ENTREVISTA

—¿Habías imaginado alguna vez ser jurado de una competencia de talento?

—Muchas de las cosas que me pasan en la vida, no las imagino, las pienso fuerte y a veces sucede. Volver a la TV después de 13 años y con este formato, junto a tantas figuras, es volver por la puerta grande. Es un gran espectáculo donde no solo se lucen los talentos, se lucen los cámaras, los editores, los sonidistas y nosotros estamos allí para ser el nexo entre los participantes y el público. La TV uruguaya va a brillar como nunca antes con Got Talent y si bien nunca imaginé ser jurado de una competencia de talento, ésto es mucho más que eso. Es EL show de talentos más importante del mundo y a mi me toca un papel que disfruto muchísimo porque tiene que ver con mi humor y con mi personalidad.

—¿Te vamos a ver emocionado?

—Nosotros como jurado nos sorprendemos junto al público, con el participante. No conocemos nada de él antes. No sabemos que hará, ni si es un grupo, una chica, un tipo, un duo y tampoco sabremos que hará; por lo tanto la devolución es absolutamente genuina, auténtica. Tenemos que evaluar todo lo que vemos rápidamente y las emociones están a flor de piel. Tengo una honestidad brutal en mi lugar, digo lo que veo y lo que siento. Por lo tanto, si, me van a ver también emocionado hasta las lágrimas, me emociona mucho cuando alguien tiene la oportunidad mágica de mostrar un talento. Verán que cuando tengo que ser justo, lo soy y cuando siento que me emociono, no lo escondo.

-—¿Hubo algún participante que quisiste que pasara y no lo logró?

—No puedo mencionarte ningún caso puntual pero hubo participantes que en el escenario sorprendieron, otros que fracasaron y algunos que perdieron la oportunidad. Es ahí donde decís, que pena que no aprovechó ese momento único y no pasó, pero la vida misma es así. Es un show y hay que disfrutarlo, en el éxito y en la adversidad.

—¿Sentís que se te fue la mano con alguna devolución con los participantes?

—Ser jurado de Got Talent es todo un desafío. Vas aprendiendo en la marcha y con cada participante. Si bien mi papel en el jurado es el más polémico, donde una devolución puede ser fría o lapidaria, mi experiencia con público durante toda mi trayectoria en los medios, me sirve para ser elegante, tener sentido común y no cruzar jamás la línea de hacer sentir mal a un participante. Más allá de decir lo que sienta, primero hay que ponerse en el lugar del participante.

—¿Cómo se continúa el programa ahora?, ¿hay fecha para el inicio de las nuevas etapas de Got Talent?

—El programa en su primera fase ya está grabado y armado. La segunda fase llamada “el corte del jurado” vendrá en pocos meses pero no puedo adelantar mucho. Lo único que puedo decir es que a medida que avanzamos la adrenalina está a full en nosotros como jurado y en los talentos.

-—¿Qué sentís que podés aportarle a los participantes con tu devolución?

—Es algo que deberán descubrir cuando lo vean. Para cada participante hay una devolución diferente porque te transmiten cosas distintas. Entonces, verán cientos de devoluciones que te llevarán por diferentes estados de ánimo en mí y en los talentos. Verán si, mi humor, mi ironía, mi acidez, pero también se que se van a sorprender.

—¿Por quién apretaste el botón dorado?

—El botón dorado no es para cualquiera. Es el botón más preciado del programa y solo está destinado para unos pocos. Para que aparezca en medio del programa, el talento no solo deberá ser excelente y mostrar perfección, sino saber transmitir su arte. Hay veces que uno es brillante en lo que hace pero no transmite nada, ese hasta merecería un botón rojo. Pero hay otros que rayan la excelencia y que su energía le llega al público y también a nosotros. Además si viene con una historia personal linda y emotiva para contar, eso es un combo explosivo. Ahí está el botón dorado, el famoso "pase de oro".

—¿Qué opinión te merece el cambio de programación de Océano FM?

—Desde hace ya muchísimos años, lo que le da valor a una radio son los buenos contenidos, auténticos, originales. Aquellos contenidos que generan fidelidad en la audiencia. Con el advenimiento de las nuevas tecnologías, esos contenidos cada vez valen más, porque son los que hacen que la radio se mantenga viva. Para escuchar música, me armo playlists en Spotify.

—En los últimos años Malos pensamientos ha tenido un cambio y ahora opinas de política y seguridad. ¿Recibiste críticas por ese viraje?

—En los últimos años, sentía como comunicador y como ciudadano, la responsabilidad de hablar de ciertos temas que van más allá del humor. Opiné de inseguridad, de política y lo seguiré haciendo porque quiero vivir en un país seguro y quiero que quienes estén en el poder, lo utilicen en beneficio de todos. Recibí críticas si, pero recibi algo mucho más importante, el respeto de la gente que pensando igual o diferente a mis convicciones, valora el coraje, valora que hable pensando en la gente. Antes solo se me acercaban para felicitarme por el programa y reirse un rato, desde hace años, la gente me estrecha la mano y me agradece la valentía de no callarme. Para mi hubiera sido más fácil, hacer el programa como siempre, humor y más humor, y que se caiga el mundo a pedazos. Pero no soy así, y ser auténtico también de esa manera, es un plus que la gente valora.

—Si pudieras hacerlo, ¿qué le dirías al Licenciado Orlando Petinatti de hace 30?

—Bien hecho. La verdad, me sorprendiste. Hay que hacerle caso a la intuición, siempre.