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La sargento más dura de Inglaterra

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Sarah Lancashire protagoniza una elogiada historia. Foto: BBC/Red Productions
Programme Name: Happy Valley - TX: n/a - Episode: n/a (No. 1) - Picture Shows: Catherine (SARAH LANCASHIRE) - (C) Red Productions - Photographer: Ben Blackall
Ben Blackall/BBC/Red Productions

En Netflix está entera Happy Valley, la serie de la BBC.

Es verla para entender por qué Happy Valley, la serie policial de la BBC, haya sido elegida por varios medios británicos como la mejor serie del año pasado. Y es verla para no entender cómo, a pesar de que las dos temporadas están disponibles en el servicio de Netflix, nadie parece estar comentándola con la pasión que generan otras series.

Creada, escrita y dirigida por Sally Wainwirght, Happy Valley ("Valle feliz" un título irónico) gira alrededor de Catherine Cawood (Sarah Lancashire), una sargento de la Policía de West Yorkshire. La droga hace estragos en los jóvenes del vecindario y ella tiene sus propios problemas: vive con su hermana y un nieto que es fruto de una violación a su hija que se suicidó; la situación acabó con su matrimonio y el violador (James Norton) de su hija y ahora ha vuelto al pueblo. Y encima debe lidiar con un caso de secuestro.

La primera temporada se estrenó en abril de 2014 y la segunda terminó en marzo de este año. Fue un éxito en Gran Bretaña, ganó dos premios Bafta (los que entrega la Academia Británica de Televisión) y los 12 capítulos están disponibles en Netflix. Aún no hay confirmada una tercera temporada.

"Mucha de la televisión británica que se hace ahora está tratando de ser cool y lo que mucha gente ve como cool es lo estadounidense", le dijo Wainwright a The Guardian. "Y en vez de ser britanicos y verse como televisión británica y hacer que los lugares británicos se vean cool, todos están tratando de ser estadounidenses".

Quizás haya una cercanía con algunos ambientes de The Wire: ambas retratan la ruptura social que provocan la combinación de negligencia oficial y el avance de las drogas en una comunidad. Pero Happy Valley es irremediablemente británica. Y mucho más doméstica en sus avatares.

Por un lado porque el drama policial va parejo con el drama personal de esa policía al borde de un ataque de nervios. La serie gana mucho con la actuación de Lancashire quien construye uno de los más fascinantes personajes femeninos recientes de la televisión. Tiene que serlo porque el villano que se enfrenta es de los más impiadosos y Norton lo compone bien lejos del buenote de Andrei Bolkonskyde la reciente versión británica de Guerra y paz y aún más del padre Chambers de Grantchester.

El principal detalle que diferencia a Happy Valley de tanta otra serie es la capacidad para compatibilizar con el mismo interés lo humano y lo policial.

"Probablemente lo más importante que aprendí escribiendo para televisión es cuánto más rica se vuelve la narrativa si hay un montón de historias de fondo", dijo Wainwright. "Si tenés un personaje con historia —alguien que salió recién de prisión, alguien a quien se le murió una hija— hace que el presente sea más tenso e interesante".

Wainwright apela al realismo y eso lleva a que algunos momentos de, por lo menos, la primera temporada sean particularmente violentos. Igual se sobrelleva y no debería ser un impedimento para verla: es muy buena televisión.

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Sarah Lancashire protagoniza una elogiada historia. Foto: BBC/Red Productions

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