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Sufrió bullying hace 35 años y la semana pasada se disculparon con él

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Alejandro Figueredo

Alejandro Figueredo se despachó con una anécdota sin desperdicio en Segunda Pelota, que dejó un lindo mensaje para quienes padecen el mal trato de compañeros en la edad escolar

La semana pasada Alejandro Figueredo se sorprendió con un  encuentro que lo llevó a contarlo en su cuenta de Facebook y que, el martes, le sirvió para ganar con luz una nueva etapa del Mundial de anécdotas. segmento de Segunda Pelota (Océano FM).

Todo ocurrió gracias a que su auto estaba en el taller y no tuvo otra alternativa que pedir un taxi. Las vueltas del destino hicieron que el taxista fuera un compañero de clases del periodista durante primaria y secundaria.

A continuación, la anécdota escrita por el periodista que deja un lindo mensaje para aquellas personas que padecen o sufrieron el bullying.

El bullying 35 años después

Lo que les voy a contar me tiene conmovido. Esta mañana, fui a mi trabajo en taxi. Recurrí a una de esas aplicaciones que te anuncia el móvil que irá por tí con lujos de detalles. Fue así que me llamó la atención el nombre del chofer, me sonaba conocido. Cuando me subí al taxi constaté mi sospecha: quien me llevaría a destino era un viejo compañero de clases con quien compartí primaria y algunos años de secundaria. Como podrán suponer el viaje se me hizo cortísimo, no paramos ni un segundo en un diálogo que tenía como único objetivo ponernos al tanto uno de otro de nuestras vidas. Fue una charla llena de luz que nos llevó a ambos a tiempos pasados, con mucha nostalgia pero también con mucha alegría.

Pero mi mayor sorpresa llegó a la hora de la despedida. Mientras me daba el cambio me dijo: "Tengo que pedirte perdón por el bullying que te hacía".

Siempre fui el más bajito de la clase y eso me trajo algunos problemas. Muchos se burlaban de mí, como ocurre con miles de chicos. Y hasta en algunos casos, las bromas pesadas pasaban de la palabra a los hechos.

Pero eso nunca condicionó mi futuro. De hecho no considero que haya dejado huellas.

Pero evidentemente el bullying tal como lo conocemos hoy tiene víctimas y victimarios.

Sorprendentemente para mi taxista de turno (tres años y varios centímetros mayor que yo) aquellas travesuras sí configuraban bullying.
Y terminó exorcizando sus culpas confesando y pidiendo perdón 35 años más tarde.

Por eso decidí compartir estas lineas. Aquellos que practican bullying, deben saberlo: esa mochila se lleva casi toda la vida.

Fuente: Facebook de Alejandro Figueredo.

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