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El Gucci & Flor Quinley: Destino de amor

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Flor Quinley & El Gucci. Foto: Leo Mainé

NOTA DE TAPA

Se vieron por primera vez en 2012 pero no fue hasta mediados del año pasado que la historia juntos comenzó a cristalizar. Hoy, Gustavo u201cGucciu201d Serafini (34 años) y Florencia Quinley (25) viven en una especie de luna de miel permanente, con el beso y el abrazo siempre a mano.

Gustavo u201cGucciu201d Serafini (34 años) y Florencia Quinley (25) llevan casi un año en pareja; conviven y ya tuvieron un u201canticipou201d de luna de miel con un viaje al Caribe el mes pasado. Pero su historia tiene orígenes bastante más atrás, como si el destino se hubiera empecinado en que estuviesen juntos. Y después de mucho intentarlo, lo logró.

La primera vez que se vieron fue en 2012, durante un show que El Gucci daba en una pizzería del barrio Maroñas con frecuencia quincenal. u201cNos vimos y hubo un cruce de miradas que yo percibí intensou201d, recuerda el músico. A la siguiente presentación en el mismo escenario, Gucci apeló al método antiguo. Apuntó su número teléfono en una servilleta de papel y cuando bajó de escena para saludar a la concurrencia, la dejó en mano de Florencia.

El problema es que la joven estaba con sus padres, que vieron la maniobra. u201c¡Qué desubicadou201du201d, fue el comentario de la madre. El papel fue a parar a la basura.

Pasaron las semanas. Sin saber quién era, Gucci generó una relación muy cercana con el padre de Florencia, que era el repostero de aquel bar. El músico fue tantas veces que trabó amistad con la concurrencia y se organizaban encuentros. u201cComo yo no tomo alcohol, prefería conversar. Y me acuerdo que siempre terminaba hablando de la vida con Betou201d, dice sin sospechar siquiera que tiempo después terminaría siendo su suegro.

Pasaron tres años más. En 2015, Gucci dio un show en un boliche de Atlántida y quedó u201clocou201d con la presencia de una morocha en la concurrencia. Cuando fue a hablarle, le vio cara familiar y le preguntó de dónde podrían conocerse. Supo entonces que se trataba de Florencia y esta vez aplicó un estrategia de seducción directa: redondamente se le declaró. Pero tampoco pudo ser. Ella estaba de novia con uno de los dueños del boliche. u201cEn ese momento se me cayó el planetau201d, rememora el músico.

La tercera vez fue la vencida. El jueves 19 de julio de 2018 había fiesta after en el Hotel Radisson. Gucci pensaba no salir pero al ver una invitación al evento en redes sociales sintió que había que ir. Ni siquiera tenía auto o ropa adecuada porque había chocado días atrás.

Florencia tampoco quería ir. u201cEra día de semana y al otro día tenía que trabajar temprano. Pero mis amigas me insistieron. Me acuerdo que veníamos en el auto y pasamos todos los semáforos en verde. Decíamos: algo bueno nos va a pasar hoyu201d, relata la joven.

Ya en la fiesta, el encuentro fue en la barra. Apenas se saludaron levantando las cejas. Semanas atrás, Gucci había sido objeto de acusaciones en redes sociales de acoso y abuso por lo que se movía con mucha cautela. u201cA mí me costaba mucho acercarme a mujeres después de lo que pasó en 2018 con las difamacionesu201d, cuenta.

Pero de nuevo, sintió la conexión, aun sin reconocer al principio que se trataba de Florencia. El siguiente movimiento de Gucci fue ir a hablar a una de las amigas para que Florencia escuche. u201cDecile a tu amiga que me vuelve locou201d, le dijo. Luego advirtió (otra vez) que aquella joven tenía un rostro conocido y le dijo: u201c¿Te conozco de algún lado?u201d.

A Florencia no le gustó nada la pregunta. u201c¿Otra vez? ¿A todas le decís lo mismo?u201d, le dijo. Cuando finalmente, ella le contó quién era, el músico se derritió y lo primero que quiso saber era si estaba soltera. Ante la respuesta positiva de ella, insistió: u201cQuiero tomar un café contigo. No me quiero morir sin tomarlo. Van tres veces que la vida nos pone uno enfrente del otrou201d, le decía el músico.

