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Luciana Salazar vs. las mujeres felices

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Luciana Salazar

La columnista Antonia Ríos habla del presente de la vedette argentina, y de su cuerpo.

Mis queridos, tanto tiempo sin escribirles algo por aquí, sea lindo o feo. Volví, y tengo que comentarles algunas cosas que tienen que ver con las mujeres.

No es novedad que el estereotipo de belleza ha cambiado con los años (hemos pasado de las pulposas a las esqueléticas, de las caderonas con cintura de avispa a las chicas de dos metros y piernas larguísimas). Pero no importa, siempre se ha hablado de las damas. Si se ajustan o no a los cánones de belleza, si esto, lo otro.

Por estos días estuve chusmeando mucho de farándula y vi una cosa que me llamó la atención. Una fue la extrema delgadez de Luciana Salazar. Ella se empeña en decir que no tiene bulimia ni anorexia ni ningún problema de esos, pero las fotos hacen pensar que sí.

Además ella es petisita, se operó mucho las lolas (y le quedaron enormes), y detrás de tanto pecho y tanta cola quedaron unos huesitos expuestos que dan un poco de miedo.

¿Por qué se retocó tanto esta mujer? Si era linda y todo cuando apareció. Ahora, no se parece a nada. Ya ni siquiera la considero atractiva.

El lunes en la tele pasaron el programa ese que hace Nico Vázquez, divino él, Como anillo al dedo. Era repetido, pero Luli era una de las invitadas participantes y competía con la mujer de Dady Brieva, que era coreógrafa en Bailando por un sueño.

Las otras eran Jimena Barón, Carla Peterson, Griselda Siciliani y Mariana Fabbiani. Mujeres normales, pensarán ustedes, ¿pero saben qué? Eran mujeres felices.

Y las veía ahí, riéndose entre ellas, con sus cuerpos normales (flacos, sí, pero no desnutridos) y sus sonrisas enormes, y los chistes y las ganas de pasarla bien, y me dio lástima por Luciana. Porque entre tanta chica feliz, ella parecía triste, con su gran escote y minifalda y boca operada, y su flacura.

Nunca voy a entender el berretín de las cirugías. Y no garantizan felicidad: la felicidad es otra cosa. Ténganlo presente.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Luciana Salazar

columna faranduleraANTONIA RÍOS

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