La cantante tuvo una gran excusa para no ir a la gala de MTV.

Taylor Swift, que el año pasado había sido la gran estrella en los VMAs, este año no fue a la gala y su ausencia llamó la atención. ¿Por qué no estuvo? Porque tenía algo más importante que hacer.

La cantante fue convocada para integrar el jurado en un caso de abuso sexual en su ciudad, Nashville, aunque finalmente no pudo cumplir con ese deber. Y es que en diciembre Swift denunció al DJ David Mueller por acoso (dijo que la había manoseado en un festival), por lo que se consideró que su posición iba a ser imparcial.

Es que desde aquella denuncia, la rubia se convirtió en una defensora de las mujeres y una luchadora contra el abuso, tanto que le donó 250.000 dólares a su colega Kesha en una causa contra el productor Dr. Luke.

Swift fue y aunque no pudo trabajar en el tribunal, no demoraron en aparecer fotos suyas en el lugar con un atuendo muy sobrio: casi nada de maquillaje y una sencilla remera negra.

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