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"Soy Rada": "Los argentinos queremos ser más uruguayos de lo que somos"

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Agustín "Soy Rada" Aristarán. Foto: Difusión

ENTREVISTA

El comediante argentino habló con El País antes del estreno de "Serendipia", su segundo especial de comedia para Netflix que estrena el jueves

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El jueves Agustín “Soy Rada” Aristarán, antes conocido como Radagast estrena Serendipia, su segundo especial de comedia en Netflix. El exmago, comediante y músico nacido en Bahía Blanca charló con El País sobre el cambio de nombre, su decisión de dejar de hacer magia, y su relación con Uruguay.

Comienza el Zoom y en el fondo se ven guitarras colgadas en la pared, mientras “Rada” toma mate. “Estoy tomando mate. Lo más uruguayo que tengo es eso”, dice este comediante argentino.

En 2018 recibió un mail “del Señor Netflix” invitándolo a hacer un especial de comedia. “Es muy loco todo, se equivocaron de vuelta. Igual yo no digo nada por las dudas”, dice entre risas.

Agustín "Soy Rada" Aristarán. Foto: Difusión
Agustín "Soy Rada" Aristarán. Foto: Difusión

El anterior especial, titulado Soy Rada, se centró en la relación con su hermano, a quien todo le salía bien en la vida; en este segundo especial se centra en tu padre e hija.

“Hablo mucho de mi viejo”, dice. “Hace unos días estuve en Bahía de visita y mi vieja me decía: ‘tengo miedo porque en el tercero me vas a dar a mí’. Le dije que se quede tranquila, pero ya estaba aprontando el lápiz”, agrega.

En este nuevo especial “le doy lindo a mi viejo, hablo de mi hija, también del mundo de la magia y critico mucho a los magos, con conocimiento de causa. Muestro un poco las tripas en Serendipia”, adelanta.

Además el show reúne todo lo que te gusta hacer: magia, comedia y canciones. “Me encanta eso de la licuadora de cosas para hacer el jugo de Serendipia”.

—¿Cuándo comenzaste a pensar en hacer este segundo especial de comedia?

—Nació en una gira que estaba haciendo en México. Había estrenado el primer especial con la intención de hacer un nuevo espectáculo. Estaba hablando con un amigo, Franco Escamilla y de la nada le dije: “me tengo que ir, se me acaba de ocurrir mi nuevo espectáculo”. Me fui a la habitación y escribí la estructura casi de un tirón. Llamé a Pablo Fabregas, el director de Serendipia y le dije: “este es el show”. Lo armamos y creo que vomitamos el show. Después hubo mucho trabajo para armarlo. Estuvo mucho tiempo en cartel en el Teatro Metropolitan, después hicimos un Gran Rex, una gira muy extensa por el país y Chile, y cuando volvimos a hablar con Netflix de un segundo especial, pasó todo esto de la pandemia.

Agustín "Soy Rada" Aristarán. Foto: Difusión
Agustín "Soy Rada" Aristarán. Foto: Difusión

—El espectáculo comienza con un teatro vacío. ¿Por qué decidiste hacerlo así?

—Siento que de esto, como planeta no nos vamos a olvidar nunca. Es como las torres gemelas, el Muro de Berlín pero con la diferencia que esto lleva más de un año y medio de garrón. Entonces siento que cuando veas el espectáculo dentro de mucho tiempo te vas a preguntar ¿por qué está vacío el teatro?, ¿te acordás en 2020 la desgracia que nos pasó?, bueno, por eso. Aparte no se podía hacer de otra manera. Plantee la idea, Netflix dijo: “nunca lo hicimos, será la primera vez que hagamos un espectáculo sin público”. Así salimos, y Netflix me dio la libertad de hacerlo.

—¿Cómo es hacer un show sin público?

—Re loco, pero una linda experiencia. Entrenamos mucho con el equipo para que cuando digan: “acción” podamos grabar el show de corrido, se grabó dos veces, pero el show como se ve se grabó de una. Lo hicimos tanto, muchas veces, que también teníamos una gimnasia importante para saber dónde van las risas y cuándo subir y bajar la energía.

Agustín "Soy Rada" Aristarán. Foto: Difusión
Agustín "Soy Rada" Aristarán. Foto: Difusión

—¿Las canciones también surgieron en ese momento de inspiración?

