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Sangre, moda y obsesión: así es el arranque de "El asesinato de Gianni Versace"

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Edgar Ramirez es Gianni Versace en American Crime Story: Versace

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La serie, emitida los jueves en FX, promete un relato cautivante

La segunda temporada de American Crime Story, la serie antológica creada por el prolífico Ryan Murphy (Glee y American Horror Story), comienza igual que su entrega anterior: con un asesinato que impactó a la sociedad estadounidense y, de alguna forma, al mundo.

Mientras que la primera temporada se centró en el juicio al deportista O.J. Simpson (acusado del homicidio de su exmujer y un amigo de ella), la nueva serie, que tiene un elenco completamente renovado, se centra en el asesinato del diseñador italiano Gianni Versace.

El primer episodio de la serie, titulado The Man Who Would Be Vogue, inicia con la última mañana en la vida Versace, quien recibió dos disparos en el rostro en la entrada de su mansión en Miami en 1997. El asesino fue Andrew Cunanan, quien antes de Versace había matado a otras cuatro personas en solo unos meses.

Antes de los créditos iniciales, Versace (interpretado por Édgar Ramírez con mucha seguridad) ya se encuentra sangrando sobre las escaleras de su hogar, mientras que los transeúntes de Ocean Drive miran atónitos.

A partir de ese momento, la serie de Murphy empieza a diferenciarse de su antecesora con un recurso conocido pero no siempre fácil de utilizar en la televisión: el uso de escenas retrospectivas.

Esos saltos al pasado no solo muestran la vida de Versace, ya consolidados como un genio de la moda, sino el camino de Cunanan (Darren Criss en un papel tan terrorífico como carismático) en su matanza dentro de la comunidad gay de Estados Unidos. Si bien es Versace quien otorga el título de la nueva temporada, es su asesino el que cobra su mayor protagonismo, como lo adelanta el primer episodio.

La decisión, arriesgada narrativamente, puede resultar desmotivadora para quienes esperaban una reconstrucción completa de la vida del diseñador y su hermana, encarnada por Penélope Cruz con exuberancia y seriedad.

De todas formas, es lógico y hasta más interesante si se toma en consideración la verdadera premisa de la serie. El “crimen americano” que se contará no es solo el asesinato de Versace, sino los sistemas judiciales y sociales que permitieron que Cunanan lograra perpetuarlo.

En ese sentido, los prejuicios sobre la homosexualidad a fines de 1990 es uno de las problemáticas planteadas en la serie. Por ejemplo, a los policías de Miami se los muestra consternados al tener que indagar por la vida sexual de Versace con su pareja, Antonio d’Amico (Ricky Martin, en una primera aparición que solo le exige solo una emoción: el lamento).

De todas formas, el primer episodio de El asesinato de Gianni Versace genera interés gracias al ritmo frenético aunque tradicional en el que se cuentan los primeros momentos en torno al homicidio. Murphy, quien dirige el primer episodio, no se guarda nada.

El rostro atravesado de Versace es mostrado en varios planos y si bien puede sonar morboso, se trata de forma refinada, gracias a una estética muy trabajada en un drama que promete ser más cautivante en cada nuevo episodio.

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