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"Soy un gitano de la ópera"

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"En mi casa soy Carlos, no soy el tenor Carlo Ventre". Foto: F. Ponzetto
Nota a Carlos Ventre, tenor uruguayo, ND 20151103, foto Fernando Ponzetto
Archivo El País

El reconocido tenor uruguayo de proyección internacional subirá por primera vez al escenario del Auditorio Nacional Adela Reta con un rol que significa mucho en su carrera. Mañana dará la primera de las seis funciones, de la mano del director musical Pedro Pablo Prudencio y con puesta de Pablo Maritano.

Con una Desdémona encarnada por Maureen Marambio, y Yago a cargo de Rodolfo Giugliani, la versión promete un sensato equilibrio entre tradición e innovación estética. Entradas en TickAntel, de $ 2100 a $ 350.

—Al venir de Europa a cantar acá, ¿la voz se afecta por el cambio climático?

—Para mí es muy complicado. Siempre me sucedió y me vuelve a suceder ahora, de sufrir eso mucho. Ahora tuve un viaje muy largo, y con el aire acondicionado del avión, ya llega medio débil. Y Uruguay te da el hachazo final, porque acá en un día tenemos tres estaciones meteorológicas: salís de mañana y es verano, y luego es invierno, con una niebla que parece Milán.

—¿Y vocalmente, Otello qué le exige?

—Me exige el cien por ciento: yo lo defino como un rol mixto. En el primer acto es un heroico cuando entra, luego un lírico en el dueto de amor, donde no tiene que tener agresividad, sino dulzura. Y a medida que avanza el rol se transforma en un dramático total. Es un rol muy difícil vocalmente: requiere toda la concentración, toda la técnica posible, y mucha suerte.

—¿Y esta versión de "Otello", como la ubica en relación a otras?

—Es una producción muy interesante, con los personajes bien definidos. Estoy agradecido porque más que nada es una producción tradicional. O sea que cuando entro a escena, por el maquillaje, ya me veo moro. Cuando salgo a escena me veo Otello, y eso te pone en una condición psicológica mejor para entrar en el personaje. Te mirás en el espejo y te ves Otello.

—Su profesión lo lleva a viajar mucho, ¿lleva una vida muy nómada?

—Sí, soy un gitano de la ópera. No hago otra cosa que viajar, ir al teatro, cantar, hacer funciones, saludar a la gente, tomar un avión e irme para otro teatro. Esa es mi vida.

—¿Padece ese trajín?

—Sí, pero lo que pasa es que el premio que te da el público, y el poder cantar, te compensa todo eso. El afecto que te da el público cubre cualquier herida.

—¿Cómo maneja el dinero que gana?

—Yo, debido a que salí de la nada, para mí el dinero tiene un valor importante para vivir bien. Y no lo tiro: principalmente porque nuestro trabajo se puede terminar en un segundo. Te viene algo en las cuerdas vocales y no podés cantar más. Y todo lo que Dios te dio, te lo puede sacar en un momento. Entonces, todo lo que es arrogancia, en mi caso no tiene que existir. Consciente de eso, trato de guardar.

—¿Usted dónde fijó residencia?

—En Verona, tengo una casa linda, aunque la disfruto poco. La única ventaja que tengo es que como éste va a ser mi décimo año cantando en la Arena de Verona, durante dos meses canto y trabajo en el mismo lugar. Y disfruto mi casa en el mejor momento, porque es verano. Me tomo un mate en el jardín: hago el uruguayo en Italia.

—¿Es muy hogareño?

—Sí, me encanta estar en casa, pero tú entrás en mi casa y no encontrás cuadros con Il Trovatore. En mi casa soy Carlos: no soy el tenor Carlo Ventre.

—¿En su casa, cuáles son las cosas que le provocan más recuerdos?

—El recuerdo más grande siempre es la fotografía de mi familia. A mis padres los perdí hace mucho, pero siempre me acompañan. Ellos se fueron de este mundo y jamás me pudieron ver cantar. Y ese es el dolor que tengo: hice tanto, y me hubiese gustado mostrarles a dónde llegué. Yo los perdí en un mes a los dos, tenían 59 años. Yo debuté a los 24, y seis meses después murieron.

—Hablando de la ópera en general, ¿siente que en Europa se derrochó mucho dinero en la ópera en tiempos de las vacas gordas?

—Sí, por supuesto. Es común, que si se tiene dinero se gaste, y a veces en cosas superfluas. Y ahora que hay dificultades, el dinero no está. Y es una lástima, porque la cultura siente esta falta de capitales para poder seguir adelante y construir cosas mejores.

—En Europa se han recortado los presupuestos para la cultura...

—Muchísimo, muchísimo. Lo vemos también en nosotros mismos, que nos piden descuentos. Y uno tiene que decir que sí, porque es nuestro trabajo, y más allá del dinero, está el placer por cantar.

—Va a ser su primera vez en el Auditorio Nacional Adela Reta...

—El teatro es espectacular, es un lujo, una joya de Uruguay. Me emociona cantar en él, que un teatro tan hermoso pertenezca a mi país. Una cosa casi impensable cuando yo empecé a cantar. Cuando yo empecé en 1984 en la Escuela de Ópera, el edificio del Sodre estaba quemado. Y todo el mundo me contaba de las temporadas de antes. Y ahora estoy viviendo esto, y es una gran emoción.

—¿Cuando usted estudiaba en Montevideo las salas estaban muy desprovistas?

—El lujo que yo tuve fue cantar en el Solís, cuando tenía 15 años. Pero sí, canté por todos lados. Por entonces lo importante para mí era cantar, no dónde. Hablando de 25 años atrás, la Sala Brunet, era seca para cantar. No había acústica.

—¿Cómo encuentra ahora Montevideo cuando vuelve?

—Para mí siempre es hermoso. Pero veo que hay muchas dificultades económicas, lo veo en mi familia. Que está todo muy caro, que cualquier cosa cuesta mucho. Espero que pueda cambiar y que se pueda vivir bien. Porque ver gente que tiene dificultades, en este país, con tan pocos habitantes, me duele el corazón.

ACLARACIÓN

Respecto a la participación de Carlo Ventre en "Otello", el Sodre comunicó hoy jueves lo siguiente: 

Las funciones de la ópera "Otello" del viernes 6 y sábado 7 de noviembre en el Auditorio Nacional del Sodre Dra. Adela Reta tendrán una modificación en su elenco. El viernes 6 Carlo Ventre no representará el rol protagónico de Otello debido a que se encuentra afectado por una faringitis y en proceso de recuperación. Será representado por Enrique Folger. El sábado 7 de noviembre Otello será interpretado por José Azocar. Se espera que el domingo 8 de noviembre Ventre ya esté recuperado para interpretar Otello.

Aquellos espectadores que deseen devolver sus localidades lo podrán hacer en la boletería del Auditorio.

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"En mi casa soy Carlos, no soy el tenor Carlo Ventre". Foto: F. Ponzetto

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