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Dos horas y media del mejor teatro uruguayo

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Telles y Jones protagonizan un elenco que trabaja en equipo. Foto: M.F. Russomagno

En una temporada teatral en la que la Comedia Nacional se alejó de los autores extranjeros y de los clásicos universales, la Alianza Uruguay-Estados Unidos tomó la posta a través de un montaje que está entre lo mejor que hay en la cartelera, siempre que el espectador comulgue con la propuesta.

Viaje de un largo día hacia la noche es una obra fundacional de la mejor dramaturgia norteamericana, y en ella hay elementos que marcarán la escritura para teatro de Estados Unidos y del mundo. Eugene O´Neill ofrece una hondura psicológica que luego se vio en el teatro de Arthur Miller y de Tennessee Williams, sentando las bases de una dramaturgia que marcó generaciones.

Y Jorge Denevi vuelve a este texto magnífico, y lo hace con un elenco que sabe transitar el realismo psicológico. El director está familiarizado con los actores, y cada uno responde al perfil de su personaje y al trabajo en equipo. Álvaro Armand Ugón y Sebastián Serantes componen a los personajes de los hijos, con dos actuaciones de primera, y complementarias. Armand Ugón representa convincentemente a ese personaje arrebatado, irracional, que se brinda directamente a su deseo, y alcanza momentos de enorme solvencia cuando tiene que transitar una larga borrachera con picos de diversos humores. Y Serantes, un actor que interpreta muy bien la indolencia, calza justo en ese personaje enfermo e intelectual.

El matrimonio de los Tyrone revive en la dupla de gran química que forman Roberto Jones y Nidia Telles. Ella, frágil, alcanza uno de los momentos más emotivos a la hora de expresar la locura. Y Denevi matiza muy bien al señor Tyrone, que Jones se encarga de redondear con múltiples ondulaciones.

El trayecto es extenso (unas dos horas y media) y si el espectador no es ansioso, no se hace largo. El devenir del espectáculo crece, con un clima que se va enrareciendo, y que tanto el texto como los actores saben administrar. Esta familia de seres conflictuados se construye en escena magníficamente, a través de un trabajo en conjunto que es totalmente disfrutable.

La escenografía —medio de época, medio abstracta, con un sencillo y eficaz efecto de luz de fondo— tiene momentos bellos, que no se podrían lograr sin la fuerza del libro y los intérpretes. Y el montaje brinda instancias de enorme sentido simbólico y potencia emocional, como esa sirena de barco que genera un efecto misterioso.

Los temas que se van tratando son muchos, y todos ofrecidos con mucha densidad humana: el suicidio, la enfermedad, la soledad. También la vida del hombre de teatro, compaginando pasado y presente. Como en el mejor teatro, cada intérprete tiene su tramo de máxima expresión personal, su monólogo de lucimiento, como el solo en una banda de jazz. Y el público respondió bien, con entusiasmo pero también con aplomo, dejándose llevar por esta historia enorme, que se mueve lentamente, como esos ríos anchos y de lento caudal.

Viaje de un largo día hacia la noche [*****]

Texto: Eugene O´Neill. Dirección: Jorge Denevi. Elenco: Nidia Telles, Roberto Jones, Álvaro Armand Ugón, Sebastián Serantes y Camila Pozzo. Escenografía y vestuario: Nelson Mancebo. Iluminación: Rosina Daguerre y Eduardo Guerrero. Música: Alfredo Leirós. Teatro: Sala China Zorrilla, Alianza Uruguay-Estados Unidos, Paraguay 1217. Funciones: Miércoles y jueves, a las 20:00 horas. Entradas: $ 390, en Abitab y en la sala.

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Telles y Jones protagonizan un elenco que trabaja en equipo. Foto: M.F. Russomagno

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