COLUMNA FARANDULERA
Nuestra analista de la farándula escribe sobre Susana Giménez y su cachorro, cuyo amor duró poco en estos tiempos de aislamiento social
Yo la banco a Susana. Me parece la mejor conductora de la televisión, una mujer a la que se le perdona todo.
Bueno... veremos, me dijo mi amiga Irene que siempre estuvo celosa de Susana. Al parecer eligieron a la rubia para hacer la publicidad de un shampoo del que nadie se acuerda ya porque pasaron muchísimos años.
Mirá, me dijo Irene, ¿te acordás que andabas festejando que Susana había adoptado un perrito para pasar la cuarentena?
Sí, hice una columna sobre Susana aparecido sin maquillaje y usando tapabocas para recibir el precioso cachorrito.
Bueno, el perro ya no está más con Susana, lo devolvió, me dijo Irene.
¿Le habrá venido fallado? le pregunté, y mi amiga me dijo de todo.
Los perros no vienen fallados, pero sí con uñas y dientes filosos; y me parece que Susana está acostumbrada a los animalitos que están como ella, en edad de hacer la cuarentena obligatoria, me dijo Irene que claramente, no le perdona nada a Su.
Si el perro es una fiera, creo que hubiese hecho lo mismo. Una ya no está en edad para andar educando a nadie, menos a un bichito en cuatro patas que tiene predilección por andar mordiendo los brazos de la mejor conductora de la televisión, le respondí.
Pensá lo que quieras, dijo Irene, pero ahora el “shock” lo tuvieron los del criadero que no habrán entendido cómo a Su se le terminó el amor.
Igual quedé pensando, cómo estará de indignada la Nicole Neumann con este asunto.