—En ese momento de inspiración había una frase que decía: acá va una canción. Y trabajamos mucho con Charly Palermo que es el director de mi banda y de Serendipia. Charly es una máquina de sacar canciones, le decís: “tire y empuje” y te saca una canción.

—También hablás de tus ataques de pánico. ¿Cómo se vive ese momento?

—Es un momento muy complicado. Lo hablo sin intención de decirle nada a nadie, pero el metamensaje es ese: se puede salir. Es una mierda que la padece un montón de gente que con tratamiento se sale. No le recomiendo a nadie que lo transite, pero si lo tenés que transitar, hay algo para hacer.

—¿Y el humor ayuda?

—El humor es antibiótico, te cura de todos los males. El humor cuando llega de una desgracia o de un momento feo, es porque ese trauma fue transitado, sino no aparece. Porque el humor visibiliza mucho al quilombo.

—¿Se piensa ya en el siguiente espectáculo?

—Sí, siempre. Tengo el 0.01 por ciento escrito. También tengo el cuarto disco con la banda y seguramente antes de fin de año haga una gira en Norteamérica y a principios del año que viene la gira Europea que quedó trunca. También volver a Uruguay que cada vez que pongo una publicación, siempre hay un uruguayo diciendo que venga. Los mejores recuerdos que tengo de un espectáculo en vivo fueron en Uruguay. Amo ir a Uruguay, y todos los argentinos queremos ser un poco más uruguayos de lo que somos.

—¿Qué te hizo abandonar la magia para hacer comedia?

—Hice mucha magia, mucha. No te hacés una idea la cantidad de shows que hice. Llegué a hacer ocho shows por noche, mucho evento. Era el arrollado de pollo, las papas noisette y después yo. En un momento sentí que podía hacer otras cosas y cuando lo dejé, después de estrenar Soy Rada en Netflix, me dije: “ya está”. Tampoco estaba entrenando para ser un mejor mago, hacía lo que ya sabía y sentía que quería ir para otro lado en un momento donde me estaba yendo muy bien. Venía bien, recorriendo muchos países pero quise buscar otra cosa. Cuando algo lo querés mucho, lo tenés que hacer, no queda otra.

Radagast
Agustín Aristarán. Foto: Difusión

Entre sus visitas a Uruguay y su nuevo y criticado nombre

—Tomás mate y te cambiaste el nombre a Rada, ¿es porque querés ser uruguayo o parecerte al negro Rada?

—Totalmente. En realidad estoy haciendo un tratamiento para cambiarme el color de la piel. No, es broma. Primero admiro mucho a Rada y su familia, no tiene nada que ver con Rubén, aunque dos por tres me aparecen haters que dicen que me apropié del apellido. Hace un tiempo estuve en Los Mammones y una mujer indignada escribió en Twitter que me estaba apropiando del nombre del gran Ruben Rada; y lo mismo pasó cuando fui la última vez a Uruguay, donde una persona escribió un mensaje en Facebook por lo mismo.

—¿Cómo te sentiste?

—A mi me pegó mal leer eso, pero me subo al Buquebus y ¿no me encuentro con Rada?. Estaba al lado mío. Le dije que lo admiro y me dice: “¿qué hacés Rada?”. Cuando le cuento lo que me pasó me dice: “no pasa nada, te sirve a vos y me sirve a mí, te buscan a vos y me encuentran a mí, así que todos ganamos”.

—¿Y porqué Rada?

—Antes era Radagast, pero toda la vida me dijeron Rada. Claramente no me parezco a Rubén Rada y no tengo su talento Igual te digo, me dan ganas de hacer un featuring con Rada. Sería un Rada ft. Rada. Me encantaría, se lo voy a proponer al hijo que cada tanto me escribo.

—Dejaste la magia, pero en Serendipia hay un par de momentos donde hacés algo de magia. ¿Eso es porque hay hábitos que no se cambian?

—Hay cosas que no se pierden. A Uruguay iba mucho con Daniel K, un gran mago al que quiero mucho. Hay magia en Serendipia por que soy mago y por veinte años viví de la magia. En un momento cambió el algoritmo de mi vida y quise colgar la galera y buscar por otros lados. Sigo respetando y amando la magia y en algún momento surge, solo.

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