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"El cordón rojo": Sandra Américo en un gran papel

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Un cordón rojo

TEATRO

Desde hoy se presenta en Sala Zavala Muniz este reconocido trabajo de Sebastián Barrios

Un cordón rojo, escrita y dirigida por Sebastián Barrios, fue presentada el año pasado en el Teatro Victoria, y desde hoy se la podrá ver en la Sala Zavala Muniz, donde da cuatro funciones, hasta el domingo 24, a las 21.00. Tickantel, $ 350.

El espectáculo plantea un triángulo amoroso entre dos hombres jóvenes y una mujer mayor, para indagar en lo que sería una relación fuera de las normas sociales convencionales. En la obra, los personajes generan un cordón difícil de romper, una relación particular, ya que solo es posible si la viven de a dos. Los tres deciden vivirlo, pero saben que es imposible salir de ese círculo en que se mueven.

Protagonizada por una de las grandes actrices del teatro uruguayo, Sandra Américo, el elenco lo completan Ernesto Álvarez y Antranik Chakiyian, en un marco escenográfico de Beatriz Martínez, también a cargo del vestuario.

“La puesta se realiza alrededor de un círculo creado por el propio espectador, lo que genera además de proximidad, esa sensación que habita en los personajes, de no poder salir de sus propios impulsos, deseos, esa sensación de querer avanzar, de poder entender lo que les pasa, sin poder lograrlo”, afirmó a El País el autor.

“Es un espacio íntimo, despojado, que permite transitar por diversos lugares de manera rápida, realzando el trabajo actoral. Tiene cierto magnetismo, cierta magia, que apoyado en el vestuario diseñado por Beatriz Martínez y en los sutiles cambios de luces de Carmen de Vera, tiene como resultado ese transcurrir del tiempo casi imperceptible, que ocurre casi sin darnos cuenta”, agrega. 

Un cordón rojo
Un cordón rojo. Foto: Difusión

“El espectáculo a nivel dramatúrgico y de dirección de actores, está apoyado en lo no dicho: trabajamos mucho desde el cuerpo, para poder construir el vínculo de los personajes. Fue una investigación sobre el comportamiento humano, con sus contradicciones. Y apoyado en el diseño de luces, escenografía, vestuario y música, le dan a la puesta algo místico, extraño, un enrarecimiento”, sostiene Barrios, quien basó la obra una leyenda japonesa, El hilo rojo, que cuenta que entre dos o más personas que están destinadas a tener un lazo afectivo, existe un hilo rojo que las une desde el nacimiento. 

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