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Antes de la gran batalla, las emociones se apoderaron de "Game of Thrones"

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Imágenes del segundo episodio de la última temporada de Game of Thrones. Foto: HBO

HBO

El segundo episodio de la serie le regaló algunas escenas memorables a los fanáticos

Atención: esta nota contiene spoilers.

Saber que la muerte está cerca nos pone sensibles, así que cuando la muerte está ahí, a horas de llegar, representada por un ejército enorme y letal, imagínense cómo se intensifican todas las emociones. Eso fue lo que atravesó el segundo capítulo de la octava temporada de Game of Thrones,emitido anoche en HBO (y filtrado alguna horas antes).

Todo el episodio se situó en Winterfell, y todo transcurrió prácticamente en un mismo período de tiempo. Primero, Jaime Lannister se aseguró permanecer con vida (al menos por ahora) tras lidiar con tres líderes que no están del todo de acuerdo entre sí: Daenerys Targaryen, quien seguramente hubiera preferido que sus dragones lo incineraran; Sansa Stark, quien cedió ante el discurso de Lady Brienne y demostró que está más poderosa que nunca; y Jon Snow, que se limitó a la lógica y entendió que de cara a la pelea que se viene, todos los hombres son valiosos.

En el medio, cuando Jaime Lannister trató de explicar los hechos moralmente discutibles que ha protagonizado, Bran Stark le recordó aquella frase que Jaime le dijo a su hermana y amante, Cersei, antes de tirar por una ventana al entonces niño Bran, cuando éste los descubrió teniendo sexo en el primer episodio de la serie. "Las cosas que hacemos por amor" resonó fuerte en el salón. Y sí.

Además, Daenerys intentó amigarse con su "cuñada" Sansa, y cuando todo iba bien, esta última le demostró que ya no doblará la rodilla ante nadie, y que podrán aliarse para muchas cosas, pero hay otros intereses vinculados al poder y a la independencia, que ya no entran en discusión. La charla se interrumpió con la vuelta del alguna vez traidor Theon Greyjoy a Winterfell, un muchacho roto que ahora prometió ser el guardaespaldas de Bran cuando el Rey de la Noche, o sea el villano, lo vaya a buscar.

Theon sumó varias fichas como posible muerto del próximo capítulo.

En esto de las emociones a flor de piel, volvimos a ver a Ghost, el lobo huargo de Jon Snow, en una escena bastante íntima con Samwell Tarly y Edd el Penas, sus compañeros de la Guardia de la Noche, en la que evocaron a los caídos y recordaron aquello de que "y ahora comienza mi guardia". La que se viene en el próximo episodio, será de las más bravas que algún Guardia de la Noche haya enfrentado hasta ahora.

Además, Arya Stark tuvo un intercambio interesante con dos que alguna vez quiso matar, El Perro y Beric Dondarrion. Sin embargo, el "intercambio" más interesante lo tuvo con Gendry, con quien resolvió pasar su última noche -con toda la actitud que caracteriza a las mujeres Stark- antes de la batalla de la que nadie está muy convencido de poder salir con vida.

Con ese poco convencimiento reinante también tuvieron que ver la charla de Sam Tarly con Jorah Mormont, a quien le entregó su espada de acero valyrio para usarla contra los no-vivos; y la romántica conversación de Gusano Gris con Missandei. Y toda esa situación de fogón que dejó posiblemente una de las escenas más memorables de Game of Thrones. En una misma sala estuvieron los hermanos Jaime y Tyrion Lannister, Ser Davos, Brienne of Tharth (ahora convertida en caballero) y Poddrick, y Tormund. Hubo allí un momento verdaderamente emotivo, hubo chistes, hubo diálogos exquisitos, tensión sexual y un triángulo amoroso, y hasta una canción que protagonizó el momento más intenso del episodio.

Imágenes del segundo episodio de la última temporada de Game of Thrones. Foto: HBO
Imágenes del segundo episodio de la última temporada de Game of Thrones. Foto: HBO

Para cerrar esta reseña, va un repaso a dos hechos más significativos. Por un lado, Jon Snow le reveló a Daenerys Targaryen su verdadera identidad, y aunque "lo salvó la campana", Dany dejó en claro que por más que esté en Winterfell para ayudarlo en la que entiende como una lucha de él (la de los vivos contra los muertos), lo que más le importa es llegar al Trono de Hierro. Y no está demasiado contenta sabiendo que él, como un Targaryen varón, tiene derecho a reclamarle ese lugar por el que ella tanto ha batallado.

Y por otro, a través de Bran, finalmente sabemos algo de las intenciones del Rey de la Noche, el jefe del ejército de los no-vivos. Lo que quiere es "una noche sin fin": quiere borrar el mundo, y para eso, necesita borrar su memoria, que en este caso es Bran como el Cuervo de Tres Ojos. ¿Que por qué quiere eso? Bueno, a tanto no llegamos, pero sí volvimos a tener una de esas frases de Game of Thrones dignas de grabárselas a fuego. "Eso es la muerte, ¿no? Olvidar. Ser olvidado", dijo Sam, y en eso estuvo mucho de lo mejor del episodio: para varios personajes tuvo sabor a despedida, y para los espectadores queda casi que la obligación de no olvidarlos.

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