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Michel Brown, un galán argentino de novelas que ahora conduce "Desafío sobre fuego"

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Michel Brown conduce "Desafío sobre fuego latinoamérica". Foto: Difusión

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El actor argentino radicado en México habló con El País sobre cómo fue conducir la temporada de "Desafío sobre fuego latinoamérica" en History

Michel Brown conduce "Desafío sobre fuego latinoamérica". Foto: Difusión
Michel Brown conduce "Desafío sobre fuego latinoamérica". Foto: Difusión

El martes se estrenó en History la tercera temporada del reality Desafío sobre fuego latinoamérica, formato líder de audiencia en el canal, según la prensa de esa señal. Entre las novedades que presenta esta nueva tanda de episodios se encuentra el argentino Michel Brown quien se incorpora como el nuevo conductor de este reality que se centra en el arte del forjado de cuchillos.

Nacido en Buenos Aires en 1976, Brown saltó a la fama en 1993 luego de participar en el programa Jugate conmigo. Además integró el elenco de las telenovelas juveniles Life College y Chiquititas, ambas producidas por Cris Morena.

Michel Brown es el conductor de la nueva temporada de "Desafío sobre fuego". Foto: Difusión
Michel Brown es el conductor de la nueva temporada de "Desafío sobre fuego". Foto: Difusión

Buscando nuevas oportunidades y aprovechando su cara de galán y ojos celestes, en 1999 viajó a México donde además de protagonizar conocidas telenovelas, encontró el amor y formó una familia junto a la actriz colombiana Margarita Muñoz con quien se casó en 2013.

Su papel más reconocido le llegó en 2003 cuando interpretó a Franco Reyes Guerrero en la producción colombiana Pasión de gavilanes, telenovela que le abrió las puertas en todo el mundo, cosechando premios en lugares tan insólitos como Bulgaria. En 2018 fue parte del elenco de dos importantes ficciones. Fue el Detective Alejandro Falco en la serie Falco que se estrenó en simultáneo por Telemundo y TNT, y Daniel Molina en la producción de HBO, Señor Ávila. El año pasado sumó un nuevo personaje, Pedro de Alvarado en la producción de History, Hernán.

“Estoy bien en esta eterna cuarentena que se hace cada vez más larga. Ahora muy contento y ansioso porque tengo algo de lo que puedo hablar. Estoy con mucha expectativa esperando ver el resultado de esto que rodamos hace rato” dice desde México, Michel Brown a El País.

Michel Brown junto al jurado de la tercera temporada de "Desafío sobre fuego". Foto: Difusión
Michel Brown junto al jurado de la tercera temporada de "Desafío sobre fuego". Foto: Difusión

—El año pasado trabajaste en la serie histórica Hernán, lo que no tiene nada que ver con tu rol de conductor.

—No, y hace rato que no hacía conducción. Lo último creo que fue algo para Antena 3, en España, hace varios años. Hay una particularidad, para este proyecto no tiene nada que ver el rol de actor con el de presentador, y todo que ver con los cuchillos. Venía de interpretar a Pedro de Alvarado en la serie Hernán, y si había un personaje que estaba cerca del mundo de las armas, ese era Pedro. Claro que él tenía que usarlas a la hora de manipularlas y maniobrarlas para estar en la batalla. Pero ahora le entré de lleno a un conocimiento que me parece maravilloso, el trasfondo de saber de dónde vienen las armas y de qué manera se hacen.

—Uno puede pensar que todos los cuchillos son iguales y este programa demuestra que eso no es así. ¿Cómo ha sido ser el conductor de este programa?

—Increíble, era muy fan del programa. Es la primera vez en mi vida que soy fan de algo y de repente termino metido dentro de ese mundo, presentándolo con la particularidad que una cosa es estar comiendo una pizza y mirándolo en la tele y otra cosa es estar metido en un estudio de forja durante 10 horas diarias con lo que conlleva eso.

—¿Fue complicado estar en el estudio?

—Es un estudio duro de trabajar con temperaturas altísimas y hornos a más de 1.000 grados con golpes de máquinas constantes, chispas saltando todo el tiempo y vos tenés que estar pendiente por cualquier cosa que suceda, porque en esta temporada a diferencia de otras, el presentador tiene un poco más de conexión con los participantes. Entonces hablo más con ellos, miro lo que pasa y trato de generar un vínculo con más empatía entre los dos. Eso conlleva que tengo ques estar en el estudio todo el tiempo, así que conducir el show fue como laburar en un taller mecánico.

