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Vilar: "En Telenoche me estaban estresando"

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"Sé que mucha gente me quiere y mucha gente me odia". Foto: D. Borrelli.
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El periodista contó en una entrevista con FM Gente las razones de su paso al costado en la labor que realizó durante más de dos décadas, dijo que le gustaría seguir trabajando pero no tiene ofertas, y analizó la falta de sinceridad del público uruguayo.

“Últimamente a mí me estaban estresando muchas cosas; ayer de noche vi un zócalo en la pantalla de Telenoche que decía forenses con c; ya no tengo nada que ver, pero si yo hubiera estado ahí no hubiera estado nada bien porque me estreso, grito, me peleo, quiero matar a alguien”, admitió.

También razonó que “cuando en un equipo integrado por 10 personas tiran todos parejo el equipo brilla; cuando en un equipo de 10 hay dos o tres que tiran de una forma, hay dos o tres que hacen la plancha, y hay tres o cuatro que tiran para atrás, el equipo no funciona bien”.

“Si somos profesionales de la comunicación no puedo escribir con faltas de ortografía, y a mí eso me pasaba día por medio”, explicó. Agregó que “justo coincidió que hay nueva dirección en Telenoche, nuevos planteos, un nuevo formato, yo con algunas cosas estaba de acuerdo con otras no y me pareció que lo más sano era dar un paso al costado”.

Qué interesa

Vilar abordó otro tema: “Uno de los grandes debates que tenía a diario en Telenoche era qué le interesa a la gente ver en el noticiero, porque la gente se va informando todo el día por el celular, o por las radios, o por Facebook, o por Twitter, o por donde venga”.

“Si uno está al tanto de lo que pasa, para qué ve un noticiero de televisión: para ver algo que sabes que existió y no lo viste”, se respondió.

Confirmó que la televisión es imagen, “pero además tiene que entretener, tiene que ser dinámica, tiene que aportar, tiene mil cosas más”.

“Yo creo que está en un tiempo de inflexión la televisión no sé cómo va a salir de este tiempo, si va a salir fortalecida o disminuida, pero es un tiempo de replanteos, me parece”, deslizó.

Hizo dos definiciones profundas sobre los informativos de televisión, “que la televisión en Montevideo trabaja para Montevideo, excepcionalmente cubre cosas del interior, y (que) en Montevideo, la mejor época de Telenoche fue cuando duraba media hora, de 20 a 25 minutos, hablo del blanco y negro”, en la época de Carlos Giacosa.

“A mí me parece que no hay información para tanto tiempo (de los informativos), lo que pasa es que, claro, los canales de televisión son empresas comerciales no son empresas periodísticas, y es donde se vende más, y donde se factura más es en los noticieros”, ubicó.

Indicó que si “dura una se tiene dos productos para vender, o se lo vende dos veces, y dura una hora y media se tiene tres para vender, y si dura dos horas se tiene cuatro para vender” publicidad.

Los formatos

Vilar anunció en otro tema: “Somos todos iguales, todos hacemos lo mismo, todos cubrimos la conferencia del ministro, el llamado a no sé dónde, la interpelación a no sé quién”.

“Las interpelaciones excepto que haya alguna cosa extraña hoy ya se sabe que todas las terminan igual, cómo, sin consecuencias políticas; ya, hoy ya lo sabes”, definió.

Agregó que “en cambio, hay medios que están todo el día, cinco minutos, 10 minutos, 15 minutos, 25 minutos informando los detalles de la discusión, y eso me parece que es para la gente devota de la política”.

Profundizó más en el tema, se manifestó devoto de la radio porque es más auténtica en el ida y vuelta entre quien la hace y el oyente, y se detuvo a analizar el comportamiento de los televidentes.

La libertad

Vilar juzgó que “el gobierno más complicado para trabajar fue el primer gobierno después de instaurada la democracia, de 1985 a 1990”.

“No teníamos práctica de libertad total, veníamos de una opresión total, veníamos de un sistema que no permitía decir nada que no fuera avalado oficialmente por algún militar”, recordó.

Apuntó que “no había práctica en el periodismo, en las profesiones liberales, y no había práctica en el gobierno, era un gobierno nuevo que tenía mucho miedo que cualquier cosa que hiciera ruido en la línea trajera de nuevo el ruido de las botas que nadie quería”.

“Ese gobierno fue muy complicado en el manejo de la libertad de prensa, no hubo demasiada libertad de prensa”, juzgó.

Afirmó que “un poco mejor, pero nada bueno, fue el gobierno del ’90 al ’95, fue un poco mejor que el primero pero no fue nada bueno; igual se padeció el por qué dijeron esto, por qué no dijeron aquello, por qué no llamaron a fulano…”

“Yo recuerdo que durante muchos años teníamos una máxima en Telenoche que hablaba un gremio y automáticamente, inmediatamente después tenía que hablar algún director del ente del gremio que acababa de hablar”, reveló.

Dijo que “siempre, era una práctica escrita a fuego; habla el delegado sindical de la OSE, algún director de la OSE tiene que responder para ver si es verdad o no lo del otro, entonces siempre tenían la última palabra; yo no sé si eso está bueno, creo que no, creo que la gente es la que juzga si estás haciendo el buen trabajo o no”.

“Menos complicado que el del ’90 al ’95, pero tampoco bueno del todo, fue el segundo gobierno de (Julio María) Sanguinetti, del ’95 al 2000; tampoco fue bueno, bueno, a un 100%, pero se nota que la gráfica va creciendo, es decir, a medida que vamos avanzando íbamos ganando los medios libertad en la posibilidad de decir cosas”.

“El mejor gobierno para ese lapso fue el de (Jorge) Batlle; al de Batlle lo mejoró (Tabaré) Vázquez, prácticamente jamás hubo un cuestionamiento aunque Vázquez al aire decía hay algunos medios que son opositores, es opositor tal, es opositor… eso no es bueno tampoco aunque lo piense”, desarrolló.

Consideró que “fue mucho mejor que los anteriores; mejor que ese fue el de (José) Mujica, nunca se metió en nada, pero para nada, para nada; decías lo que querías, cómo querías, y por ahí en algún seminario alguien representando al gobierno decía: no, porque los medios estás ensañados con la sangre, con las noticias policiales…”

Vilar habló de la hipocresía uruguaya como sociedad para pararse frente a los medios de comunicación, para juzgar lo que se hace dentro y fuera del país, para declarar interés por cosas profundas en el interior, pero en realidad hacer estallar las mediciones de audiencia de Susana Giménez y Marcelo Tinelli.

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"Sé que mucha gente me quiere y mucha gente me odia". Foto: D. Borrelli.

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