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Judy Del Bosque: "En estos días lo que nos queda es creer y confiar"

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Judy Del Bosque.

ENTREVISTA

La única maga uruguaya ofrece shows en vivo por redes sociales. Cuenta cómo sobrelleva más de 50 días de confinamiento y habla de su historia de amor con Alberto Elbaum.

—¿Cómo surgió la idea de hacer magia en vivo por redes? ¿Qué desafíos te plantea?

—Cuando me di cuenta que salvo lavarse los dientes, todo se haría por redes. La magia la llevo en mi piel. Extraño espantosamente hacer shows, el infinito placer y éxtasis que siento cada vez que me encuentro cara a cara con los espectadores, el aplauso... pero en especial, lo que más extraño, es el abrazo final. Sus palabras de amor luego de un show. Es ahí cuando todo adquiere un sentido. La magia sin magia es solamente un truco. En un universo en el que ya nadie tiene tiempo para crear, jugar. Si he podido recrear, tan solo una vez más, un instante en el que tú puedas volver a conectar con tu alma, con tu inocencia, con la belleza de lo simple, la simpleza de lo bello, sentiré que no fue un día más. Ese es el secreto. Claro que por Internet no es lo mismo. No puedo ver tu rostro de asombro. Pero intento imaginarlo...

—¿Cómo estás transitando la cuarentena a nivel personal? ¿Cómo es tu rutina?

—El 4 de marzo, luego de que me cantaran el “feliz cumpleaños” en TV, en Desayunos informales, volé a Israel. Le di un beso a mis padres allá, y al avisarme que no saldrían más vuelos, tuve que regresar con una sola foto: la del avión cruzando el cielo. La esperanza de abrazar a mi familia se desvaneció en mi corazón. Llegué a casa, comencé mi cuarentena. Llevo 58 días, 7 horas, 3 minutos, 12 kilos de helado, 7 de muzza y fainá, 18 kilos entre galletitas y chocolates. Cuando advertí que mi único pensamiento, viraba entre la cantidad de pisos que lleva una lasagna y si la pastafrola, para ser digna de tal investidura, tiene que llevar sí o sí rombos, supe que de la cuarentena saldría sí, aunque no sé si por la puerta. Hasta que un día encendí mi vela con aroma a vainilla, y con la dulce voz de Lorenna Mc Kennit me puse a ordenar con amor todos los placares de mi casa y mi vida. Ahí fue cuando descubrí que el cepillito de la aspiradora tiene exactamente el mismo tamaño que las rendijas de la ventanas, y casi tengo un orgasmo. Llamé a la feria, volví a mis ensaladas de colores, a mis frutas, a reencontrarme con mi paz.

David Copperfield
David Copperfield y Judy del Bosque. Foto: Facebook de Judy del Bosque. 

—¿Qué es lo mejor y lo peor de este período aislamiento social?

—Lo mejor es confirmar finalmente que un mendigo sano, es más feliz que un rey enfermo. Lo peor de la peste, según una frase que se le atribuye a Camus, no es que mata a los cuerpos, sino que desnuda las almas y ese espectáculo suele ser “horroroso”. De hecho, a juzgar por las barbaridades que he visto en redes, entre opiniones de odio desmedido y agresiones anónimas, lamentablemente lo estaría siendo.

—¿Qué sociedad crees que emergerá de esta pandemia?

—El Universo tuvo que encerrarnos para poder seguir respirando. Oxígeno ya no le quedaba. Mares contaminados, árboles destrozados por hachas, animales muertos para devorárnoslos. La naturaleza, tan sabia ella, obligó al mundo a detenerse. Creo llegó el momento del silencio. De introspección. De mirar para adentro. De aprender todo lo que no entendimos. De amar a tu plantita como Matilda en “El perfecto asesino”, a tu vecina de arriba aunque no entiendas por qué huele a frito siempre su apartamento, también a la mujer que te acusa en redes por maltratar una paloma, cuando en 20 años de maga jamás utilicé un animal y estoy completamente en contra de que se haga. Amar al que se levanta a golpearte en la calle, cuando un plato de comida caliente y un té con miel le ofreces, ya que en otro planeta está su mente girando... Me encantaría creer que estamos todos trabajando en intentar volver de esta pandemia, siendo ahora de verdad, agradecidos, humildes y humanos.

