COLUMNA FARANDULERA

fabiola bouvier

Si algo hay que reconocerle a Marcelo Tinelli es el buen tino que tiene a la hora de convocar a los famosos para su programa.

Y como siempre hay una figura que se destaca del resto, este año es Mar Tarrés. Si no la conocen, solo basta decir que conocida en las redes sociales, aunque en La Academia se destacó por sus metidas de pata.

Es “como el pato”, me dijo mi amiga Irene, “en cada gala una macana”.

Bueno, tampoco es para tanto, la chica puede que no baile como Pampita, ni cante como Ángela Leiva, pero mal no le ha ido en el certamen.

Amiga, dijo Irene, me refiero a las metidas de pata que se ha mandado, y vamos apenas tres galas.

Ya empezó mal cuando dijo que quería “un judío con plata”, por lo que tuvo que retractarse. A la semana siguiente llamó a su coach Sergio, cuando ya se sabe que se llama Mariana, y obviamente le llovieron críticas que la tildaban de transfóbica.

En esta tercera semana no pudo presentarse en la pista más famosa de la televisión porque se sintió mal, aunque ya aclaró que se siente bien.

Bueno, la verdad que la chica no pasa desapercibida con sus comentarios, le dije a mi amiga.

Sí, y cómo será la cosa, que Mar opacó a Luciana Salazar, quien hablía llegado a La Academia para mostrar a su hija Matilde. Porque mientras el foco estaba en la madre y su hija, la influencer se robó las miradas al sentirse mal.

Sin dudas, Tinelli sabe a quién convocar para que su programa sea tendencia. Este año ya tiene un fenómeno nuevo, Mar Tarrés, y sus metidas de pata.