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Hilda Bernard, la conocida villana de la televisión argentina cumple 100 años

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Hilda Bernard en la serie "Chiquititas". Foto: Captura

CUMPLEAÑOS

La actriz trabajó en radio, televisión y teatro y alcanzó la popularidad cuando Cris Morena la llamó para ser la villana de "Chiquititas

Nació como Hilda Sarah Bernard hace exactamente cien años. Y acaso tenga algo, o mucho, de aquella Sarah Bernhardt francesa cuyo apellido se escribe distinto y se pronuncia parecido. "Me decían que me lo había puesto para imitarla, pero no son iguales. Además, Hilda Bernard es mi verdadero nombre", explicó alguna vez en una entrevista en televisión esta actriz que nació el mismo año que la radio en Argentina y quizá por eso el medio la mimó hasta convertirla en estrella.

Nunca le gustaron las peleas, jamás se involucró en un escándalo con sus compañeros de trabajo. De una ética laboral intachable, hizo honor a lo más sagrado de su vida: la privacidad. Hilda Bernard es una de las últimas mohicanas de una generación que formó parte de una época de oro del espectáculo argentino. "Hice trabajos muy hermosos en teatro y en cine, pero el cariño masivo del público fue gracias a los personajes de la radio y la televisión", explicó en el canal América en una de sus últimas apariciones públicas.

Cuando la televisión irrumpió en Argentina, y muchos sospechaban que generaría la defunción de la radio, Hilda Bernard rápidamente fue convocada para participar en los ciclos de ficción. En el flamante medio, la actriz desandaría un camino tan intenso como el de la radio, medio que, por supuesto, siguió gozando de buena salud contradiciendo a los agoreros. Sus primeras experiencias sucedieron, naturalmente, en aquella televisión fundacional que se hacía en vivo, lo cual generaba mil y un inconvenientes: "No sabía qué decir, me fui de cámara mientras mi compañero de escena inventaba como loco. En realidad, salí porque no entendía lo que me soplaba el apuntador Francisco Morasano", recordó en Estamos en el aire, la gran historia de la televisión argentina escrita por Pablo Sirvén, Carlos Ulanovsky y Silvia Itkin.

Hilda Bernard. Foto: La Nación. Crédito: Alejandro Pagni
Hilda Bernard. Foto: La Nación. Crédito: Alejandro Pagni

Los radioteatros exitosos realizaban giras por los barrios de Buenos Aires o por las provincias y, en algunos casos, sus parejas protagónicas buscaron emular el suceso en la televisión. En Esos que dicen amarse, Hilda Bernard y Fernando Siro traspolaron el éxito escrito por Alberto Migré a los sets del nuevo medio. En 1961, participó en Los suicidios constantes, en los flamantes estudios de Canal 13 y, un año después, protagonizó Enfermera de turno, con Floren Delbene, en Canal 9. En 1964 se atrevió a reflexionar sobre actualidad y cuestiones femeninas en Mujeres a la hora del té, donde compartía las charlas con otras colegas y la periodista Valentina, pionera del género del chimento. En 1980, fue parte de Rosa de lejos, protagonizada por Leonor Benedetto en ATC. Tiempos en los que el radioteatro se había extinguido y la televisión ya se emitía en colores dejando atrás el blanco y negro original.

Hilda Bernard en la serie "Chiquititas". Foto: Captura
Hilda Bernard en la serie "Chiquititas". Foto: Captura

En 1995 la llamó Cris Morena para personificar a Carmen Morán, la villana dueña del hogar Rincón de luz, eje de la trama de aquel suceso llamado Chiquititas. Durante tres años consecutivos, Hilda hizo de las suyas conquistando un público infantil que, hasta entonces, no la conocía. "Fue rarísimo lo que me sucedió, los chicos odiaban a mi personaje, algunos hasta se ponían a llorar cuando veían a Carmen en la tele, aunque si me cruzaban en la calle me adoraban", reconoció con orgullo. También tuvo que lidiar con los adolescentes que descubrieron su teléfono particular y no paraban de insultarla luego de la emisión de cada episodio emitido por Telefe, al punto tal que tuvo que hacer una denuncia en la comisaría para frenar la oleada de agresiones. Todo concluyó cuando descubrió a qué colegio concurrían los chicos que la llamaban: "Llamé a la directora para pedirle que hablara con los alumnos y ahí pararon", contó en El diario de Mariana en eltrece.

Luego llegaron La niñera, Rebelde Way y Floricienta. Y también Socias, Los exitosos Pells y Malparida. Imposible mencionar todos los títulos en los que formó parte esta mujer que considera a los estudios de televisión como parte de su casa. Nunca dejó de trabajar. Tenía ochenta y tantos y se movía con la naturalidad de las protagonistas jóvenes. Es que ella lo era.

En 2015, los socios de Aptra le entregaron el merecido Martín Fierro a la Trayectoria coronando una vida de reconocimientos. Dijo aquella noche ante el aplauso cerrado y la ovación de pie de todos sus colegas: "Me había propuesto trabajar hasta los cien años, no me faltan tantos, me faltan cinco nada más". Ante el salón colmado, ingresó al escenario con la dignidad y la elegancia de las grandes. Erguida con su bastón y un andar que solo conocen las grandes de la escena.

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