a Antonio Gasalla en la obra titulada: Gasalla que se estrenó en Teatro Roxy Radio City de Mar del Plata, que por cuestiones de salud del protagonista, tuvo que terminar antes de tiempo. Actualmente Maxi es el conductor de Trato Hecho edición famosos en la pantalla de Canal 12 que ya se anunció lo tendrá al frente una nueva temporada.

Ahora, este sábado a las 21.00 estrena espectáculo en formato streaming: Humor desde el sillón . Las entradas se adquieren por la red Abitab con dos modalidades: solo el show (a 600 pesos), o con una picada como acompañamiento (a 800 pesos).

Una vez finalizada la compra recibirá un link para acceder al espectáculo, y mañana cierra la venta de las entradas con picada incluida.

No es la primera vez que De la Cruz, como otros actores uruguayos, hace un espectáculo virtual durante la cuarentena. “Ya he hecho un par de shows en Zoom que es un poco más desprolijo, pero tampoco fueron malas experiencias. Es raro pero se puede hacer también. Y es aprender, mejorar, escuchar opiniones y la que lo paga es la gente, así que hay que darles bola”, dice.

—El sábado estrenás un espectáculo en modalidad online. ¿Cómo te llega la propuesta?

—Fue una idea que me acercaron y me pareció interesante por todos lados, porque es laburo, es explorar algo nuevo y la gente tiene la posibilidad de poder ver algo, lo más cercano a un show en un teatro. Va a ser un showcito como si se estuviera en un barcito. Y la idea de la picada suma para que la gente tenga algo para tomar, juntarse y pasarla bien un rato.

—¿Es complicado hacer un espectáculo así?

—Pensé que me iba a costar más hacerlo. El hecho de estar frente al teléfono haciendo el monólogo, sin el público pensé que me iba a costar más y me divertí porque surgieron cosas interesantes también que no tenía dentro del guion, pero claro, si me veían estaba yo solo en el living de mi casa hablándole al celular.

—¿Sos vos solo con el celular?

—Está producidito, vinieron y armaron un estudio en casa con luces y todo pero igual, fue como algo raro. Pero estamos a la expectativa de ver cómo responde la gente y si le parece esperemos que esto de cola como para mejorar o cambiar y aprender un poco de esto.

—Todo indica que seguirá por un tiempo más. Así que también es aprender nuevas modalidades de trabajar.

—Uno tiene la esperanza de que no pero hay que ser realista y darse cuenta que va a demorar un tiempito. Y cuando se habilite, va a tardar, porque la gente, a mí, a todos, nos da cosa salir y tener contacto. En Alemania habilitaron los teatros y víste cómo son, sacaron butacas entonces hay tres espacios vacíos y una butaca y después más espacios vacíos.

—Limita mucho la capacidad de la sala, y los espacios que ya de por sí eran chicos, les va a costar más.

—Sí, va a bajar y se va a sentir en todos lados. Por eso, esto va a servir para estar cerca de la gente, hacer lo que a uno le gusta y sobre todo es trabajar, porque genera laburo a varios.

—¿De qué va el show?

—Lo que hice fue el monólogo que venía haciendo este año en los bares. Lo que le cambié al principio fue hablar de esta locura, la cuarentena, todo lo que uno hizo o está haciendo con tanto tiempo libre y que te puede llevar a encontrar cosas en tu casa que tenías guardada desde hace mucho tiempo. También hablar de la pareja, los chicos el que los tiene, y también el que está solo, y la introducción la dejé por ahí porque me parecía que había que hablar con humor de esto. Es el monólogo mío. Si tenía que ir a un boliche iba a hacer lo mismo.

—Así que adaptaste solo el inicio del espectáculo.

—No quería hacer un material solo de la cuarentena, porque ya está. Es como que no me recuerdes todo el tiempo que estoy encerrado o que no puedo salir, o que estoy sin laburar. Es muy delicado. Entonces la idea es que la gente se divierta, ver qué pasa y si hay una buena respuesta, hacer algo más después. Me gustó también porque puede conectarse gente de todo el país y después que los números están buenos, no es caro y si le sumás que tenés la picada y algo para tomar, creo que hasta yo me voy a comprar una entrada. Está hecho como para que la gente no tenga miedo y se mande, porque hay que adaptar todo. Así como la gente se adaptó y todos descubrimos que desde casa podíamos hacer algo más que pedir comida, como trabajar, vivir, comprar las cosas que necesites y que todo llega. Acá hay que entender que esto es otra manera de entretenerse un rato.

—¿Por qué no hay humor en la televisión?

—Creo que es un tema de costos la falta de los programas de humor en la televisión. También ha pasado que han sido varias las generaciones que no han tenido un programa de humor en televisión al cien por ciento. Y como que las nuevas generaciones nunca vieron un programa de humor y no sé si sabrían cómo hacerlo. A nivel popular y masivo nunca tuvieron un programa así, porque ya no hay más. Igual, lo asocio más a un tema económico, los grandes elencos desaparecieron de la televisión. Si te ponés a pensar hasta el teatro ha sufrido la falta de grandes elencos. Ya ocho actores es un elenco muy grande, por un tema de costos. Pero bueno, hay que saber adaptarse a todo.

—Seguís los pasos de tu padre. Si él hace 40 años daba para elegir puertas, vos abrís maletines en Trato hecho.

—No podemos meter un chancho en el maletín porque nos matan, pero sí, tiene algo de eso, el entretenimiento, el azar, es muy loco. En Trato Hecho, como estoy haciendo ahora la versión famosos, papá estuvo, grabé con él que ya salió al aire. Y era muy loco conduciendo un programa que lo tenía a él jugando. Fue un viaje y estuvo buenísimo, porque te tira cuatro millones de cosas. Y sí, se da esa casualidad de estar haciendo como que lo mismo. Aparte iba al Castillo de la suerte por atrás de las puertas, miraba todo y me tenían amenazado, no podía decir nada.

—¿Esperabas que Gasalla anunciara su retiro?

—No me sorprendió por la experiencia con él en el verano que su médico le dijo que no podía seguir por un tema de salud. Él se exige mucho y es muy difícil para el artista tomar la decisión de bajarse.

—¿Qué aprendiste de él?

-Con él había laburado hace mucho y en ese entonces había aprendido un montón. Sobre todo porque es un tipo de humor muy naturalista. Él como que hace todo en serio, se toma en serio todo y nunca pierde el personaje. Te sigue a morir la locura, pero nunca lo vas a ver tentarse y eso me pareció genial. Los ensayos podían durar diez horas, tenías el texto pero si te tiraba una para improvisar y lo seguías, él no se queda callado. Y la verdad que a todo nivel aprendí con él.