—A tu juicio, ¿qué tiene para aportar la magia en este momento?

—Todo su poder. “Abracadabra”, palabra fundamental de la magia, proviene del arameo, idioma que hablaban los antiguos sabios hebreos. Significa: “Crearé a partir de lo que hablaré”. Todo lo que yo pueda pronunciar con mi voz, lo podré crear. Qué belleza, ¿verdad? Ese poder tiene un mago. La magia es alquimia pura. Puede transformarlo todo. Llega al lado derecho de tu cerebro, que es el emocional, creativo, ingenuo, para asombrar, es decir, quitar la sombra. Para que te relajes y confíes. Para que al menos por ese instante, vuelvas a creer. En estos días, cuando lo que más tenemos es incertidumbre, creer y confiar es lo que queda. Creer en los milagros, sin buscarle explicación. Ya que, en el momento en que uno intenta explicar un milagro, éste desaparece.

—¿Cómo se crean los trucos?

—Un truco nace a partir de cualquier cosa. Puedo estar caminando por la calle, ver una hoja de árbol, e imaginar cómo sería tomarla, hacerla desaparecer, convertirla en una flor, hacerla levitar hasta el cielo. Tomo un vaso de agua y ya pienso qué sucedería si introduzco el agua dentro de un periódico, si ésta desaparece, cómo puede reaparecer... Las fuentes de inspiración son todas. Una poesía de Borges, un atardecer en mi roca de Punta del Diablo, en donde mi espectro mental adquiere una luz de otra galaxia y puedo crear magia de la más pura, una noche escuchando al maestro Dolina... Nada, y todo eso.

—Sos la primera y única mujer maga de Uruguay, ¿te has sentido discriminada o ninguneada en algún momento?

—Al contrario, es hermoso como me reciben tanto en los shows como en los Congresos de Magia en el mundo. Voy a todos los congresos que puedo y siempre hay 500 magos y yo como única maga mujer. Me conocen y me respetan mucho. Cuando conocí a David Copperfield, en Las Vegas, tuve el honor que me invitara a cenar, le dije que era maga de Uruguay. Quedó enloquecido. Le encantó. Uri Gueller, mundialmente reconocido mentalista e ilusionista de Israel, que doblaba cucharas con su mente, entre otra de sus genialidades, abrirá su museo de Magia en Tel Aviv, próximamente. Me ha invitado a ser una de sus 15 invitados VIP. El mismísimo Sting vendrá invitado a cantar para nosotros. Aun no puedo creerlo. Tengo una amistad hermosa y sagrada con él, de admiración mutua.

—¿Cuál es tu visión de la polémica que hubo en su momento sobre la serie en la que el “mago enmascarado” revelaba los secretos de la magia?

—Conozco al mago enmascarado. He hablado algunas veces con él. Lo ha hecho para que los magos crearan nuevos trucos y por un millón de dólares. Estoy completamente en contra de revelar un secreto, tanto sea de magia como de una amiga. Las personas siempre queremos encontrar los secretos de todo. Queremos ver los hilos de las marionetas. Tal es así, que yo, a partir del mago enmascarado, hice muchos más shows aún, la gente quería intentar descubrir mis trucos. Sin éxito, claro está.

Judy del Bosque, Alberto Elbaum.
Judy Del Bosque, Alberto Elbaum. 

—Eres la pareja del Dr, Alberto Elbaum. ¿Cómo se conocieron?

—Yo estaba entrada en años. Necesitaba entrarle a un hombre joven. Justo pasó él (risas) (NDR: en realidad, ella es 17 años más joven). La diferencia de edad casi ni se nota. Y no, no me ayuda un carajo a cuidarme como imagina la gente. Si subo 5 kilos y estoy dando vueltas carnero en el aire, me dice: “ya vas a bajarlos, tranquila. Quedate en paz”. Tampoco me opero los lunes, miércoles y viernes las tetas y el c... Intento vivir relajada, estando lo mejor que puedo estar.

—Presentás una imagen y una figura muy cuidada. ¿Es más difícil cuidar la salud y la estética en tiempos de cuarentena? ¿Cómo resistís las tentaciones por los dulces?

—Es casi imposible cuidar todo eso en tiempos de cuarentena, pero como es bastante probable que un día saldremos, no queda otra que seguirse pareciendo a una persona, con cintura y esas cosas que las personas tienen.

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