COLUMNA FARANDULERA

Fabiola Bouvier

Estaba feliz, como todo el mundo viendo el concierto One World cuando me llamó mi amiga Irene para contarme que Paulina Rubio estaba haciendo su propio concierto especial, pero a través de sus redes sociales.

Mirá Irene, después de haberle mandado mensajes a Adriana Lima en vez de Ariana Grande, poco me sorprende, le dije.

No, esta vez no se confundió de destinatario, pero me parece que aquel golpe que se hizo hace unos años todavía no se le mejoró del todo, me respondió.

Bueno, contarme rápido que se fueron a la pausa, le dije a Irene.

Sabés que no soy buena resumiendo, pero igual voy a hacer el intento. No sé si es que no la invitaron al One World o qué pasó, pero Paulina decidió hacer un vivo en Instagram para mandar saludos, porque viste que ella no es menos que nadie y también quiso aportar a la causa de la Organización Mundial de la Salud. Pero desde el inicio pasaron cosas raras. Imaginate que hasta le mandó cariños a Thalía, te tiro nomás.

A la pucha, le dije. Sin dudas el encierro nos trastoca a todos y ¿quién te dice que en este tiempo no le dio para evaluar la relación a la Rubio?.

Minga, me dijo Irene, esas dos no se arreglan ni por decreto del Papa. Además, la razón por la que te llamé fue porque después de eso se le dio por cantar, y hasta se olvidó de la letra, un bochorno.

A esta altura nada me sorprende de la Paulina; pero vale la pena el esfuerzo que hace por tratar de entretener a su público.