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Aventuras que valoran lo sencillo

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Los libros troquelados inspiraron este montaje que llegó desde Argentina.

Dos obras para niños están animando la esquina de Barreiro y Berro, en pleno Pocitos. En Life Cinema Alfabeta, durante estas vacaciones, una obra nacional y otra argentina pueden ser un buen programa para sacar a pasear a los niños chicos.

Una es muy uruguaya, en el mejor sentido, dado que parte de un texto de Juan José Morosoli, el gran narrador que fue capaz de captar lo hondo del ambiente alejado de la Capital.

Ganadora el año pasado del premio Florencio al Teatro Infantil en el rubro Mejor Elenco, Tres niños, dos hombres y un perro fue adaptado al escenario por Susana Anselmi, quien también lo dirige. "Morosoli es de mis autores favoritos y fue un desafío llevarlo al escenario, buscando respetar el espíritu de la obra, su hondo sentido humano, su pureza", explicó Anselmi a El País.

La artista realizó cambios que le dieron mayor libertad. Como convertir a los tres protagonistas del libro en dos niñas y un varón, hecho que le permite abrir una reflexión de género. Por haber vivido su infancia en Río Negro, Anselmi se siente bien familiarizada con el ambiente campero que la obra propone, buscando una revaloración de las cosas sencillas y fundamentales. Victoria Viera, Patricia Fry y Jorge Bell asumen al trío de actores y Bell también hace la música en vivo.

La obra narra la historia de Faustina, que vive en el campo, y en la escuela traba amistad con Luisa, que vive en el pueblo. Las dos conocen luego a Pololo, con quien también se forjará una amistad. El trío protagoniza una aventura sencilla, que habla del encanto de la vida simple, no contaminada por la vivencia del adulto, según palabras del autor.

"Ellos arman como una sociedad de amigos del campo, y para la puesta nos valemos mucho de la imaginación del espectador. En cine sería distinto: en El viaje hacia el mar, por ejemplo, el relato de Morosoli se presenta en imágenes. Pero acá el código es otro. Y por la respuesta del público, hemos notado que funciona muy bien", explica la directora, también destacada actriz.

El espacio escénico fija tres áreas como distintos lugares de las acciones, y con escasa utilería se va armando un juego escénico que busca reproducir la sencillez que Morosoli plantea en su relato. "Con una ramita se puede jugar, o hacer música, como hacía yo en mi niñez", reflexiona Anselmi sobre este espectáculo, que se presentará todos los días, hasta el sábado 11 de julio, siempre a las 17 horas.

También diariamente, a las 15 horas, se está presentando Popigami, de Mario Luis Marino y Carolina Erlich. Se trata de teatro de títeres para niños, presentado por la compañía argentina El Bavastel, que sube a escena acompañada por la música de El Club de Tobi, conocido cuarteto de cuerdas integrado por violines, y violonchelo.

La obra fue concebida también como una historia sencilla, accesible incluso para niños de muy temprana edad. Un primer disparador para el grupo fue el trabajo a partir de los libros troquelados, donde los paisajes y escenarios se despliegan ante los ojos del lector. Se construyó así un mundo de fantasía donde las escenas se desarrollan ante los pasos del protagonista.

Con ese lenguaje se cuenta la noche previa a salir de campamento: un niño imaginativo y algo temeroso, estudia en su libro detalles del lugar que visitará al día siguiente. Pero se queda dormido, y el mundo de los sueños lo sumirá en un mar de aventuras. Las entradas valen $ 280 en ambos casos.

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Los libros troquelados inspiraron este montaje que llegó desde Argentina.

La imaginación infantil en Life Alfabeta

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