Luego de varios recaudos para evitar que los vieran salir juntos, Gucci y Florencia tomaron ese café.

u201cFue increíble cómo fluyó la conversación. Hubo química de inmediatou201d, contó ella. Esa es la fecha que ambos marcan como el comienzo de su relación. Desde entonces, prácticamente no se despegaron.

Obstáculos. Hoy, Gustavo Serafini y Florencia Quinley conviven en su casa de Neptunia. Ella se desempeña como profesora de inglés para un instituto que trabaja con Primaria. No seguía la carrera de Gucci como músico. u201cSabe un tema solo y de 2012u201d, asegura el músico entre risas.

El primer escollo que debió sortear la relación refería al perfil público del músico y a las características de su trabajo, con fiestas todos los fines de semana.

u201cEl tema de la confianza es la base de todo. Aunque algunas veces lo acompaño, yo no le sigo el tren de los showsu201d, cuenta Quinley. u201cMe encanta que no sea fanu201d, complementa él.

El otro dilema refiere al historial de Gucci en redes sociales, con acusaciones fuertes que luego no fueron refrendadas ante la justicia. De hecho, fue el músico quien planteó una demanda por difamación sin que aparezca la contraparte.

Pero más allá de lo sucedido, el cantante resolvió contarle de la situación a Florencia en aquel café. u201cSi vamos a ser amigos o lo que sea, tenés que saberlo todou201d, le dijo.

Ella tomó sus recaudos en aquel inicio. u201cLo primero que empecé a evaluar fueron sus actitudes. Incluso hubo amigas que me u201calertaronu201d entre comillas. Y la verdad es que estando con él todo día, notaría si hay algo malou201d, asegura Quinley.

La docente llevaba una vida de perfil bajo pero el 1 de setiembre de 2018, u201cestalló el romanceu201d. La pareja se presentó en la gala de los Premios Iris y se robó gran parte de las miradas. A partir de allí, los seguidores de Flor Quinley en Instagram se incrementaron por 500. u201cNo me termino de adaptar, pero la voy llevandou201d, dice ella.

El último desafío fue la u201cfalsa bodau201d que Gucci protagonizó con Clarisa Abreu, a quien le había hecho, meses atrás, una declaración de amor.

La fiesta se hacía con fines benéficos, por lo que Quinley aguantó el empuje de celos. Fue a la u201cceremoniau201d, no vio el momento del beso y terminó asumiendo que todo se hacía por una buena causa. Y sobre todo, que la historia real con Clarisa estaba terminada.

Amor al día. u201cEstoy perdidamente enamoradou201d, asegura Gucci. u201cMi mamá falleció y al mes yo tuve mi primer toque. Eso me ayudó a ver la vida de otra manera. Empecé a darle importancia a las cosas que realmente importan. Desde la llegada de Flor, mi casa es un hogaru201d, cuenta.

El Gucci fue protagonista en 2017 de una transformación en su cuerpo: bajó 80 kilos.

u201cPasé de ser gordo a ser flaco y la vida me cambió completamente. Estuve con más mujeres que en toda mi vida. Gordo no me daban corte. Pero hoy veo esa etapa de otra manera, sin ninguna nostalgia. Estoy feliz de estar con ella. El otro día un amigo me preguntaba: ¿Vos estás convencido de que Florencia va a ser la última mujer con la que vas a estar? Y mi respuesta fue rápida: u201cOjalá que síu201d.

En cuanto a la alimentación, Gucci está en un momento de idas y vueltas.

u201cEsta es una enfermedad para toda la vida y ahora estoy en un momento de desconcentraciónu201d, reconoce.

Si bien las u201cinconductasu201d las suple con deporte y no se notan en grandes alteraciones en la balanza, Florencia lo ayuda. u201cMe dice: u201cbastau201d u u201choy no estás modo Elbaumu201d, cuenta Gucci.

Otra medida u201csaludableu201d que tomó Gucci fue dar de baja su cuenta de Twitter, donde se amplificaron las denuncias en su contra y de forma anónima. u201cNos acostábamos y yo veía su última actividad era mirar Twitter. Veía que le cambiaba la cara. Entonces le dije: u201cCerramos Twitter, no es sanou201d, cuenta Florencia.

¿Qué planes tienen? u201cSer felicesu201d, responde la pareja.

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