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El invierno trae despedidas: hoy vuelve "Game of Thrones" y estas serán las cuestiones centrales del final

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Game of Thrones 8. Foto: HBO

Esta noche

Hoy a las 22.00 se estrena la última temporada de la serie de HBO

Pasaron 595 días, infinidad de teorías y de noticias, algunas sorpresas y muchas maratones o revisiones, desde la última vez que Game of Thrones estuvo al aire. Y hoy, 595 días después de aquel final de la séptima temporada, emitido el 27 de agosto de 2017, la serie de HBO volverá a la pantalla para comenzar su retirada. Esta noche, y las noches de los cinco próximos domingos, tendrán la atención de millones alrededor del mundo, todos pendientes de cómo se resolverá esta aventura fantástica que empezó a escribir George R. R. Martin, y que ya en televisión tomó rumbo propio.

El estreno del primer episodio de la última temporada se emitirá hoy a las 22.00 por HBO, disponible en el servicio básico de televisión para abonados. A modo de actividad especial, hay servicios de cable que organizaron premieres en cines para los fanáticos; y hay varios bares montevideanos que proyectarán el capítulo (en algunos, las localidades ya están agotadas). El País, en tanto, estará en el lanzamiento de temporada que Cablevisión hará en Buenos Aires. Y Cablevisión Flow tendrá los episodios on demand disponibles el lunes inmediato a su emisión: básicamente, hay mil maneras de estar al día con Game of Thrones, y a eso se le agrega toda la repercusión que, domingo a domingo, se hace sentir en redes sociales.

Pasaron 595 días y aquí estamos, de frente al final. Por eso, antes de que llegue la noche, va este repaso sobre las cuestiones centrales de cara a estos seis capítulos por venir, y lo que debe resolverse en torno a ellas. Lo que sigue son spoilers: están avisados.

1

El amor

En la séptima temporada, se conformó una pareja que desde el arranque de la serie y de la saga, cualquiera podía imaginar: la de Daenerys Targaryen y Jon Snow, dos de las figuras más importantes de la ficción. Jon y Daenerys se conocieron recién en el episodio 63 de la serie (“The Queen’s Justice”), después de que ella lo convocar a Dragonstone, por sugerencia de Melisandre, la bruja roja que en la sexta temporada trajo a Jon de vuelta de la muerte. Después de algunas diferencias -ella pretende ser Reina de los Siete Reinos, él es el Rey del Norte, y eso los pone en bandos enfrentados-, los dos se alían para combatir al enemigo en común, el Rey de la Noche y su ejército de muertos vivos. Tras una batalla feroz, consumaron su relación, casi al mismo tiempo que el espectador confirmaba la teoría más fuerte de todo Game of Thrones: que Jon Snow, a quien creíamos bastardo, es hijo de Rhaegar Targaryen y de Lyanna Stark, quienes además se casaron en secreto. Esto lo convierte en el legítimo heredero del Trono de Hierro, y en sobrino de su enamorada, Daenerys.

Este embrollo (que no parece tal, puesto que el incesto ha sido una herramienta que los Targaryen han usado para mantener su sangre pura) será uno de los más importantes a resolver. A Jon y a Daenerys (y a todo el resto) les queda por descubrir esta verdad, de la que sólo son conocedores el hermano de Jon, Bran, quien ahora es el Cuervo de Tres Ojos y puede ver a través del tiempo y el espacio, y su amigo Samwell Tarly. En sus manos está revelar esta verdad.

La otra relación de pareja, también incestuosa, que genera expectativa en esta última temporada, es la de los hermanos Cersei y Jaime Lannister. Cersei es la actual reina de los Siete Reinos, y se ha asegurado ese lugar a base de todo tipo de crímenes e ilícitos. Jaime ha estado a su lado (más bien, a su sombra) todo el tiempo, complaciéndola y acompañándola aun cuando no estaba de acuerdo con ella; en el camino, le cortaron la mano y se le murieron los tres hijos que tuvo con su hermana/amante. Ha estado a su lado hasta ahora, pues en el final de temporada, abandonó King’s Landing porque se comprometió a pelear por los vivos, y a aliar con los demás. Cersei quedó sola y, según dice, embarazada, aunque queda por verse si eso fue pura estrategia, o si, en caso de que sea cierto, ese embarazo avanzará.

Lena Headey como Cersei Lannister. Foto: HBO
Lena Headey como Cersei Lannister. Foto: HBO

De cualquier modo, el momento más esperado de los fans no tiene que ver con romances, sino con la familia, porque si algo aprendimos con Game of Thrones es que el lobo solo muere, pero la manada sobrevive. Hay que ver al final cuántos de los Stark quedarán con vida, pero antes de eventuales fatalidades, Jon, Sansa, Arya y Bran se encontrarán por primera vez desde el segundo episodio de la serie. Básicamente, en tiempo real, los hermanos (ahora sabemos que Jon no es hermano, sino primo) no están todos juntos desde abril de 2011: se espera un momento muy emotivo.