—Esta temporada también suma a uno de los jurados de la versión americana. ¿Cómo ha sido trabajar con Doug Marcaida?

—Cuando vi a Doug me sentía como un fan. Lo veía en televisión y no sabía si acercarme a hablarle o no. Tiene un sentido del humor increíble, un manejo de la cámara y del ritmo de la televisión impecable. Nos costó comunicarnos porque mi inglés es fatal y él habla español pero como yo hablo inglés. Entonces era divertido vernos comunicarnos con señas y hablábamos un spanglish, pero nos divertimos mucho. Más allá de eso, el tipo es un monstruo. En un momento cometí el error de pedirle que me haga una llave porque también es especialista en combate cuerpo a cuerpo y casi me rompe el brazo. Lo que pasa es que para él eso es el pan de cada día mientras que para mí era otro mundo.

—Vos venías con una larga carrera en televisión haciendo de galán de telenovelas.

—Claro, ahí era todo de mentiritas, y para Doug nada era de mentira.

—Entonces las armas de Hernán no se comparan con estas.

—No, de hecho me regaló un arma que él construyó que es un círculo de metal que se pone en el medio de la mano de donde sale un cuchillo como si fuera Wolverine, que él utiliza para defenderse, y yo lo utilizo como un collar. Él me explicó cómo usarlo si alguna vez llegaban a atacarme o algo así. Le dije muchas gracias y me lo puse de collar.

—Esta temporada, además cuenta con la primera participante mujer.

—Sí, eso está buenísimo y creo que van a salir camisetas con la cara de Juliana después de verla. Porque hizo un trabajo impecable. Y una cosa interesante que tiene Juliana es que ella comenzó a forjar después de ver Desafío sobre fuego. Para mí fue muy interesante ver cómo forjaba, porque lo hacía contra personas que vienen de un mundo y un linaje de forjadores donde a lo mejor sus padres o abuelos ya forjaban. Y Juliana realizó un trabajo impresionante, por momentos veíamos sufrir a los hombres y quejarse más que Juliana.

—En Desafío sobre fuego hay participantes que son muy jóvenes y otros bastante mayores, y todos tienen esa misma afición.

—Sí, y cuando mirás el programa y ves todo lo que esto genera, empezás a ver que hay todo un culto. Esto no es como el que hace cosas en serie, es un arte como el que hace botellas de vidrio o un tatuador. Hay todo un trabajo detrás de eso que no es solo el trabajo sino ponerle el alma al trabajo. En esta temporada hay armas muy diferentes.

—¿Cuál por ejemplo?

—El cuchillo de astronauta, que ni sabía que existía, ni que los astronautas llevaran uno. Creo que lo crearon en 1976 y se hizo por si el astronauta tenía que cortar algo. Hay algo bien interesante en el programa, no es solo hacer el cuchillo. Porque a veces hay cuchillos que tienen 600 años y se utilizaba para levantar la siembra y a medida que pasó el tiempo se transformó para defenderse. A la vez, a Doug le tiene que resultar ergonómico, para Mariano es otro punto de vista y ninguno de los tres perdona. Esto sumado a que un cuchillo así demora una semana en hacerse y para el programa tenés un par de días, no es fácil.

—¿Cuál ha sido el mayor desafío de conducir Desafío sobre fuego?

—En un principio lo que me asustaba era no saber el nombre de las cosas. No tengo idea lo que es un martinete o una prensa ni nada de eso, y en el momento no podés decir mal un elemento o dudar en decirlo porque no podés parar para preguntar ya que esta gente se está muriendo de calor, reventándose para dejar todo en el programa. Ese fue el mayor desafío, entender la dinámica y el nombre de las cosas.

—Es un rol muy distinto al que hiciste, por ejemplo en otro programa donde fuiste conductor: Desafío: la gran batalla que hiciste en Panamá.

—Sí, totalmente distinto. El mundo de la competencia, como el que también hice en España sobre amor y desamor es algo más cercano porque el lenguaje es el mismo y es fácil relacionar una cosa con la otra. Acá hay términos específicos y hay que seguir reglas del programa. Pueden surgir imponderables como que alguien se corte o queme, pero es alucinante ver cómo no quieren dejar la forja. Si me llega a pasar algo de lo que les pasa a los participantes, me voy a mi casa y ellos se ponen vaselina, un poco de agua y no quieren que entre el médico.

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