ENTREVISTA

Con una trayectoria de varias décadas en teatro, radio, televisión y Carnaval, Leo Pacella dice que gracias a La Culpa es de Colón, tiene una nueva popularidad. “Siempre ando en la calle y la gente te para. Nadie te va a decir que es una porquería el programa, te paran para decirte algo lindo”, dice Pacella. Con los demás integrantes del programa de humor de La Tele tienen un grupo de Whatsapp donde se comparten los mensajes que reciben de la gente.

“A uno le parece demasiado, pero hay gente que está muy sola y el programa es una compañía. Nosotros lo hacemos para que la gente se cague de risa. Obviamente sabemos que no le va a gustar a todo el mundo y por ahí hay cosas que hacemos que te pueden parecer una estupidez, pero la cantidad de mensajes y saludos que recibimos, es genial”, agrega.

—¿Es una popularidad como en un buen año del Carnaval?

—Antes me decían: "vamo arriba los Choby's", y ahora me dicen: ¿de quién es la culpa?", y les digo "De Colón". O hay gente que se frena y espera a que salga del almacén para decirme que se matan de risa. Eso es lo lindo de este programa.

—¿Esperaban esa repercusión?

—La verdad que no. Tampoco recuerdo si me puse a pensar si iba a funcionar mucho o poco. Yo soy muy inseguro, y quería era que fuera algo digno, y sobre todo que nos lleváramos bien entre nosotros. Por eso, lo que uno puede hacer es generar un lindo clima con los compañeros para mejorar las cosas y divertirnos, pero sobre todo hay charlarlo todo.

—¿Cómo manejas esa inseguridad?

—Mis nervios son hasta que subo al escenario. El miedo o la inseguridad vienen de pensar lo que puede ser, de especular. Si saldrá bien o si podré hacerlo genera nervios. Pero cuando salís a escena tenés que hacer y no pensar. Se te van los nervios, o el dolor, se te va todo cuando salís al escenario. Y si bien me he tranquilizado un poco, las primeras presentaciones en el Teatro de Verano o en el estreno de obra, estoy muy nervioso. A veces hasta en los tablados me pongo nervioso porque quiero que todo salga bien.

—Hace mucho que hacés televisión. ¿Te sentís cómodo como en el teatro?

—En televisión no me siento pez en el agua, como puede ser ensayando una obra. Y me saldrá bien o mal, te gustará o no, pero se todo lo que hay que hacer en teatro. Aunque en La culpa soy de hacer locuras, para no ir siempre a lo seguro. Además, soy de los que blanquean todo.

—¿Cómo es eso?

—Es que no puedo seguir actuando si se cae un farol, por ejemplo. Está todo bien, pero lo tengo que decir. Y tener compañeros como los de La Culpa, es genial. Con ellos me río fuerte, a carcajadas, lo que a veces me da un poco de vergüenza. Pero una de las ventajas que tenemos, es que de primera fuimos muy honestos para hablar de todo. Me van a matar que cuente todo esto. En una de las primeras conversaciones nos dijimos que podíamos intentar decir todo lo que nos pasa, para mejorar el laburo y tener la confianza para decirnos si algo está bueno o tomarnos el pelo y que nadie sienta su ego lastimado. Porque para un comediante, que un compañero te tranque un chiste, te puede lastimar y hacerte sentir muy incómodo. Entonces, si está todo blanqueado, sabés que los comentarios son para embromarte y no lastimarte. Y si te sentís lastimado, lo podés decir, eso está bueno para el laburo.

—¿Se extraña el teatro?

—Es salado lo que se extraña. Después que se cerró todo había algunos boliches que tenían shows, y yo lo exprimí al máximo, pero no es lo mismo. Pero no es lo mismo tener un espectáculo solo, o un show en un boliche, que una obra de teatro. Disfruto cada momento en teatro.

—¿Qué es lo que te gusta?

—Me gusta el laburo que hacés con la persona que estás manteniendo el diálogo. En ese momento hay una energía y una comunicación tan impresionante entre los artistas que, creo, es lo más disfrutable y es la razón por la que hago teatro. Por eso lo extraño y deseo que se vuelvan a abrir los teatros. Yo lo digo así, pero los compañeros que viven del teatro y de los shows, no se la toman tan fácil. Yo me resuelvo la parte económica con la radio o la tele, y lo que para mí es un dolor no poder actuar no es nada porque hay compañeros del teatro que no tienen para comer. Es bravísimo, por eso no me quejo, pero que se extraña, se extraña.

—¿Y el Carnaval?

—Pila se extrañó. Igual pensaba que si hay Carnaval y no salgo me muero, pero al no haber Carnaval, lo disfrutamos de otra manera, porque siempre estamos al palo en las fiestas, enero y febrero. Aunque lo que extraño mucho es que ir a La Teja o el Cerro, son lugares que siento como propios. Otra cosa que me pasa con el Carnaval es que hay muchos lugares que tienen tablados barriales donde va siempre la misma gente, como en Manga. Y hay familias que cuando empecé en Carnaval eran novios y hoy tienen nietos, aunque tal vez exagero.

—Entonces lo único que te queda pendiente es aprender algo de canto.

—Voy aprendiendo porque cantamos el mismo tema, cuando lo cambien, me matan. Creo que le empecé a agarrar la mano, pero soy un desastre cantando.

—En tu carrera trabajaste con Álvaro Navia y con Gaspar Valverde. ¿Qué opinás de lo que pasó entre ellos?

—Con eso me pasa algo terrible, es que conozco a Álvaro y a Gaspar, y son personas divinas. Y para mí es una situación terrible porque uno no sabe la interna, conoce el afuera. Sé que están distanciados, sé que hay un tema sobre el programa de Canal 10 y más que eso nada, pero me duele pila porque para mí los dos son crá. Con Alvarito laburé cuatro años y aprendí mucho, porque siempre fue una persona muy humilde. Con Gaspar hice la obra Sinvergüenzas, y lo conozco también. Es una situación de miércoles, pero no tengo más que opinar.

Pacella dice ser el que más se divierte grabando La culpa es de Colón, que se emite en La Tele los lunes y viernes a las 23.00 y domingos a las 22.30. Eso se debe a la confianza que se ha generado con los demás integrantes del equipo, a quienes admira.

“A Maxi lo conozco desde que arrancó su carrera, y hace pavadas fuera del aire, y al aire también, y como que lo miro para ver qué va a hacer y me río. Por momentos me siento un tarado, porque lo miro a ver qué va a hacer, y me encanta. Como cuando Diego hace sus historias sobre temas como el Desembarco de Normandía. Es genial”, dice.

Con Germán Medina tiene otra relación, ya que es quien lo lleva a su casa en auto después de grabar, y dice que las charlas en el auto son geniales. “Claro, es comediante todo el tiempo y por eso con Germán lloro de la risa porque tiene un humor muy especial. Y ya que hablé de todos, hablo de Marcel también”, agrega entre risas.

“Tengo una foto con Marcel en un carnaval, cuando yo ni había empezado a salir, estudiaba teatro, pero me fascinaba verlo. Amo el Carnaval y Marcel es un ídolo total. Por eso, el trabajar con él y poder conocerlo un poco más es genial”, remata Pacella acerca de sus compañeros del programa de humor de La Tele.