2

El poder

Game of Thrones se ha resumido en una carrera por el poder, representado en ese Trono de Hierro hecho de espadas. “Cuando jugás el juego de tronos, o ganás o morís”, le dijo alguna vez Cersei a Ned Stark -ya sabemos cómo le fue: terminó decapitado en la primera temporada-, lo que de alguna manera resume el espíritu competitivo de esta ficción. Y si bien ahora el foco, para la mayoría, ha cambiado, la disputa por el máximo mando sigue siendo asunto vital.

La más comprometida con la causa es Cersei, que ha quedado con pocos aliados en King’s Landing, pero cuenta con Euron Greyjoy, otro ambicioso y relativamente nuevo participante de este juego. Y su máxima competidora hasta ahora era Daenerys Targaryen, la muchacha con más títulos de toda la serie: Daenerys Stormborn de la Casa Targaryen, Primera de su Nombre, La que no Arde, Reina de los Ándalos y los Primeros Hombres, Khaleesi del Gran Mar de Hierba. Rompedora de Cadenas y Madre de Dragones. Todo eso.

La presencia de las dos reinas deja en evidencia la importancia del poder femenino en la serie: las dos son mujeres empoderadas y brillantes, capaces de lograr lo que se propongan. Sin embargo, representan opuestos: mientras Cersei hace todo en función del poder, y con el fin justifica sus más que cuestionables métodos, Daenerys avanza porque cree ser la legítima heredera del trono, y porque quiere cambiar la historia e instaurar un reino justo, y de personas libres.

Game of Thrones. Foto: HBO
Game of Thrones. Foto: HBO

Con Jon Snow, que es quien debería ser rey, las cosas han sido diferentes, porque siempre ha estado en un lugar de protagonista involuntario. Es un hombre bueno y honorable, que aprendió a lidiar con sus emociones, y que ahora está al frente de esta cruzada que pretende terminar con los Caminantes Blancos. No ha tenido mucha suerte cuando ha estado en posiciones de poder (lo mataron, aunque después resucitó) y aunque ha madurado, no está del todo claro que disfrute ser figura. De hecho, no demoró mucho en reconocer a Daenerys como su reina.

Y si bien hay muchos otros que, por distintas circunstancias, podrían hacerse con el trono, el otro gran contendiente es el Rey de la Noche: el jefe del ejército de muertos vivos, que es la última gran cuestión a atender.

3

La muerte

Por cómo ha funcionado Game of Thrones hasta ahora, es de esperar que al final, haya muchos protagonistas eliminados. Todos los nombrados en estas líneas son grandes candidatos a caer, entre otras cosas, porque enfrente están los muertos. Con la llegada del invierno (al que se lo viene esperando desde el principio), el ejército de los no-vivos despertó de su largo sueño, y viene al ataque. Al final de la última temporada y ya con un dragón incorporado a sus filas (Viserion, uno de los tres dragones de Daenerys, que fue asesinado y luego convertido), esta tropa destrozó el Muro que protege a los Siete Reinos, y por ende, tiene el pase libre para invadir y arrasar con todo.

El Rey de la Noche. Foto: HBO
El Rey de la Noche. Foto: HBO

Para entender la dimensión de su poderío, al margen de lo que implica tener un dragón, hay que ver que los Caminantes Blancos, que son como la realeza de los no-vivos, tienen el poder de “revivir” a cualquier muerto (entonces, a más muertos en combate, más potenciales soldados), y que no se los mata así nomás: sólo caen con fuego, acero valyrio y vidriagón, un material que Jon y su bando tienen -por suerte- en cantidades industriales. Y en este duelo entre la vida y la muerte estará, al final, el componente decisivo de Game of Thrones: cualquier final imaginable dependerá del choque de estas fuerzas.

Se espera que el gran momento de la temporada sea una batalla en Winterfell (el hogar de los Stark, hacia donde están yendo Jon, Daenerys, dos dragones y una comitiva que incluye a Tyrion Lannister, una pieza fundamental del engranaje), y que implicó 55 jornadas de rodaje.

Nunca un capítulo de Game of Thrones demandó tanto; nunca hubo, además, episodios tan largos como esta vez, que rondarán en algunos casos la hora y media de duración. Y nunca hubo un desenlace de una serie que generara tanto revuelo alrededor del mundo. Es que a esta serie sólo le aplican adjetivos grandilocuentes, y están todos ahí, esperando para ser dichos en esta despedida.

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