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"Un lugar para soñar", las claves de una serie que se volvió tendencia en Netflix

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Imagen de la serie "Un lugar para soñar". Foto: Difusión

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La tercera temporada de esta serie protagonizada por Alexandra Breckenridge y Martin Henderson lidera el ranking del servicio de streaming en nuestro país

El pasado viernes se estrenó la tercera temporada de la serie Un lugar para soñar, y rápidamente se convirtió en lo más visto de Netflix. Todavía se mantiene en esa posición, pese a los distintos estrenos que fueron llegando a la plataforma.

Con una fracción de la difusión que han tenido otras producciones románticas como Bridgerton u Outlander (ambas también están en Netflix), esta serie basada en las novelas de Robyn Carr se convirtió en un éxito gracias al boca a boca.

De acuerdo a números de la empresa Nielsen que difunde el “rating” de Netflix, la segunda temporada de Un lugar para soñar tuvo más reproducciones que The Crown o The Mandalorian, que esta semana lideraron las nominaciones a los premios Emmy. Un lugar para soñar no consiguió ninguna candidatura (los años anteriores tampoco), pero ya tiene un logro más destacado: una cuarta temporada confirmada y un público ávido por conocer cómo sigue esta historia de amor.

La serie sigue a Mel Monroe (Alexandra Breckenridge), una enfermera y partera que se mudó a un pueblo remoto ubicado al norte de California para tomar un nuevo trabajo y comenzar de nuevo después de la muerte de su esposo. Es un argumento familiar que que ha sido abordado en muchas series, lo que parece no importarle a sus seguidores: una joven que se siente como un pez fuera del agua al llegar a una comunidad muy unida donde los lugareños a menudo son excéntricos pero cálidos, la serie muestra además la tranquila vida en un sencillo pueblo rural. Con un ritmo lánguido y varios dramas de bajo riesgo que se van desarrollando, se trata de una historia es amena y reconfortante. Seguramente allí radique su éxito.

Claro que, pese al tono sencillo y sin estridencias, el grupo de adorables residentes de Virgin River (título original de la serie) a menudo tiene problemas serios que afrontar. Algunos lidian con el estrés postraumático, otros con la muerte, abusos, enfermedades, envejecimiento o conflictos familiares. Y al igual que los locatarios, Mel también está luchando con sus propias tragedias, mientras que Jack Sheridan (Martin Henderson), el musculoso y carilindo exmarine, dueño del único bar del lugar e interés amoroso de la protagonista, lucha con un trauma que recién se aborda en esta tercera temporada.

Imagen de la serie "Un lugar para soñar". Foto: Difusión
Imagen de la serie "Un lugar para soñar". Foto: Difusión

Además, el viejo médico del lugar (interpretado por Tim Matheson) se niega a aceptar que su edad, y los achaques que vienen aparejados, dificulta su trabajo, y encima en la tercera temporada tiene que lidiar con la desaparición de su pareja, Hope (Annette O’Toole), quien quedó varada por una tormenta.

Claro que como en toda historia romántica, el “felices por siempre” está garantizado, aunque la autora de las novelas le ha puesto varios obstáculos en el camino a sus personajes. Por ejemplo, el final de la segunda temporada terminó con con el protagonista, Jack, debatiéndose entre la vida y la muerte tras un disparo en el pecho.

Imagen de la serie "Un lugar para soñar". Foto: Difusión
Imagen de la serie "Un lugar para soñar". Foto: Difusión

Aunque aquí no hay villanos contra los que luchar, asesinos en serie de los que salvarse o grandes cuestiones existenciales que superar. Hasta los personajes más problemáticos (incluido un adicto a opioides y un traficante) tienen su ruta hacia la redención en este lugar. Y en esa simplicidad también está el encanto de esta serie, donde hasta los momentos más agudos del drama no amenazan la comodidad que Virgin River, tanto la ciudad como la serie, tienen para ofrecer.

A diferencia de las novelas, más episódicas y protagonizadas por una pareja distinta en cada libro, la serie se centra en los personajes de Mel y Jack, quienes buscan su “lugar para soñar” y armar una familia, pese a los desafíos que se les presentan. Esta tercera temporada finaliza con un par de incertidumbres entre las que se encuentran una propuesta de matrimonio y un embarazo inesperado, que seguramente sean el eje central de la próxima temporada.

Seguramente Un lugar para soñar no sea del agrado de todo el mundo. Es un drama ameno muy distinto al que presenta, por ejemplo Bridgerton o Sexo/Vida que también supieron liderar el ranking de lo más visto en Netflix. Sin embargo, estas tres series son un recordatorio que el entretenimiento creado por y para mujeres sigue siendo una mina de oro para las plataformas.

Y si bien Un lugar para soñar no es una serie perfecta, aunque tiene una buena banda sonora (Lizzo y Hozier entre otros) y escenarios magníficos con lagos y Sequoias gigantes, su atractivo radica en la presentación sincera y no frívola que hace de la vida en un pueblo pequeño y el sentido de comunidad entre las personas que allí viven. De esta forma, Un lugar para soñar es una serie que permite deshacerse de las preocupaciones y desenchufarse de los temas cotidianos, al menos por un rato.

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