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En "Living with Yourself", el nuevo dilema de Paul Rudd es cambiar o no cambiar

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Living With Yourself, la comedia que protagoniza Paul Rudd por partida doble ya está en Netflix. Foto: Difusión
LIVING WITH YOURSELF
Eric Liebowitz/Netflix/Eric Liebowitz/Netflix

ESTRENO

La historia de un hombre con un clon que es mejor que él es la nueva comedia negra que protagoniza Paul Rudd y ya está disponible en Netflix

Miles Elliot es un creativo de publicidad derrotado, casado con una mujer a la que no valora, y con demasiado miedo para ir hasta una clínica de fertilidad para saber si está en condiciones de ser padre. Así, su prometedora vida de los suburbios se está cayendo a pedazos, y en vez de esforzarse por salir adelante de la manera tradicional, decide tomar el camino fácil e ir a un spa asiático donde aparentemente intervienen tu ADN para convertirte en la mejor versión posible de ti mismo.

Obviamente, el plan sale muy mal, y el protagonista termina entreverado con un clon que, como suele suceder con los clones, es igualito a él. O mejor dicho, totalmente distinto a él: el Miles 2 es mucho más optimista, prolijo, productivo y sobretodo, le gusta mucho más la vida de Miles que al propio Miles 1.

Esta es un poco la premisa de Living With Yourself, una comedia negra que es una de las mejoras sorpresas en series de Netflix de este año. La interpreta Paul Rudd, o sea Ant-Man, quien aquí vuelve a mostrar su capacidad para la comedia en un personaje en el que siempre ha estado cómodo.

El tema de la clonación ha dado mucho material al cine, desde comedias como Duplicity hasta clásicos como Jurassic Park. Esta serie lo toma desde un enfoque bastante original.

Living With Yourself, la comedia que protagoniza Paul Rudd por partida doble ya está en Netflix. Foto: Difusión
Living With Yourself, la comedia que protagoniza Paul Rudd por partida doble ya está en Netflix. Foto: Difusión

El clon de Miles pasa a vivir en el ático y se encomienda en ayudarlo a enderezar su vida. Se peina, se viste con colores vivos, es mucho mejor marido, aporta ideas en el trabajo, y hasta escribe mejor la obra de teatro que el protagonista viene postergando desde hace años. Pero hay una sola vida para dos personas, y entonces las cosa se empieza a complicar.

Más allá del entusiasmo que provoca el trance del binge watching, ¿por qué es tan buena esta serie?

Primero porque sorprende. Cuando parece ser un cliché sobre las dificultades del protagonista para ocultar su clon y sacarle provecho, el argumento arranca para otro lado, planteando en el camino varios dilemas existenciales. Es difícil calificar el género: es tanto una comedia de enredos como un drama, y por momentos incluso adquiere un tono sombrío con guiños a la futurista Black Mirror.

Paul Rudd
Paul Rudd en la premiere de "Living With Yourself". Foto: Difusión

En segundo lugar Paul Rudd, en el papel del conflictuado Miles y su clon perfecto. El hombre que es chiste recurrente en Hollywood porque parece no envejecer está notable en esta serie, explotando al máximo sus dos caras (en este caso literalmente) de hombre tan encantador cómo ácido.

La esposa de Miles, Kate (Aisling Bea) es también un personaje complejo que crece muchísimo, y hay un par de secundarios como los falsos coreanos dueños del spa o una exagerada agente de la FDA que le agregan color a la serie.

Otro mérito es un uso muy habilidoso de los puntos de vista. La narrativa va para atrás y para adelante, repitiendo los mismos eventos desde la percepción de los personajes para completar las partes del puzzle. Una apuesta arriesgada pero que sale muy bien y le da una identidad a este serie.

Paul Rudd y Aisling Bea en la serie Living With Yourself. Foto: Difusión
Paul Rudd y Aisling Bea en la serie Living With Yourself. Foto: Difusión

En este sentido se aconseja verla de corrido para no perderse. Esto no es muy difícil, ya que son solo capítulos de menos de media, y cada uno termina con un cliffhanger que duele parar y seguirla viendo al rato.

Si bien el argumento es absurdo, desde el humor plantea problemas muy humanos. Uno no puede dejar de sentir empatía con Miles, que todos los días tiene que convivir con eso de que una mejor versión de sí mismo es posible, solo que él no tiene lo que se necesita para alcanzarla.

Por su corta duración, podría perfectamente haber sido una película. Por suerte no lo fue, ya que tiene un muy buen final de temporada con un gran bailecito y material a explotar, y que deja con ganas de saber qué va a pasar con los Miles.

Las muy buenas críticas con las que han sido recibidos que están acompañadas por rumores de una segunda temporada. Así que, seguro, habrá Miles I y Miles II por un rato más.

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