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Ulises Bueno, el hermano y sucesor de del "Potro" Rodrigo

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El cantante de cuarteto se presentará en el Luna Park de Buenos Aires.

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"No me pidan que me afeite, que me cuide la cintura, yo no vine acá a seducir". Con esta letra arrancará Ulises Bueno su primer Luna Park, mañana. El cuartetero es furor en los últimos meses; es el hermano de Rodrigo; el hombre que a los 31 años logró reponerse a muertes, depresiones y a la sombra permanente de El Potro.

Faltan minutos para la 1 de la mañana y Ulises llega al Estadio del Centro, donde hace su penúltima presentación antes del Luna Park. Es sábado y La Renga suena en el estadio Mario Kempes. "Me hubiera gustado ir, pero después sería imposible salir", dice a LA NACION quien se confiesa "rockero, amante del rock nacional". Por eso fusiona rock con cuarteto. Se atrevió a grabar "Ji ji ji", el himno ricotero. Fue "difícil" elegir el tema: "Hubo que buscar uno que se relacionara con el género, que el público entendiera la letra, que lo disfrutara", comenta. Quiere "respetar" a los otros músicos y que sus seguidores "se interesen, que busquen sus historias. Lo conseguimos, porque después me sugieren, me dicen qué me iría bien".

Ulises tenía 8 años cuando murió su papá, quien era productor musical. "Rodrigo se quiso hacer cargo de mi crianza; estaba encima mío, miraba qué hacía, me protegía", recuerda. A los 14 lo perdió. "Pasó lo que pasó", señala y evita mencionar el accidente en el que su hermano se mató.

Tenían planes juntos, El Potro quería armar una orquesta de cuartetos para adolescentes, integrada por Ulises y hermanos de sus músicos. "Estaba en el tope de su popularidad y se fue postergando. Después ya no se hizo", cuenta. 

Cenó cerca de las 20, durmió hasta la medianoche y llega preparado para subir al escenario. Ya con la cabeza puesta en el Luna, Ulises admite que la emoción empezará desde las pruebas de sonido. "Me traerá recuerdos, habrá que superarlos. Acompañé a Rodrigo en los 13 que hizo", apunta. Estarán su madre, Bety Olave, amigos y gente que lo sigue desde Córdoba, Tucumán, Catamarca, Salta y Chile.

Su último trabajo, No me pidan que baje el volumen -como el anterior, Soy- es una suerte de reafirmación de su decisión de buscar un perfil propio. Ulises debutó en televisión en 2003, interpretó algunos éxitos de Rodrigo y su madre lo "bancó" un tiempo en la producción.

"La gente es caprichosa -enfatiza sin demagogia-. Cuando empecé me planteaban «tenés la voz, el apellido, defendé la música de tu hermano». Después me acusaban de colgarme de él; incorporé temas de la 'Mona' Jiménez y me echaban en cara que me había olvidado de Rodrigo. Opté por no hacer más de otros, por buscar lo mío". 

Vivir en ese tironeo lo golpeó. "Me sentí un poco vacío, estaba desilusionado de la vida, no sabía si era eso lo que quería -indica mientras afuera lo esperan unas 8000 personas para bailar y cantar sus temas-. Estaba tirado en una cama, un poco depresivo. La gente me lo nombraba a Rodrigo, me insistía en que lo tenía presente, en que lo lloraban y eso me lastimaba; yo también lo lloraba porque además de una persona pública era mi hermano".

Aunque le cuesta definir con precisión qué pasó, un día resolvió: "Voy a seguir con mi propio nombre, con mi propia carrera. Me cayó la ficha y arranqué; hicimos bailes para 12 personas, pero ya no iba a frenar".

Ulises luce decenas de tatuajes; al primero se lo hizo a los días de la muerte de su padre, un león rugiendo. Tímido y algo parco, fue armando su look con galera, lentes -"así cantaba con los ojos cerrados y nadie se daba cuenta"- y, en la mano izquierda, un guante blanco que le regaló el golfista Eduardo "Gato" Romero.

Empezó a componer para expresar lo que sentía; "lo que me pasaba a mí, para sacar el entripado que llevaba adentro y así empecé a soltarme". Hoy se siente cómodo con su personalidad; sabe que rompe con el cuartetero tradicional.

"En el repertorio tenemos el característico, con acordeón, piano y bajo; pero salimos un poco de la línea; vamos fusionando", sintetiza. Está entusiasmado con su actuación en el Luna Park; la califica como un "acontecimiento; ser de Córdoba, del interior, hace que cueste llegar".

Cuando le hablan de "fenómeno", sonríe. No se cree el sucesor de "la Mona"; entiende que Jiménez no lo tiene, que es un "ícono inigualable; para el cuarteto es como los Rolling Stones". Está preparado para los nervios del jueves. "Para ninguno será fácil, pero haremos que desde arriba estén orgullosos", agrega.

VIDEOLa Nación/GDA

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