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Nicolás Lauber

Hace cinco años desaparecieron dos niñas de 11 años en las inmediaciones del bosque cercano a Monteperdido en los Pirineos españoles. Esa es la consigna de la serie de Televisión Española, La Caza. Monteperdido que está disponible en el paquete básico del servicio de streaming de NSNow de Nuevo Siglo.

Las pequeñas Ana y Lucía se esfumaron en 2014 después de haber salido de la escuela. Esa fría mañana de invierno había comenzado como cualquier otra, con Ana saltando a la cama de sus padres antes de desayunar, y su amiga Lucía, quien vive en la casa lindante terminando de hacer los deberes del colegio. Al terminar las clases, Ana y Lucía caminaban por las nevadas calles del pueblo, cerca del bosque, y es allí donde desaparecen las dos sin dejar rastro.

Los años han pasado, aunque sus familiares y la comunidad toda se mantienen en vigilia porque no quiere pasar página u olvidar lo sucedido. Las niñas siguen siendo recordadas y lloradas por la comunidad que no le encuentra explicación a lo que les pasó. Aunque están solos en la búsqueda ya que la Guardia Civil no destinará más recursos.

En 2019 se reabre el caso cuando aparece un auto destruido en un barranco y al pueblo llegan dos investigadores con buenas noticias, encontraron a Ana. Ella había estado en el auto accidentado y ahora está en el hospital, aunque poco sirve de ayuda su aparición, ya que no recuerda nada de lo ocurrido. Cómo sobrevivió todos estos años, por qué está sola y cómo terminó en ese auto son algunas de las interrogantes que comienzan a surgir en esta miniserie de ocho capítulos que se estrenó en España el año pasado en España y ahora es lo más visto en NSNow.

Megan Montaner, Alain Hernández y Francis Lorenzo protagonizan esta historia que también cuenta con la participación de Beatriz Carvajal, Jordi Sánchez, Ester Expósito, David Solans y Juan Díaz, entre otros nombres conocidos de la televisión española.

La caza. Monteperdido, basada en el bestseller homónimo de Agustín Martínez (co-creador de la serie junto a Luis Moya), tiene todos los elementos del policial sobre desapariciones. Al igual que en producciones como Bajo sospecha, Boy Missing o Chicas perdidas (todas en Netflix), los espectadores vamos recibiendo pistas que van apuntando a distintos personajes, marcando que cualquiera de los habitantes del pueblo pueden ser el presunto culpable de esta historia. Pero también muestra lo que esa contínua y recordada tragedia genera en los personajes, los familiares de las niñas, sus antiguos conocidos y la población en general del lugar. Todos tienen un presunto culpable, quien será revelado al final de la serie, como toda buena historia policial.

Además, esta miniserie comparte elementos con el policial nórdico. Las imágenes del paisaje montañoso y nevado al borde los Pirineos lindantes con Francia funcionan como un personaje más de esta historia. Esos bosques son los que han escondido a las niñas todo este tiempo, y es donde puede estar Lucía, quien continúa desaparecida, también le sirve como guarida al culpable del secuestro de las chicas.

Otro elemento distintivo del policial nórdico que está presente en esta ficción española es el tener un protagonista quebrado y con un pasado doloroso del cual intenta escapar, y que se va mezclando con el misterio a resolver.

Algo del pasado de esta detective la emparenta con la situación de las niñas, lo cual es presentado de a poco, y es mostrado entre pesadillas, alucinaciones, recuerdos y momentos introspectivos. Para aliviar la tensión (lo que también sirve como repaso de los datos recabados), cada noche se encuentra con otra mujer en el lobby del hotel donde se aloja, con quien habla de sus hallazgos y sus miedos. Es a través de ese vínculo donde se va mostrando la obsesión que la detective tiene a la hora de encontrar la verdad sobre este caso. Y es en esas charlas donde aparecen los falsos culpables, así como los posibles responsables.

Y mientras en cada episodio se adelanta la trama, al mismo tiempo se muestra cómo viven los demás personajes esta tragedia. Para los padres de Ana es reencontrarse entre ellos, quienes estuvieron distanciados, así como con una hija a la que no conocen. Para los padres de Lucía, es una agonía que parece no tener final, y la situación ya comienza a desgastar la relación con sus vecinos, amigos y compañeros en el dolor.

Así, La caza. Monteperdido se anima mostrar ante un espejo a esa comunidad de apariencia perfecta desde ángulos incómodos, mientras los vecinos comienzan a tener cara de sospechosos.