COLUMNA FARANDULERA
Nuestra analista farandulera habla sobre los comentarios que generó el nacimiento de Amancio Vicuña Suárez
La fuente de los nombres raros nunca se termina en el mundo mágico en el que viven les famoses. Mi abuela Susana me había contado que en su juventud había conocido a un señor llamado Mamerto (¡Mamerto!), pero cada hije de celebridad que nace nos deja anonadades. No podemos criticarles la falta de originalidad para estar siempre en el murmullo de los medios de comunicación; de ahí a que nos copemos con sus resoluciones...
Obvio que a la China Suárez y a Benjamín Vicuña, flamantes padres de un varoncito, les debe importar CERO lo que se diga de esta criatura a la que llamaron Amancio, por todo un significado muy espiritual que tiene que ver con el amor o más bien el ser amade.
Pero tampoco pueden negar que Amancio es demasiado poco común, como ya lo hizo notar Ángel de Brito que siempre anda en una tensa con la China, como si le gustara provocar a la dueña de la manta amarilla de Nepal más famosa de la historia. “Siempre eligen nombres particulares, ¿no?”, dijo Angelito con su infaltable pizca de ironía.
Jorge Rial, otro que no se calla, también hizo algún comentario en esa línea, en plan: “Yo creo que ellos buscan los nombres que peguen con la revista Caras. Amancio Vicuña Suárez. Olvidate, ya tiene la tapa de Caras. Si se llama Carlos Suárez es para El Gráfico”.
Amancio Vicuña Suárez. Hagan el ejercicio de decirlo en voz alta que suena importante. En otro capítulo vendrán los apodos. ¿Ama, será?