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El grotesco como foto de la realidad

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Una obra muy porteña que hurga en mecanismos de política y corrupción. Foto: Difusión

“La crueldad de los animales”: de Argentina al Solís.

Contar una época sin nombrarla, para no pensarla como un pasado sin retorno", dice el autor, Juan Ignacio Fernández, sobre su obra La crueldad de los animales, trabajo escénico porteño que el martes próximo a las 20:00 llega al Teatro Solís para dar una única función. La obra, que fue premiada por el Teatro Cervantes de Buenos Aires en un concurso de dramaturgos emergentes, cuenta con dirección de Guillermo Cacace, cuyo nombre sonó fuerte en Montevideo a raíz de la versión argentina de la obra Mi hijo solo camina un poco más lento. Entradas en Tickantel, a $ 280 y $ 450.

Fernández comenzó a armar esta obra en 2011 tratando de entender de qué manera el país había llegado a la crisis de una década atrás. Y ubicó la historia en el jardín trasero de una casa, a orillas del Paraná. Allí, una mañana de primavera, una reunión familiar con representantes de generaciones diferentes, irá camino a convertirse en algo distinto a una velada en familia.

"Me estimuló que el texto tematiza algo del orden de lo político", contó a El País Cacace. "Montar una obra de fuertes referencias políticas es todo un desafío. Sobre todo cuando el intento es no producir un discurso del discurso. Cuando la decisión es correrse de ilustrar una anécdota. No hemos querido abordar una posición, el intento ha sido encarnarla", afirma el director, quien se viene caracterizando por una experimentación muy apoyada en lo emotivo y en lo humano.

"Como en las obras que en general me interesan, en esta se quiere presentar un problema, más que llegar a una solución. O por lo menos entender que la política, en algún punto, se constituye a través de gente que toma decisiones. Lo político no es una entidad abstracta", señala Cacace sobre la puesta de este texto dramático, ganador del concurso de autores teatrales organizado por Argentores y el Teatro Nacional Cervantes.

Un hecho de corrupción en un pequeño pueblo, es la plataforma de la trama, que es simple. Pero esa localidad chica puede ser reflejo de muchos lugares de distintas geografías. Negocios turbios, tierras en disputa, tensiones, trazan la línea argumental de la obra.

Cacace explica que para pensar el montaje comenzó por tomar el trabajo del actor como matriz. "Es la actuación la que me va dictando la puesta. Más que recrear los espacios reales, me importa generar una plataforma donde los actores puedan habitar las conductas de los personajes", dice el reconocido actor argentino, agregando que la obra tiene unas zonas ligadas al grotesco y al humor sórdido.

El artista señala que hoy el grotesco, un género tan fuerte en la tradición rioplatense, sigue gravitando en la escena, aunque con nuevas formas. "El grotesco nos define a nosotros en algún punto. Creo que a cualquier mirada que venga desde fuera desde nosotros mismos, no le sería difícil ligar la producción teatral o cinematográfica vinculada al grotesco con las situaciones que vivimos. El grotesco nos define bastante", remata el director de La crueldad de los animales.

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Una obra muy porteña que hurga en mecanismos de política y corrupción. Foto: Difusión

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