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Un amor imposible que cierra el año del ballet

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Para Bocca Onegin es una obra exigente. Foto: Carlos Villamayor para el BNS

Hoy se estrena Onegin, con 11.000 localidades vendidas

Un montaje sobre coreografía de John Cranko se podrá ver desde hoy en Montevideo. Sin embargo el público no ha acudido en avalancha, como sucedió con otras escenificaciones del Ballet Nacional Sodre que han transitado títulos más conocidos, como Lago de los Cisnes o Cascanueces.

Desde hoy a las 20:00 en el escenario mayor del Auditorio Adela Reta habrá 14 funciones de Onegin, ballet inspirado en el poema de Alexander Pushkin, con música de Piotr Tchaikovsky, del que dará un total de 14 funciones, hasta el viernes 11 de noviembre. Entradas en Tickantel, a 850, 750, 550, 390 y 160 pesos. La función del martes 8 es a beneficio del Hospital Pereira Rossell, y será sin orquesta, con música grabada.

"Este es un ballet que si el público vio lo que fue la producción de Romeo y Julieta, tanto corográfica como artísticamente, Onegin es del mismo estilo", explicó a El País Julio Bocca, director artístico del Ballet Nacional del Sodre. "Si bien coreográficamente el nuevo título contiene dos estilos completamente diferentes, el modo en que está armada la historia, cómo está contada, tienen puntos en común".

Considerada una de las obras más importantes de los ballets de larga duración, Onegin es una historia de amor no correspondido, a partir del inesperado encuentro de una chica inocente con un cínico aristócrata. El ballet, al igual que la ópera, está compuesto de tres actos y seis escenas.

"Es muy interesante la musicalidad que tiene esta obra, y el desafío que tienen los principales bailarines, no solo artísticamente sino también a nivel físico, hasta de respiración", dice Bocca.

"Es una obra que al que le gustó Romeo y Julieta, esta le va a fascinar", continúa. "Son como dos clásicos, de coreógrafos diferentes: Onegin ya ocupa un lugar en la historia del ballet y va a seguir de por vida, como un Lago de los Cisnes. Son esas obras que toda compañía quiere tener, y cualquier bailarín quiere bailar. Y no hay tantas".

La puesta será estrenada con María Noel Riccetto en el rol de Tatiana, y Ciro Mansilla en el de Onegin, volviendo a subir a escena la primera bailarina en las funciones de este sábado 29, del miércoles 2, del miércoles 9 y en la función de despedida de la obra, el viernes 11.

"El trabajo que están haciendo los bailarines principales para la interpretación es sumamente intenso, sobre todo en lo que tiene que ver con el estado físico que tienen que tener", dice Bocca. "Es una obra que para el varón es mortal. El bailarín que hace Onegin llega al final de la obra sin fuerza ni en la punta del pelo. No solo es el esfuerzo muscular. Hay levantadas muy difíciles, y lo que exige la interpretación, ese drama, esa angustia".

El último dúo, avisa Bocca, "es muy emotivo, y tiene un final al que hay que traer pañuelitos".

El montaje se verá con vestuario y escenografía del Teatro Colón, y contará con la participación de la Orquesta Sinfónica del Sodre, dirigida por Martín García. "Esta es una obra que yo no tuve la suerte de poder bailar, excepto en una gala del American Ballet, el último pas de deux. Y yo ahora veo que la puede hacer el BNS, y (lo digo con buena onda), que estos pendejos tienen la suerte de hacerla, y yo no pude. Por eso yo les digo que aprovechen al máximo: hay bailarines que tienen que esperar 15 años en las grandes compañías para hacerla. Para mí es muy lindo ver que ellos tienen la oportunidad que yo no tuve", comenta el director del BNS.

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Para Bocca Onegin es una obra exigente. Foto: Carlos Villamayor para el BNS

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