Crítica: Gato con botas. El Musical

Martín Inthamoussu dirige en el Auditorio Nacional Adela Reta un musical para niños

Una versión libre del clásico cuento Gato con botas está en estos días ocupando la Sala Balzo, hasta el domingo. El espectáculo para niños, de cierto despliegue escénico, cuenta con una banda en vivo, un pequeño cuerpo de baile y un grupo de intérpretes que conforman un musical que busca tener sus singularidades.

Como suele ocurrir cuando en Uruguay se incursiona en el musical con música en vivo (ya sea para niños o para adultos), siempre la orquesta está un paso adelante. Es que en general los músicos están más familiarizados con lo que tienen que hacer que los bailarines, cuyas coreografías, sencillas, tienen un aire amateur. Además, en Gato con botas la música es original Roy Berocay, un artista que sabe bien cómo llevar todo tipo de ritmos al mundo infantil.

A nivel de texto, Nicolás Fernández trabajó libremente el tema, jugando con otro clásico: mezclar muchísimos personajes del mundo infantil en un único espectáculo, a través de una anécdota que dinamizada con todo tipo de chistes, desde los juegos de palabras hasta las repeticiones de situaciones. Y como pasa casi siempre, los niños se ríen de cosas sorprendentes, muchas veces más de algún detalle que del chiste en sí, que a veces pasa inadvertido.

El espectáculo tiene a favor cierta brevedad, dado que no supera mucho la hora de duración. En ese lapso se van alternando todo tipo de melodías, escenas actuadas, tramos musicales y coreográficos. También tiene su momento de agitar más a la platea, y su historia de amor. Y su pantalla con videos, en los que se puede ver hasta un informativo del pueblo de Fantasía. Y hasta un baile con boleadoras, elemento coreográfico de origen folklórico. Y juega bien con una serie de tics propios de la cultura juvenil de hoy.

Pero más allá de todas sus singularidades, el espectáculo tiene un formato que parece más bien cercano al mundo del adulto. No es fácil suponer cómo vive un niño un musical de este tipo. Y si bien no produjo mucho humor, pareció entretener al público infantil.